Jóvenes extutelados, cuando la vida adulta llega de repente
Más de mil menores bajo el amparo de la Comunidad han tenido que abandonar el sistema de acogimiento desde 2017 por cumplir los 18: «Tienes que hacerte mayor antes de tiempo»
Más de un millar de jóvenes bajo la tutela de la Comunidad han abandonado esta protección al cumplir la mayoría de edad en los últimos ... cinco años, viéndose abocados a una emancipación exprés. Solo entre 2017 y 2021 se registraron un total de 961 casos, con una media de 240 anuales. La cifra, que aúna todas las salidas del sistema de acogimiento de menores, tanto residencial como familiar, supone el 26,7% del total de bajas, que ascendieron a 3.598 en el mismo periodo. Esa es una de las estadísticas recogidas en el estudio 'Hacia la inclusión social de la población joven extutelada', realizado por Accem durante 2022 en colaboración con el Observatorio de la Exclusión Social (OES) de la Universidad de Murcia, que pone el foco en este colectivo en situación de especial vulnerabilidad.
«Todos los años cumplen mayoría de edad muchos jóvenes que antes se veían abocados a una situación de calle», destaca Olaya Moreno, trabajadora social de los pisos de emancipación de Cruz Roja, una de las entidades que, junto a Accem, Cáritas y las fundaciones Diagrama y Antonio Moreno, ofrecen en la Región programas para jóvenes extutelados donde estos cuentan con soluciones de alojamiento, apoyo económico y ayuda en su formación e inserción laboral, con el objetivo de que puedan afrontar con éxito el paso a la vida adulta y autónoma en el menor tiempo posible.
«La principal necesidad que tienen estos jóvenes al cumplir los 18 es, obviamente, la de vivienda, porque no pueden retornar a su núcleo familiar o porque su familia está en su país de origen -afirma Olaya Moreno-. Luego, a nivel laboral no disponen de un trabajo y, por tanto, de medios económicos para poder llevar a cabo esa emancipación precoz a la que se ven expuestos». Con estos ingredientes, se cocina un «grave riesgo de exclusión social», señala el estudio de Accem.
En cifras
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26,3% de los jóvenes que ingresan en un recurso para extutelados finalizan su programa con éxito
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55 de cada 100 extutelados por la Comunidad en la Región se encuentran en desempleo
«Cuando cumples 18 años en el centro de menores, ese día por la mañana, tienes que irte», subraya Pedro Martínez Sánchez, un joven de Cartagena, que hace seis meses sopló las velas que le sacaron del centro de menores de Las Torres de Cotillas, donde estaba desde los 14 años. Allí llegó tras escapar de casa con su hermano mellizo, preso de una complicada situación familiar que obligó a los servicios sociales a intervenir.
Desde junio se encuentra alojado en uno de los dos pisos de Cruz Roja para los extutelados, donde acelera todo lo posible su preparación para el día en que tenga que ser completamente autónomo. Estará en esa vivienda durante un año que podría prorrogarse si la situación lo aconsejara, pero hace mucho que Pedro se hizo a la idea de que tendrá que valerse por sí mismo mucho antes que otra gente de su edad.
«Tienes que hacerte mayor antes de tiempo. Yo me dejé la ESO para hacer una FP media pensando que necesitaría trabajar en algo cuando saliera del centro, por eso hice auxiliar de enfermería», señala.
La cuesta de los extranjeros
La situación es aún más complicada para aquellos jóvenes extranjeros que se han visto sometidos a un proceso migratorio. «En muchos casos, su itinerario se ve estancado hasta que consiguen el permiso de residencia y de trabajo, porque no pueden acceder ni al mundo laboral ni tampoco a una formación de cualificación profesional», apunta Moreno.
Otro informe reciente, 'Las dificultades de inserción sociolaboral de los jóvenes tutelados y extutelados en la Región de Murcia', realizado por la UMU a instancia de la Dirección General de Familias y Protección de Menores y publicado el pasado mes de junio, puso cifra a la altura de esa barrera laboral: 55 de cada 100 jóvenes extutelados se encuentran desempleados en la Región, según datos del primer trimestre de 2022.
Los programas para extutelados ofrecen apoyo para la inserción social y laboral en el proceso hacia su total autonomía
La puesta en marcha de programas y dispositivos orientados a estos jóvenes que están a punto de incorporarse a la vida adulta han mostrado en los últimos años resultados positivos. En 2021, el 26,3% de los jóvenes extutelados que ingresaron en estos programas lograron alcanzar la autonomía con éxito, según el estudio de Accem, ya que ese año, 20 de las 76 salidas de los programas específicos se produjeron por este motivo, mientras que seis lo hicieron por alcanzar el fin de la estancia máxima. Esto supone una mejora respecto al año anterior, cuando solo 5 de los 23 abandonos, el 21,7%, correspondieron a la superación de necesidades. Del mismo modo, la salida de los programas por incumplimiento o su abandono se redujo del 65,2% en 2020 al 35,5% en 2021.
Por otra parte, las plazas para extutelados experimentaron un incremento del 52% en el mismo periodo, al pasar de 50 a 76. Los programas para estos jóvenes en la Comunidad han pasado de contar con un presupuesto de 60.000 euros en 2019 a 2 millones. Pese al refuerzo, el estudio de Accem y el OES concluye que el modelo regional necesita más plazas, especialmente para aquellos que no han terminado la formación que les garantice un futuro.
«La primera semana en el centro de menores no dejaba de llorar»
El día que Pedro llegó al centro de menores «no dejaba de llorar». Su infancia estuvo dominada por la sensación de desamparo. Ya a los once años empezó a hacer «cosas que no debía, como fumar». A los 14 cogió a su hermano de la mano para escapar de una situación irrespirable en casa. Así fue como llegó al centro de menores de Las Torres. Su hermano, en cambio, fue derivado al de Monteagudo. «Pensé: ¿Dónde me he metido?», cuenta. No fue hasta que pasó un tiempo cuando sintió que sería algo positivo para él. «Te ayudan mucho. Allí aprendes más rápido que los que están fuera», dice. Por eso cuanto tuvo que abandonarlo sintió vértigo. En el piso de Cruz Roja vive a sus 18 una particular cuenta atrás hacia la vida autónoma. Ya ha empezado a trabajar los fines de semana de camarero mientras estudia para sacarse el carné de coche y las pruebas de la Escuela Superior de Arte Dramático de Murcia. Espera poder compaginar un trabajo y la persecución de su sueño de ser actor. «Siempre digo que he tenido dos vidas. Una que acabó a los 14, y otra desde entonces». Ya se prepara para la tercera.
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