Juanjo Pallarés: «Aquí me hice lector y aquí sigo»
Acción Solidaria - Obra Social 'La Caixa' ·
Juanjo Pallarés regenta la librería de su infancia gracias a Acción contra el HambreÉl recuerda entrar con su padre a aquel negocio, en el que antes había unas mesas centrales llenas de libros, para hacerse con los volúmenes de J. K. Rowling con los que se hizo un ávido lector. Harry Potter estuvo en aquel comienzo de su pasión por la lectura y por eso tiene hoy una ubicación privilegiada e individual en su librería, la misma de su infancia, la que él no podía dejar morir con un cartel de 'se traspasa'.
Juanjo Pallarés estuvo dos años incubando el proyecto hasta que el pasado julio pudo hacerlo realidad. «Me presenté a los premios 'Emprende 24', de Acción contra el Hambre, y quedé segundo. Gracias a eso pude entrar con ellos en el programa 'Vives Emprende'», en el que estuvo siete meses ampliando su formación sobre emprendimiento. «Me enseñaron cuestiones de marketing, de gestión de negocio, y sobre todo de financiación. Sin ellos, habría sido muy difícil realizarlo. La verdad es que han sido mis ángeles de la guarda desde que gané el premio. Incluso me llamaron para que fuese jurado en la siguiente edición», dice con una sonrisa.
Ubicada en el centro de Totana, su librería es un pequeño paraíso para los amantes de los libros. Sobre todo en una ciudad en la que apenas hay negocios literarios tan especializados como el suyo. Más allá de las mochilas, los artículos de papelería, las revistas y los libros de texto o manuales, sus estanterías albergan una gran cantidad de títulos de casi todas las temáticas.
El programa 'Vives Emprende' de la ONG le ayudó a formarse y conseguir financiación para el proyecto
Salud, autoestima y crecimiento personal, biografías, feminismo, literatura para padres sobre el desarrollo de los niños, cocina, novela, clásicos y actualidades literarias, cómics, y sobre todo, una amplia sección de libros infantiles, «porque es lo que más se mueve. Los padres quieren que sus hijos lean, y es lo que más vendo», confiesa.
Además de libros, en su templo literario también hay varios servicios que han dado una vuelta de tuerca a su negocio buscando una versión más novedosa y placentera de la compra. Por ejemplo, tiene pensado ubicar en breve un espacio de lectura con sillones y ofrece de forma gratuita un café a sus clientes para disfrutar más todavía de la selección de un libro.
Juanjo estudió Historia y luego trabajó en todo lo que pudo. Estuvo unos años viviendo fuera de su Totana natal y reconoce que siempre había tenido en la mente emprender un negocio, aunque en un principio no imaginó que acabase siendo una librería, y menos la suya de toda la vida. «Fue mi padre quien llegó un día y me dijo que esto se traspasaba. A mí me pareció buena idea y la verdad es que estoy encantado, no podía haberme salido mejor».
El promotor de la idea, su padre, pulula a su alrededor echándole una mano en el negocio cuando puede. Aunque él le diera el impulso, Claudio Pallarés asegura que todo el mérito es de su hijo, «porque ha sido muy constante a la hora de ponerla en marcha y además tiene mucha experiencia y sensibilidad para tratar con la gente, y eso es un plus», cuenta mientras su hijo atiende a un par de clientes y el orgullo se le asoma por la boca.
La tradición y la clientela que ya había cosechado la librería antes de pasar a sus manos fueron varios de los puntos fuertes del proyecto de Juanjo. De hecho, el trasiego de clientes es prácticamente constante. Muchos de ellos le desean suerte al salir con su libro bajo el brazo.