Fabricación aditiva, una oportunidad y un reto

El mundo está cambiando y lo hace a un ritmo vertiginoso. Y con él, la industria, que registra una revolución 4.0, con fenómenos disruptivos que afectan a una economía que no para de ver cómo cambian las reglas. La nueva revolución industrial, la de la inteligencia artificial, registra una tendencia que asoma como la punta de un iceberg de una manera cada vez más creciente y evolutiva: la fabricación aditiva o la impresión 3D, que rompe con los anteriores modelos de fabricación para ofrecer un sinfín de posibilidades a todos los sectores económicos y convierte la personalización de los productos en uno de sus valores clave.

El II Congreso Nacional Sobre Fabricación Aditiva-Aditiva 4.0 reunió ayer a más de 600 profesionales en el Auditorio Víctor Villegas para abordar las tecnologías que van a cambiar el futuro, poniendo el foco en la impresión 3D. La iniciativa, organizada por el Instituto de Fomento de la Región de Murcia y cofinanciada por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), abordó este tipo de fabricación desde sus variadas aplicaciones a través de diferentes espacios: una sala principal, una zona de retos, otra de casos de uso y cuatro salas temáticas -Industrialización de Componentes, Optimización y Rediseño de productos, Salud y Pensamiento Aditivo-.

El Congreso demostró que todos los sectores que trabajan con esta fabricación estaban representados, con el foco en la industria, pero también abarcando el impacto de esta tecnología en la sostenibilidad, la educación, la bioimpresión, la alimentación y los diseños basados en sentimientos, siendo un espacio para el intercambio de ideas. Y es que desde que las patentes se hicieron de uso público y con código libre, en el año 2004, se ha propiciado un gran avance en esta tecnología.

Tal y como informó Diego Rodríguez-Linares, director del Info, el momento actual en cuanto a estas tecnologías supone una oportunidad, porque permite una mejora de la productividad con herramientas de fabricación aditiva «para posicionarnos en un lugar más ventajoso de cara a los retos empresariales del futuro», y avanzando a hacia una mayor industrialización en la Región de Murcia, para que suponga en torno al 20% del PIB.

Por otro lado, como relató Jordi Llinares, subdirector general de Digitalización de la Industria y Entornos Colaborativos, supone «una amenaza», porque se va a producir un uso más intensivo de la tecnología y se hace necesario atraer esa inversión y que esté en la agenda de las pymes, porque si no se utilizan estas tecnologías emergentes, «en determinados sectores podría haber una deslocalización a países que sí lo hagan», destacando el 'allanamiento y la accesibilidad' para que las pymes puedan implantarlas y ofrecer así mejores servicios y productos.

Para muestra de este concepto, Ignacio García, CEO de Recreus, empresa dedicada al desarrollo, fabricación de filamentos flexibles, fue el encargado de inaugurar las ponencias acercando a los asistentes la capacidad del filamento flexible para la impresión 3D que lanzaron a nivel internacional y que les permitió crear sus primeras zapatillas, 'sneakers', que supuso un hito en la industria. Este material se puede aplicar a distintos sectores, como la moda, aplicándolo sobre textil.

La aplicación de la tecnología aditiva a la Medicina permite la personalización y soluciones hechas a medida para el paciente, que no se va a aplicar en un momento concreto del ciclo de vida de la patología, sino que se puede usar en todo el ciclo de vida de un paciente en su relación con la enfermedad, desde el estudio del caso hasta la cirugía o rehabilitación. En la Sala Salud de Aditiva 4.0 Miguel Rodríguez de Cella Medical, aportó una visión de todas las aplicaciones que tiene en la Medicina, como son prótesis e implantes, en intervenciones quirúrgicas o el desarrollo de fármacos.

Desde el odontólogo que puede crear virtualmente en su propia clínica la pieza a colocar con un escaneado del diente en tan solo unas horas, acortando plazos y costes y aportando más calidad, hasta prótesis externas e internas que se adaptan a la anatomía de cada paciente y que facilitan la motorización con la unión de la robótica, o audífonos, todos ellos huyendo el formato predefinido y estandarizado existente para una mejor integración en el cuerpo.

En el ámbito de la cirugía, es capaz de plasmar un órgano en un modelo 3D para que puedan tomar decisiones antes de enfrentarse al caso real, para saber cómo lo van a abordar, ayudando a la planificación, incluso durante cirugías de máxima complejidad.

Para muchos emprendedores, el poner en marcha un proyecto es una ilusión, una fe ciega en una idea en la que el aspecto emocional tiene mucho que ver en su toma de decisiones.

La fabricación aditiva da respuestas a la creación de estos productos y permite no solo la personalización, sino también la exclusividad. Rosa Serrano es un claro ejemplo de este concepto. Creó Chuic, una tienda 'online' de pendientes que diseña a través de la fabricación aditiva, creando colecciones en 3D y lanzándolas al mercado gracias a su fuerte apuesta de la moda y el diseño complementadas con la tecnología. Ha conseguido llamar la atención de personalidades famosas, como Cristina Pedroche. Para ella, la clave es «creer en el proyecto y defenderlo, siendo sensato con uno mismo».

Faberin, por su parte, ha conseguido crear una comunidad que conecta diseñadores de productos con artesanos, que acaban convirtiéndose en digitales. Tal y como explicó el CEO de la empresa, Vicente Cánovas, su plataforma permite que un diseñador de cualquier parte del mundo suba su creación y que una red de fabricantes locales puedan ponerlo a la venta, escalando el talento y viralizándolo. La base: la exclusividad y la capacidad de que ambas partes del proceso conecten y hagan de una idea, una creación real de sectores como la iluminación, muebles, decoración o menaje. «Son productos muy de tocar, muy emocionales, y la mayoría de ellos cuentan una historia», matiza Cánovas.

Javier Creus, de Ideas 4 Change, es experto en crear 'futuros que molan' para empresas, ciudadanos e instituciones. Y tiene claro que ese futuro también pasa por la fabricación aditiva. Se trata de una visión para crear más con menos, con el enfoque puesto a favor de la gente. Para el ponente, hay dos maneras de ver la fabricación aditiva: como fabricación en sí misma en referencia a los materiales y sus aplicaciones, u otra que es en su relación con otras tecnologías y la inteligencia artificial, la realidad aumentada y la transformación de las industrias.

«Hay una parte de innovación en las técnicas, pero la fabricación aditiva es un ingrediente muy interesante para diseñar nuevos modelos de negocio», matizó.

El pensamiento aditivo es un chip que se debe cambiar en la mente y empezar a concebir la idea y diseñarla en base a esta fabricación, fomentando distintas capacidades, como la espacial. Transmitir este cambio de mentalidad en el sector de la educación sería adelantarse a la producción y fabricación del futuro, asentando así unas bases de pensamiento aditivo. «Lo que conocemos hasta ahora de la fabricación aditiva es la punta del iceberg. Hay mucho por investigar», indicó en la sala de Pensamiento Aditivo Lola Ojados, directora del Servicio de Diseño Industrial y Cálculo Científico de UPCT, recalcando que los alumnos ya se están familiarizando con estas tecnologías, asequibles, al alcance de todo el mundo y que «están de moda».

En este espacio se destacó que los alumnos asumen este pensamiento como algo natural, que las nuevas generaciones van «rompiendo puertas» y adelantándose al futuro, y la necesidad de generar un estado creativo en el que el alumno sea capaz de afrontar cualquier proyecto, porque no es un problema de conocimiento, sino de actitud.