La fiebre de las criptomonedas se abre paso entre los jóvenes de la Región de Murcia
Inversores sin experiencia se lanzan en busca de rentabilidad pese a las alertas de los expertos sobre su alto riesgo y su volatilidad
Tiene 18 años y cursa su último año de Secundaria en Molina de Segura, pero ya sabe lo que es multiplicar una inversión por ... cinco y ganar y perder especulando. Este joven, que prefiere no dar su nombre, comenzó a interesarse por las criptomonedas, como muchos otros, un año antes, durante el confinamiento, cuando encerrado entre cuatro paredes y con clases telemáticas comenzó a interesarse por la espectacular subida del Bitcoin.
La criptomoneda más popular del mundo llegó a caer en marzo de 2020 a cerca de 3.200 euros, momento en que inició una explosión que la llevó a multiplicar su valor por dieciocho en octubre de 2021, hasta rozar los 60.000. Hoy cuesta casi la mitad tras un diciembre y un enero negros, pero la caída no ha disuadido a este joven de seguir buceando en el mercado de las criptodivisas. «Cuando empecé a informarme, vi que podía ganar dinero; aunque reconozco que compré sin tener muchos conocimientos», señala. Lo hizo con el consentimiento de su padre, que le autorizó a invertir 100 dólares en Bitcoin en abril de 2020. «Los vendí en verano de 2021 por 470», cuenta. Desde entonces, no ha dejado de probar suerte, con desiguales resultados. «He seguido buscando oportunidades e invirtiendo. Leo mucho y he estado formándome en análisis técnico», dice acompañando la explicación de varias expresiones más propias de un bróker bursátil que de un preuniversitario.
Su caso es uno de tantos. Más del 11% de los españoles han invertido en criptomonedas, según el 'III informe sobre conocimiento y hábitos fintech' de la Asociación de Usuarios Financieros. Muchos de ellos son jóvenes. «Estos productos son especialmente atractivos para ellos por una cuestión generacional, ya que están más relacionados con entornos tecnológicos, y porque hay publicidades de servicios que cobran comisiones que están dirigidas específicamente a ellos», explica el profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Murcia Francisco Maeso. La promesa de dinero rápido con el único requisito de contar con una conexión a internet y acceso a una cuenta bancaria o tarjeta de crédito ha terminado de consolidar una fiebre del oro digital que venía forjándose desde hacía años. Hoy ya no es extraño escuchar en los corrillos de institutos y facultades debates sobre inversiones en criptodivisas.
El carácter tecnológico y la facilidad de acceso impulsan su éxito en las franjas de edad más bajas, según Francisco Maeso
«De moneda tienen poco»
Para Maeso, el primer engaño de las criptomonedas parte de su nombre. «De moneda tienen poco. Son activos tecnológicos especulativos de muy alto riesgo que operan en un mercado de características muy opacas», subraya. «Quien las compra debe saber que son muy volátiles y que igual que puede ganar mucho, lo puede perder todo». El principal riesgo, alerta el economista, es que «el único valor que tienen estas criptomonedas es la percepción que las personas tienen sobre su valor futuro, pero no hay una economía detrás como ocurre con el euro o el dólar, ni un negocio que respalde su valor, como pasa en Bolsa».
Juan, de 23 años, estudiante de un máster en la Región, se decidió a invertir hace un año. «Empecé porque me lo comentaron mis amigos y pensé '¿Por qué no?'». En su caso, metió 600 euros ahorrados en su primera experiencia laboral. Sus padres no lo saben. «He tenido ganancias y pérdidas», reconoce. «A día de hoy, el balance es que me he quedado como estaba. Pude haberlo doblado, pero no lo saqué cuando debía», lamenta. Muchos de sus amigos también invierten, y no lo hacen en una sola criptomoneda. Juan recita las que tiene en su cartera: «Bitcoin, Cardano, Etherium, Solana, Polygon, un poco de todo». Martín, otro joven de la Región de 22 años, ha logrado convertir 500 euros en 1.200 desde el pasado septiembre. En su caso, informó a su madre, que solo le pidió una cosa: «Que solo pusiera dinero que no necesitara».
Lorenzo Moreno, presidente de la Asociación Murciana del Bitcoin (Amurbit), advierte de que invertir en criptomoneda, como en cualquier activo de alta volatilidad, «debería ir acompañado de una gestión de riesgo», aunque suele ser distinta. «Mucha gente se lanza a comprar precisamente cuando oye noticias de que el Bitcoin está en máximos, que es, probablemente, el peor momento».
Empresas de la Región comienzan a aceptar el pago en Bitcoin de clientes y proveedores ante el aumento de criptocarteras
Pagar el colchón en 'criptos'
El aumento de dinero almacenado en carteras de criptodivisas ha llevado a varias empresas a valorar estos activos como método de pago. Para clientes, e incluso para los proveedores. Es el caso de la 'start-up' murciana Morfeo, una iniciativa de base tecnológica nacida en 2017 para la venta 'online' de colchones y productos de descanso. Su cofundadora, Elena Fernández, que comparte proyecto con Emilio Tárraga y Álex Bryszkwski, explica que cuentan con esta posibilidad desde 2020 y ya han cerrado varias ventas en Bitcoin, una de ellas, de un cliente de la Región. «Nuestro 'target' es un cliente muy 'techie', muy formado en tecnología», destaca, aunque reconoce que «no es un pago mayoritario». La empresa ha decidido mantener las criptomonedas de esas ventas y no convertirlas en euros aún. «Tenemos mucha confianza en la moneda, y creemos que es un método de pago que irá creciendo», asevera. Además, el impulso a la digitalización de las transacciones que ha supuesto la pandemia les han convencido de que el mercado está cambiando. En 2021 lograron facturar un 50% más que en 2020.
Otra empresa en sumarse recientemente al pago en Bitcoin ha sido la agencia de comunicación y marketing N7. Su director, Nacho Tomás, explica que la decisión llegó hace un año, al ver «el auge social del Bitcoin». «Asumes un riesgo, pero estamos hablando de campañas pequeñas y la verdad es que, de momento, ningún cliente nos lo ha solicitado. Pero como empresa estamos preparados y dispuestos –asegura–. Para nosotros es una alternativa más».
«Estamos en la punta del iceberg», dice el presidente de Amurbit. Al margen de los juegos especulativos, Moreno considera que las «criptomonedas y los bienes digitales en entornos virtuales van a estar a la orden del día».
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