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Sábado, 22 de diciembre 2018, 03:14
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Neumáticos quemados y guardarraíles apilados. Ese era el panorama que se encontraban ayer los camioneros murcianos a su llegada a Cataluña, tanto los que se dirigían a cubrir las rutas de Francia, Italia y Alemania, como los que regresaban. Todos tuvieron que aguantar horas retenidos en la carretera por las protestas de los activistas catalanes de los Comités de Defensa de la República (CDR). «Nos están infringiendo mucho daño», denunció el secretario general de la Federación Regional de Organizaciones Empresariales de Transporte de Murcia (Froet), Manuel Perezcarro.
Las protestas que tuvieron lugar ayer por la celebración del Consejo de Ministros en Barcelona se extendieron, según Froet, a la AP-7, la nacional 2 y la N-340, impidiendo el paso a los transportistas de la Región por La Junquera, Figueras y Gerona. «Hemos echado en falta un dispositivo especial de seguridad en las carreteras para garantizar el paso de los camiones», lamentó Perezcarro.
Las empresas murcianas modificaron su logística habitual para evitar a los CDR, adelantando o retrasando salidas a la noche, incluso optaron por cruzar la frontera de Francia por Irún. Sin embargo, no evitaron los perjuicios de los cortes de carretera en Cataluña, ya que Froet aseguró que afectaron a 2.000 camiones de la Región. De hecho, Perezcarro estimó que los activistas catalanes causaron al sector unas pérdidas de 2,5 millones de euros. «El Ejecutivo español está en manos del Gobierno independentista catalán», dijo.
El panorama para este fin de semana no es mejor porque se espera que se retomen en Francia las protestas de los 'chalecos amarillos' y se cortará al tráfico la zona francesa del paso de La Junquera. «No sé hasta cuándo podrá aguantar el sector», alertó el secretario de Froet. Desde que el 17 de noviembre comenzaron a movilizarse los 'chalecos amarillos', por la subida a los carburantes que planteó el Gobierno galo, los transportistas murcianos han ido lidiando con los piquetes franceses y los activistas de los Comités de Defensa de la República, lo que llevó ayer a Froet a asegurar que «estos dos últimos meses están siendo aciagos».
La Confederación Española de Transporte de Mercancías denunció que el sector perdió ayer 25 millones de euros con los cortes de carretera en Cataluña y Francia. Tal es la indignación de la patronal que Perezcarro avanzó que «se está estudiando» reclamar al Ejecutivo central las pérdidas sufridas por las empresas del transporte de la Región a causa de los 'chalecos amarillos' y los activistas catalanes. «Hay inacción desde el Gobierno de la nación: nos están dejando abandonados de la mano de Dios», denunció.
Suma dos largas décadas cubriendo rutas internacionales y en todo este tiempo, Juan Perellón asegura no haber vivido una racha igual al volante: «No recuerdo nada como esto, llegas a agobiarte cada vez que sales con el camión porque no sabes lo que te vas a encontrar». Unas veces se topa en la carretera con los piquetes de los 'chalecos amarillos', contra la subida de los carburantes planteada por el Gobierno de Francia, y en otras ocasiones le toca enfrentarse a los activistas catalanes de los Comités de Defensa de la República (CDR). «Yo respeto que se movilicen, pero es inhumano lo que nos están haciendo», reflexiona en conversación telefónica con 'La Verdad'.
Lo hace después de haber permanecido retenido casi tres horas en la AP-7, antes de la salida 6 de Gerona. «No me queda disco para llegar a Murcia», se lamenta este transportista de 48 años, al que esperan en Puerto Lumbreras para celebrar la Navidad su mujer, sus cinco hijos y siete nietos. «Por culpa de las movilizaciones tendré que pasar la noche en un área de descanso, en la carretera». Juan regresaba de descargar naranjas en Francia cuando se topó ayer con las protestas de los CDR. «Se han amontonado kilómetros y kilómetros de camiones».
Su previsión era llegar a las 12.00 horas a la localidad catalana de Sant Sadurní d'Anoia para recoger productos para un supermercado y salir hacia Albatera, antes de regresar a Puerto Lumbreras. «Iba a llegar el viernes y ahora tendré que esperar las nueve horas de descanso y regresar el sábado». De forma que perderá un día de vacaciones de Navidad.
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