María Ángeles Esteban: «Conseguiremos pescado con menos grasa para no engordar»
«Por sus características, los peces son muy atractivos para la investigación biomédica», afirma la catedrática de Biología Celular
ROCÍO GONZÁLEZ
MURCIA
Miércoles, 1 de mayo 2019, 02:58
«Proporcionar alimentos para una población que, a mediados de siglo, superará los 9.000 millones, constituye un gran desafío». Es la advertencia que lanzó María Ángeles Esteban Abad, catedrática de Biología Celular de la Universidad de Murcia, en el acto de su investidura como Académica Numeraria de la Academia de Ciencias de Murcia. Su conferencia de ingreso llevó por título 'Influencia del estudio de la inmunología de peces en el progreso de la acuicultura'. Los peces, señaló, serán los protagonistas de la próxima década.
-¿Por qué tiene tanta trascendencia estudiar los peces?
-La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) prevé que para el año 2030 necesitaremos un 50% más de comida, un 45% más de energía y un 30% adicional de agua dulce. Ante este hecho, los océanos representan la mitad de la biomasa que se crea en el planeta cada año y, pese a ello, representan solo el 2% del consumo diario de calorías por persona. Pero, sin duda, lo que más interés me ha despertado ha sido la puesta en marcha de su cultivo mediante la acuicultura. La FAO pone de manifiesto que esta técnica es la responsable del crecimiento continuo del suministro de pescado, que alcanzo su máximo histórico en 2016 con 171 millones de toneladas.
-¿Qué ventajas presenta la acuicultura? ¿Por qué es la alternativa de futuro?
-Esta técnica viene a representar lo que en tierra firme son la ganadería y la agricultura. Se presenta como una alternativa a la sobreexplotación en zonas como el Mediterráneo, puesto que puede llevarse a cabo en tierra firme y es más barato que el pescado salvaje. Creo que cada vez cuesta más distinguir un pescado procedente de acuicultura porque la calidad y frescura que ofrece es muy buena. El clima, la calidad de las aguas y la habilidad de los productores convierten a la Región en la primera productora de lubina y la segunda de dorada.
-Estas especies se han convertido, además, en modelo de estudio frente a enfermedades. ¿Por qué son tan útiles para estas investigaciones?
-El progreso en muchas áreas de investigación biomédica está basado en el uso de peces puesto que sus características los hacen muy atractivos. Algunos no envejecen, convirtiéndose en idóneos para estudiar el alzhéimer, el párkinson o el cáncer. También las anomalías esqueléticas son un importante problema en las piscifactorías, al mismo tiempo que las patologías esqueléticas humanas son una preocupación en nuestras poblaciones cada vez más envejecidas. Tienen especial interés estos modelos en la medicina regenerativa, ya que son vertebrados capaces de reconstruir ciertas partes corporales como aletas, piel o incluso una parte de su corazón.
-La presencia de microplásticos en nuestros mares está a la orden del día. ¿Cómo afecta al pescado que consumimos?
-Uno de nuestros trabajos se ha centrado en determinar los efectos ocasionados por la presencia de ciertos contaminantes marinos, entre los que se encuentran los microplásticos. Su producción viene aumentando desde principios de los años cincuenta y, actualmente, casi todos los aspectos de la vida cotidiana implican su uso. Al degradarse lentamente se pensó que podrían estar presentes en los productos de pesca y acuicultura, de ahí que surgiera la preocupación ante posibles implicaciones para la seguridad alimentaria y salud humana. En concreto, se estudió la posible transferencia a través de cadenas tróficas y los niveles ambientales en las costas europeas. Nos centramos en la lubina por ser más sensible a los contaminantes y carnívora; es decir, consume otros peces. Los resultados demostraron que las partículas de microplásticos son muy fáciles de ingerir, pero también de excretar a través de las heces, e incluso las más pequeñas por las branquias. Los efectos negativos no fueron detectables.
-Además del problema del plástico, los peces pueden contener altas dosis de mercurio o medicamentos como ibuprofeno. ¿Cómo se podría evitar?
-Mientras que los microplásticos no se acumulan de unos organismos a otros, no ocurre lo mismo con el mercurio. Los contaminantes nos afectan a todos. Si están en el aire alcanzarán a los vertebrados terrestres y si están en el agua, a los acuáticos. El problema de la contaminación sigue estando presente y, a día de hoy, tiene difícil solución. Lo único es hacer una buena gestión de reciclado de todos los materiales de los que seamos capaces.
-¿Cómo será el pescado del futuro?
-Actualmente se están realizando esfuerzos para lograr un producto con propiedades más beneficiosas para el consumidor. Somos lo que comemos, y los peces también. Cambiando su dieta conseguiremos pescado con mayor contenido en omega-3, muy beneficiosos para la salud cardiovascular, pero también con mayor cantidad, por ejemplo, de calcio, para las personas con osteoporosis; o con menos grasa, para no engordar. También se podrán desarrollar nuevas industrias alrededor del pescado como el cuero, que está experimentando un enorme desarrollo con la piel del salmón, la lubina o el bacalao.