El déficit municipal por el servicio de basuras llega a 47,2 millones de euros
Un estudio de la Facultad de Economía determina que cada murciano genera 490 kilogramos de residuos al año
Guillermo Hermida
Lunes, 7 de septiembre 2015, 12:16
La próxima vez que piense en el esfuerzo que le supone bajar la basura al contenedor, consuélese con el hecho de que, por mucho que le cueste, será mucho menos de lo que a su ayuntamiento le supone. Un estudio del grupo de investigación de Contabilidad Pública de la Facultad de Economía de la Universidad de Murcia ha cifrado en 47.278.944 euros el déficit acumulado por 37 municipios de la Región en la gestión de la recogida, eliminación y tratamiento de basuras y residuos. Es decir, los ayuntamientos se ven obligados a desviar esa cantidad de otros ingresos para cuadrar las cuentas del servicio.
El grupo de investigación, que dirige el profesor Bernardino Benito, se ha centrado en los datos del año 2013, el último en que se realizó la Encuesta de Infraestructuras y Equipamientos Locales. Cruzando esos datos con las estadísticas del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas y los del Instituto Nacional de Estadística, su informe cifra en 134,2 millones de euros el gasto total del servicio de recogida, tratamiento y eliminación de basuras para 39 municipios, que concentran el 96% de la población regional.
El déficit aparece cuando se cruza dicha cifra con la recaudación que los ayuntamientos recogen de las tasas del servicio. En este caso, los datos corresponden a 42 municipios y arrojan un total de 88.372.934 euros, lo que provoca el citado déficit de más de 47 millones de euros.
El desajuste se hace más patente si desglosamos gastos e ingresos por habitante. Los datos recogidos en el estudio del grupo de investigación de Contabilidad Pública señalan que cada vecino ingresa al año 61,7 euros en las arcas públicas para sostener el sistema, cuando debería pagar 94,9 para cuadrar gastos e ingresos. Es decir, un déficit para un hogar con cuatro miembros por encima de los 120 euros.
Cuestión de tamaño
Y eso hablando de medias, porque las diferencias se disparan en los municipios más grandes, debido al mayor volumen de residuos generados y a la dispersión de la población. También porque las ciudades más grandes suman un mayor número de actividades comerciales, de servicio e industriales que a su vez encarecen el servicio. Por ejemplo, en Cartagena el déficit entre lo que se ingresa para cubrir el servicio y lo que se gasta llega a los 75,2 euros por habitante, mientras que en Murcia la cifra es de 55,6 euros y en Lorca de 11,3 euros. En total, la mitad de los 28 municipios de los que se dispone de los datos completos de ingresos y gastos acumulan un déficit difícil de enjugar. En Cartagena, por ejemplo, el recibo debería encarecerse en 225 euros para un hogar de tres miembros, algo inasumible y lejos de las intenciones de cualquier político.
¿Cómo cuadran entonces las cuentas? Obviamente, desviando fondos ingresados por otras partidas, lo que pervierte la propia definición de la tasa de residuos, que se convierte en algo más parecido a un impuesto. De hecho, se considera su prestación universal y en la mayoría de los municipios se cobra junto a otros servicios, como el suministro de agua potable o el alcantarilla. Sin embargo, la norma establece que deben cuadrar.
Y el único municipio en que esto ocurre es en Molina de Segura, que computa 95,1 millones tanto para la partida de ingresos como la de los gastos. El motivo es que es una empresa mixta, Sercomosa, la que se encarga de la gestión, y el Ayuntamiento le paga a posteriori por el coste del servicio, con lo que no se produce desviación alguna.
Una desviación que se hace muy patente en, por ejemplo, Calasparra. Allí, el servicio está municipalizado en su totalidad, según explica el alcalde José Vélez: «Hay tres turnos de tres personas y contamos con tres camiones y un ecoparque propio», señala. Sin embargo, las cifras arrojan un superávit de más de 36 euros por habitante y año. ¿Debería entonces bajar el recibo? «Una familia suele pagar unos 15 euros cada dos meses, y el recibo está equilibrado, es lo que nos obliga la ley», señala el regidor. Vélez cree que el desfase se produce al no computarse el canon que abona el municipio al Consorcio Regional de Residuos. Tanto Calasparra como Cehegín, Moratalla y Caravaca de la Cruz cuentan con una estación de transferencia, en la que las basuras se acumulan antes de ser enviadas a la planta de tratamiento de Ulea.
El profesor Bernardino Benito cree que los datos del estudio revelan que «hay que ser más cuidadoso a la hora de gastar en este servicio, y huir de las urbanizaciones horizontales, que encarecen la prestación del mismo». Benito sería incluso partidario de «flexibilizar» la tasa, lo que supondría que pagara más por el servicio el usuario que provocara más costes, como los residentes en núcleos aislados y alejados de las rutas de recogida o los vertederos. Sin embargo, el coste político de esta medida sería demasiado elevado para los gobiernos locales y requeriría además un estudio mucho más pormenorizado de los costes.
1,3 kilos al día de residuos
El informe de la Universidad de Murcia también ha contabilizado el volumen de residuos generados por los murcianos, basándose en los datos de la citada Encuesta de Infraestructuras y Equipamientos Locales. Con los datos de 2013 y referidos a 29 municipios, cada residente en la Región generó 1,3 kilogramos de basura al día, para un total de 243.831 toneladas, el equivalente a la carga de más de 7.600 contenedores como los usados para el transporte marítimo.
La encuesta también ha contabilizado los contenedores -en este caso, los usados para depositar los residuos- presentes en esos 29 municipios, que suman medio millón de habitantes. En 2013 existían 18.295 contenedores, lo que supone una media de 27 habitantes por cada uno de ellos.