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Un gentío, al anochecer en la Plaza del Ayuntamiento, transitó entre el puerto y el casco histórico. A la izquierda, el modernista Palacio Consistorial; a la derecha, el Museo del Teatro Romano.

Cuatro milenios en quince horas

La Noche de los Museos abarrota Cartagena en un maratón de historia, arte y fiesta popular

José Alberto González

Lunes, 19 de mayo 2014, 10:53

Salida a las diez desde la Plaza Héroes de Cavite para una ruta guiada sobre las 'Leyendas entre museos'; paso por la Plaza de la Merced a la una para ver el modernista Palacio de Aguirre, de 1901; comida, siesta y buen calzado a las cinco para acompañar a los niños, en el Centro de Interpretación de la Muralla Púnica, a un taller sobre las armas de los carthagineses; a las seis y media, en el Museo del Teatro Romano, representación sobre la sociedad y los espectáculos en la época que nos legó la base de nuestras leyes; sprint a la Plaza de San Francisco para escuchar al Coro de Voces Blancas del Conservatorio de Música...

Cuando, hacia las nueve, aún no había caído el sol y la banda de gaitas Tabaire ofrecía por la atestada calle Mayor un pasacalles que animaba a dejarse llevar por La Noche de los Museos, la jornada seguía siendo frenética. Y era ya inabarcable.

Porque las quince horas de cultura total que ofreció la ciudad (por cantidad y variedad de disciplinas, combinación de espacios artísticos y escenarios urbanos, y mezcla de lo local y lo mundial) se vivieron por momentos como un maratón. Una contrarreloj popular y multitudinaria.

Programa en mano, vecinos y visitantes se movieron por el centro en busca de la cita ineludible. Con 106 actividades en 43 lugares, había donde escoger. Y había que elegir. En el Palacio Molina, unos viajaron a la India con la fusión flamenca del guitarrista José Antonio Aarnoutse y el percusionista Osvaldo Jorge, entre las fotos de los 'ochenteros' de Afocar; otros a Estados Unidos con el 'New York, New York' del barítono Víctor del Castillo y la Big Band del Conservatorio, en el bulevar José Hierro; y otros a Argentina con la Asociación Cambalache y sus tangos en la Muralla Bizantina, entre originales cuadros de Juanmi Sánchez Nieto como el del Submarino Peral en apuros por el ataque de un calamar gigante.

La prehistoria estaba en el Arqueológico Municipal, con la necrópolis ibérica de Los Nietos; el medievo en el Castillo de La Concepción; el siglo siglo XX en los Refugios de la Guerra Civil; el XXI en el museo científico de la Universidad Politécnica, donde recordaban que hubo un tiempo en que «el ordenador aún no era...».

Y así hasta la madrugada, animada en la Glorieta con la cerveza de los muchos bares que hicieron caja y bailada con el tributo de la Banda Liverpool a The Beatles. Sonaba 'Please, please me'. Y, a pesar del maratón, Cartagena invitaba a más. Así que la letra venía al dedillo: «Por favor, por favor», ¡más Noche de los Museos!

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