La Guardia Civil arresta a tres internos de Campos del Río por captar a otros para Daesh
La investigación apunta a que los integrantes del grupo recurrían incluso a la violencia para vencer voluntades y sumar adeptos al Estado Islámico
Publicidad
Empleaban parte del mucho tiempo del que disponían en prisión a tratar de engrosar las filas del Estado Islámico o Daesh con nuevos adeptos. Por esta supuesta razón han sido arrestados tres internos del centro penitenciario Murcia II, ubicado en Campos del Río, a quienes la Guardia Civil acusa de constituir un grupo criminal con fines terroristas, que se formó cuando los sospechosos coincidieron en las instalaciones de esta prisión.
Dos de los arrestados, M. A. y K. B., se encontraban en la cárcel murciana cuando el Juzgado Central de Instrucción número 1 de la Audiencia Nacional ordenó a los agentes del Servicio de Información de la Guardia Civil que activaran la operación, después de meses de investigaciones en las que tuvieron una participación clave los funcionarios de este centro y la propia Secretaria General de Instituciones Penitenciarias. El tercero de los presuntos proselitistas, M. F., considerado el líder del grupo, se encontraba en estos momentos en la prisión de Daroca, en Zaragoza, a la que había sido trasladado por razones de seguridad y, básicamente, para evitar que siguiera impulsando entre la población reclusa murciana las actitudes extremistas y radicales en favor del terrorismo islámico.
Los tres individuos sospechosos de favorecer el reclutamiento de futuros yihadistas se caracterizan por su capacidad de liderazgo entre otros internos, además de presentar antecedentes delictivos de extrema gravedad, lo que apunta igualmente a su peligrosidad. M. F. se encontraba, de esa forma, incluido en el Fichero de Internos de Especial Seguimiento (FIES) y se encuentra cumpliendo condena actualmente por un delito de agresión sexual. Por lo que respecta a los otros dos detenidos, M. A. cumple una extensa condena por delitos de homicidio, detención ilegal, robo con violencia, lesiones y contra la salud pública, mientras que su presunto compinche, K. B., ha sido penado por delitos de robo con fuerza en las cosas, falsificación de documento público, estafa y robo en casa habitada.
A lo largo de varios meses de investigación se ha puesto de manifiesto que los sospechosos estaban alineados con la estrategia global de la organización terrorista Daesh, con el aparente objetivo de promover el reclutamiento yihadista en el ámbito penitenciario.
Publicidad
Próximos a salir en libertad
Fuentes oficiales de la Guardia Civil confirman que eran capaces incluso de recurrir a las coacciones e, incluso, a la violencia contra otros internos, con el fin de vencer su resistencia y su voluntad. Siempre con el objetivo último de lograr la captación y el adoctrinamiento en el ideario yihadista de aquellos internos de religión musulmana que estaban próximos a salir en libertad. Esta circunstancia era muy relevante en su actuación, ya que aspiraban a que pudiera llevar a cabo algún tipo de acción terrorista cuando estuvieran en la calle.
La actividad supuestamente delictiva de estos internos se detectó a través de las labores de análisis de información realizadas por los funcionarios de prisiones y por los especialistas de la Guardia Civil, y se acabó confirmando en buena parte merced a la intervención de sus comunicaciones con autorización judicial.
Publicidad
No es la primera vez que Campos del Río aparece en el centro de este tipo de operaciones policiales para erradicar el proselitismo yihadista, pues ya en octubre de 2018 se desarticuló otro grupo de 25 internos afines a la organización terrorista Daesh, que estaba asentado en 17 cárceles españolas. Un preso de Murcia II, Mohamed Achraf, era uno de los supuestos líderes de este 'frente de cárceles' dedicado a captar, adoctrinar y radicalizar a otros reclusos.
Otros dos investigados eran islamistas tan destacados como Jamal Zougam y Hassan El Haski, autores de la masacre del 11-M en Madrid. El primero está condenado a más de 40.000 años de cárcel por esos atentados, mientras que El Haski fue sentenciado a 14 años de prisión por el Supremo y a otros 10 en Marruecos, donde debe ser extraditado tras cumplir condena en España.
Publicidad
Desde la elevación al nivel 4 de alerta antiterrorista el 26 de junio de 2015, la Guardia Civil no ha dejado de trabajar en esta línea.
Prueba LA VERDAD+: Un mes gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión