Los expulsados de Vox votarán 'no' a la moción y negocian entrar al Gobierno
Los tres diputados darán estabilidad al Ejecutivo de Miras «ilusionados» por el plan para reunificar el centroderecha
La moción de censura de Ciudadanos y PSOE, que puso contra las cuerdas hace ocho días al Ejecutivo de Fernando López Miras y al PP de la Región, ha terminado su recorrido prematuramente, antes de que se vote este jueves en la Asamblea, si previamente sus promotores no la retiran para evitar más desgaste y escarnio. Los autodenominados diputados libres de Vox, expulsados del partido de Abascal, anunciaron tras la primera sesión de dicho debate que votarán en contra. Con ello salvarán a López Miras y darán estabilidad hasta final de legislatura al gobierno formado por el PP y los escindidos de Ciudadanos. Si se suma a ellos el presidente de la Asamblea, Alberto Castillo, llegarán a la mayoría absoluta. El grupo de Liarte negociaba este miércoles por la noche su posible entrada en el Ejecutivo regional.
Según el portavoz parlamentario de Vox, Juan José Liarte, tomaron este miércoles esa decisión «ilusionados» por el ofrecimiento del secretario general del PP, Teodoro García Egea, de iniciar en Murcia el proyecto de reunificación «desde la base» del centroderecha español. García Egea llamó a Liarte este miércoles por la mañana, antes del Pleno. «Tienen las puertas del PP abiertas y confiamos en su palabra, son caballeros», dijo el 'número dos' de Pablo Casado, quien ha dejado en manos de la dirección regional la negociación de los términos del acuerdo, basado en los pactos firmados para el Presupuesto de 2020, el cumplimiento del plan de reativación y la reformulación del 'pin parental'. Las conversaciones las lideran el nuevo secretario general del PP regional, José Miguel Luengo, y el responsable de Organización, Francisco Abril.
No obstante, la desactivación de la moción de censura horas antes de su votación no evita la polarización del arco parlamentario y la radicalización de las posturas de algunos de sus diputados más relevantes. La crispación es tan aguda que amenaza con generar un ambiente irrespirable en unos momentos determinantes para la Región. La Asamblea espera para después de Semana Santa el proyecto de ley de Presupuestos de 2021.
Las claves
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1 Sintonía ideológica. Juan José Liarte dejó la puerta abierta a dar sus votos a cualquiera de los dos ejes políticos enfrentados en la moción. Pero no ocultó su mayor sintonía con populares y liberales. Defendió el espacio de los conservadores en ese espectro ideológico.
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2 Negociación. Los expulsados de Vox llevaban varios días de conversaciones con los populares y habían sido tanteados también por Cs. El PSOE les había cerrado la puerta. Podemos, a favor de la moción, no admitiría un acuerdo de los socialistas con ellos.
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3 Ilusión. La implicación de Teodoro García Egea en las conversaciones desniveló la balanza hacia el PP. Los expulsados de Vox piensan en su futuro político cuando acabe la legislatura. Los populares les ofrecen alternativas.
En una sonrojante sesión que se extendió durante tres horas, un desencajado Diego Conesa llamó «chorizos» y «corruptos» a los populares e «indigno» a López Miras; éste se recreó en la condición de imputado del líder socialista, la candidata Ana Martínez Vidal acusó al PP de comprar votos de sus tres compañeros transfugas y hasta el siempre moderado Juan José Molina, portavoz de Cs, los llamó «sinvergüenzas». Solo Liarte pidió calma.
La incomodidad de Vidal
En la sesión, la candidata a la presidencia de la Región en representación de Cs y PSOE, Ana Martínez Vidal, pidió a los diputados que hoy voten en conciencia y por el interés general . «¿Alguien cree de verdad que es cómodo presentar una moción contra un gobierno del que forma parte? ¿Alguien cree de verdad que esto es fácil para mí? Pero no estamos aquí para hacer lo fácil, sino lo correcto», destacó.
En un discurso de cuarenta minutos, Martínez Vidal explicó las líneas maestras del gobierno que pretendía conformar con el PSOE: 24 puntos recogidos en un programa que firmó con Conesa antes de comparecer. La candidata denunció la «gravísima situación» de la Región y pidió una «rápida respuesta» de los diputados ante acontecimientos como la vacunación irregular en la Consejería de Salud que, según ella, ha puesto de manifiesto «la corrupción como forma de supervivencia» del PP.
La vacunación fue el detonante de la ruptura y la polémica que abrió los ojos a los dirigentes de Cs tras «26 años de corrupción, abuso de poder, capitalismo de amiguetes y de impunidad» en una tierra con «algunos de los peores registros socioeconómicos del país». En su partido, admitió, se equivocan «pero no tapamos delitos». De ahí que buscaran soluciones en la moción de censura con los socialistas.
Discurso duro de Conesa
El debate comenzó con una durísima intervención de Diego Conesa, quien en la justificación de la moción llamó varias veces «infame» a López Miras e «indecente e inmoral, que es fruto de la corrupción», a su gobierno. En media hora de discurso llamó varias veces «tránsfugas» a los tres consejeros disidentes de Cs, de los que también dijo que no eran dignos de la Región, y pidió su dimisión. «¿Saben que esto les perseguirá toda la vidad?».
Conesa acusó al «corrupto» Ejecutivo popular de defender «intereses privados», citó la gestión de la desalinizadora de Escombreras como mayor ejemplo de ello, y destacó lo casi 11.000 millones de euros de deuda pública. Así que planteó la disyuntiva entre «regeneración o corrupción». «Si no prospera, perderá la Región y nos encontraremos a la vuelta de la esquina con unas elecciones».
En una posterior intervención como portavoz socialista, Conesa mantuvo el pie en el acelerador y acusó al PP de querer comprar con «maletines» a concejales de Cs en Murcia y, jaleado por sus diputados, llamó «chorizos» a los populares.
Conesa obtuvo réplica de Miras, quien en su turno de oposición a la moción, pausado y tranquilo inicialmente, destacó que los gobiernos están para «salvar vidas y no para asaltar sillones». Achacó la situación que deteriora la imagen regional a la «incontrolable ambición» de Martínez Vidal, a quien acusó de «dinamitar un pacto que estaba funcionando bien». En su opinión, sin respetar a los murcianos, «se echó en brazos de la izquierda para lograr un sillón» renunciando «a los más básicos principios liberales, beneficiando al comunismo de Podemos y al 'sanchismo'».
López Miras insistió en la investigación judicial de Conesa, por la tramitación de una multa en su etapa de alcalde de Alhama, con el fin de desacreditar su papel en la moción de censura y le acusó de bloquear los grandes proyectos de la Región. Frente a eso defendió la vigencia del pacto firmado en 2019 con su vicepresidenta Isabel Franco y recordó que juntos abordaron aquel año uno de los mayores desafíos para la Región antes de la pandemia: la DANA.
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La intervención más llamativa fue la de Juan José Molina, de Cs, que acusó a sus compañeros tránsfugas de «haber escupido a la cara de los votantes».No lo escucharon Valle Miguélez, Isabel Franco y Francisco Álvarez, que se ausentaron del Pleno en el momento en el que intervenía su portavoz. «¿Os vais? Pues hasta luego», les reprochó
Esta mañana, en la segunda y última sesión del debate, antes de la votación, intervendrán Ana Martínez Vidal y los portavoces de los cinco grupos.
Miras se garantiza la mayoría en una Asamblea muy polarizada
El pacto de estabilidad alcanzado por el PP y los tres expulsados de Vox, junto con los apoyos de los disidentes de Ciudadanos, garantizará a Fernando López Miras una mayoría absoluta para afrontar los grandes temas de región. En Ciudadanos dan por hecho que a Isabel Franco, Valle Miguélez y Francisco Álvarez se sumará el presidente de la Asamblea, Alberto Castillo, muy molesto por los ataque que ayer le dedicó el socialista Diego Conesa y la falta de sintonía política y personal con Ana Martínez Vidal. Su alineamiento dentro del Grupo Ciudadanos quedará patente en la votación prevista para hoy.
Con esos cuatro apoyos de Cs y los tres de los diputados que pertenecieron a Vox, el PP, que ocupa 16 escaños, se asegura llegar a los veintitres votos en la Asamblea. Ahora, la tarea del portavoz popular, Joaquín Segado, será engrasar esa colaboración para mantener la ventaja hasta final de legislatura.
Por otro lado, la división en Ciudadanos abre otro frente en la polarizada Cámara autonómica. Los cuatro críticos son mayoría frente a Martínez Vidal y Juan José Molina. Todo apunta a que su siguiente movimiento será quitarles las responsabilidades en el grupo. Se daría una situación análoga a la de Vox, donde los tres expulsados son mayoría respecto al que milita en el partido. Pero también se puede dar el caso de que Molina y Vidal pasen al Grupo Mixto, con los dos diputados de Podemos. En los próximos días, las letradas de la Cámara tendrán que analizar detalladamente la situación para que todo se ajuste al reglamento.