«Las vecinas tienen miedo, no pasan por la calle Ángel Romero Elorriaga con sus hijos»
Varias quejas de residentes de Vistabella han llegado a 'La Verdad' en las últimas semanas. Allí, los vecinos se quejan de que «en los últimos meses, los gorrillas han pasado de estar en una calle a invadir todo el barrio. Los encuentras incluso en el aparcamiento del Víctor Villegas. Antes solo estaban por las mañanas en la zona más cercana al hospital Reina Sofía, ahora es todo el día en todos sitios», apuntó Pedro Martínez, residente de la zona.
El presidente de la asociación de vecinos de Vistabella, Nacho Álvarez-Castellanos, confirmó que «el 'fenómeno gorrilla' es un problema que tenemos desde hace bastante tiempo y que se ha agravado últimamente, porque se ha ampliado a bastantes más calles».
Según cuentan, su presencia es continua en la calle Ángel Romero Elorriaga. «Nos han llegado un montón de quejas de los vecinos, porque se trata de personas que beben mucho, se ponen violentos y la gente está asustada. En concreto, por esa calle nos dicen muchas vecinas que no pasan con sus hijos porque tienen miedo», continuó el presidente, quien dijo también que la asociación ha puesto en conocimiento de la Policía Local y de Servicios Sociales la problemática del barrio. «Porque la gente pone el foco en el control policial, pero este es un tema social que va mucho más allá, es un tema de exclusión. La mayoría de los gorrillas son inmigrantes, algunos no tienen hogar, tienen problemas de drogadicción y alcoholismo, y duermen en los soportales del barrio. Viven en los arcos de la plaza de los Patos, no pueden lavarse, hacen sus necesidades allí... Se está convirtiendo también en un problema de salubridad».
Aunque no todos los vecinos opinan igual. Eva Alcázar lleva diez años residiendo en Vistabella y recordó ayer que «entonces no había, se han instalado en estos últimos años». Ella no cree que «sean un problema para el barrio. A mí particularmente no me molestan, porque tengo el truco de que, cuando aparco, les digo que yo vivo aquí y que no puedo darles dinero todos los días. Así que se conforman. Nunca he tenido un episodio desagradable con ninguno de ellos. Por lo general, son bastante educados. Supongo que para otros vecinos será un problema, claro. Todo depende de lo que quiera cada uno para su barrio, pero a mí no me molestan porque no he tenido ningún conflicto».
El concejal de Seguridad Ciudadana, Eduardo Martínez-Oliva, es consciente de esta realidad y por eso fue el primero en constatar que entre los gorrillas «hay de todo». A diferencia de Eva Alcázar, Pedro Martínez relató que «hace un par de meses, uno de estos gorrilas, un chaval joven en perfecto estado de salud, se puso a darme gritos en mitad de la calle porque me negué a darle dinero. Casualmente en una zona donde están apareciendo desperfectos en vehículos. Si son ellos o no, yo no lo sé. Lo que sí sé es que vivir en esta situación es muy incómodo». Para él, los gorrillas son solo una parte de los problemas que presenta el barrio, y supone que «mientras los barrios adyacentes sigan estando en las condiciones en las que están, seguirá vigente el 'fenómeno gorrilla' y la mendicidad, y la gente durmiendo en los bancos de los parques. Mientras no se actúe de forma más global, la situación se cronificará». Por su parte, Alcázar apuntó en otra dirección, asegurando que «es evidente que el barrio está al lado de La Fama, pero yo no podría decir que eso determina que haya gorrillas. Es una realidad que se muestra en muchas partes de Murcia».
