Los graduados sociales, al límite por las notificaciones de bajas

«La situación se agrava cada mañana cuando, nada más abrir los ordenadores para iniciar la jornada laboral, los despachos se encuentran que han recibido cerca de 300 correos electrónicos con notificaciones de la TGSS enviadas de forma automática durante la noche, incluyendo los fines de semana», denuncia.

Este volumen, sumado a los escasos tres días naturales de plazo para procesar las modificaciones de altas y bajas con la nueva legislación, está llevando a algunos despachos a la contratación de personal adicional, a pesar de la dificultad para encontrarlo, y a una «tensión tremenda».

Según el decano, no todos han podido hacer frente a esta sobrecarga de trabajo. En la Región, de los 1.200 graduados sociales que hay, aproximadamente un 5% se han visto obligados a cerrar sus negocios, según Hernández. A nivel nacional, este porcentaje oscila entre el 10% y el 15%.

La situación no solo afecta la gestión interna de los despachos, sino que también puede acarrear sanciones económicas por incumplimiento de plazos y la pérdida de prestaciones para los clientes. El problema es de una magnitud considerable, ya que el 85% de las pymes y autónomos recurren habitualmente a los despachos de graduados sociales para hacer estas gestiones, pero también afecta a los departamentos de Recursos Humanos de las grandes empresas», señalan desde el Colegio.

Afirman también que el coste en horas de trabajo se ha disparado, suponiendo un incremento del 20% por exceso de trabajo, lo que fuerza un aumento de plantilla de entre el 20% y el 25% para estas tareas en exclusiva, que son altamente estresantes y repetitivas.

Hernández Quereda mostró su «perplejidad» por el hecho de que estas notificaciones requieran documentación que ya está en disposición de la TGSS, lo que genera «una duplicidad de tareas innecesaria y una pérdida de tiempo impropia del siglo XXI y completamente alejada del modelo de simplificación administrativa».

La raíz del problema, según afirman los graduados sociales, reside en la falta de reposición de plazas por jubilación en la Tesorería General de la Seguridad Social. «Esto ha provocado que el trabajo que deberían realizar los funcionarios recaiga directamente sobre los despachos de graduados sociales, lo que supone la externalización de una labor que corresponde a la propia Administración pública», critican.

Aunque se aboga por la inteligencia artificial y la modernización tecnológica de la Administración, los graduados sociales insisten en que lo que se necesita es un cambio de actitud y de modelo por parte de la Tesorería General de la Seguridad Social. De este modo, proponen ampliar el plazo para las notificaciones de alta y baja a seis días naturales, y que la Administración asuma el trabajo que ahora deriva a los profesionales mediante un incremento de su plantilla.