Fuertes: «Los políticos tienen un chollo; ¡dejen trabajar al empresario!»
«Nos cuesta lo mismo mandar nuestros productos a Japón que a Valladolid», asegura el patrono de ElPozo Alimentación
Una de las mayores salvas de aplausos registrada en el CEO Congress se la llevó ayer por la tarde el presidente del Grupo Fuertes, Tomás Fuertes, que participó en una interesante mesa redonda -moderada por el presidente de Cajamar, Eduardo Baamonde-, junto al presidente del Grupo Barceló, Simón Pedro Barceló, y el CEO de X-Elio, Lluis Noguera, responsable de una joven compañía fotovoltaica de Abanilla que ya tiene presencia en los cinco continentes y que fue la encargada de montar plantas solares en Japón tras el desastre nuclear de Fukushima. Este detalle que contó Noguera cautivó al público, pero no tanto como las palabras de Fuertes cuando se refirió al «chollo» que tienen los políticos con las empresas, con impuestos que «en muchas ocasiones superan el 50% de los beneficios». Por ello, alzando por un momento el tono de voz para hacerse escuchar entre los aplausos, Tomás Fuertes pidió a los políticos «que dejen trabajar a los empresarios». Por que, según Fuertes, son las empresas de este país las que «estamos ofreciendo a los políticos las soluciones a los problemas sociales y económicos; creamos empleo y riqueza».
Además, Fuertes alabó las ventajas de las nuevas tecnologías y los avances de la logística, que permiten «que nos cueste lo mismo mandar nuestros productos a Japón que a Valladolid». Productos, recordó, que están presentes en «ocho de cada diez hogares españoles». Por eso, el margen de crecimiento de la compañía cárnica murciana está en las exportaciones, en países como «China y Corea», por ejemplo, «que están cambiando los hidratos de carbono por las proteínas». Simón Pedro Barceló coincidió con Fuertes en señalar las oportunidades que, también para el turismo, ofrece el mercado asiático. Y dio su propio 'palo' a la clase política al pedir al empresariado «estar lo más fuerte posible. Solo podemos confiar en nuestra propia solidez, no en la que podamos esperar de cualquier ámbito público o político».