La urbanización Joven Futura de Murcia espera desde hace una década su regularización
La puesta en marcha de la legalización de casi 1.400 viviendas a través de un Plan Parcial vuelve a estancarse en el Ayuntamiento
Quién no ha escuchado alguna vez un «vuelva usted mañana» mientras realizaba alguna gestión ante la administración pública. Una frase tan temida como rechazada ... y que no parece desaparecer, pasen los años que pasen. Así se sienten los vecinos de la urbanización Joven Futura, ubicada en el barrio murciano de Espinardo, que llevan casi una década esperando a que su situación como propietarios –o cooperativistas promotores– pase de una alegalidad consentida a la legalidad plena.
Las esperanzas de que comenzara el proceso administrativo para lograrlo –que no será antes de dos o tres años, siendo optimistas– se vieron truncadas hace un par de semanas cuando en el Pleno del Ayuntamiento de Murcia del pasado mes de noviembre quedó aparcado el debate y aprobación del inicio de la modificación del Plan General estructural de la urbanización –con el plan parcial–. Es el primer paso para que Joven Futura salga de este limbo legal.
Dudas de tinte político sobre el proceso que iba a comenzar, centradas en el concejal de Urbanismo, Antonio Navarro –quien elevó al Pleno el avance del Plan para su aprobación–, por tener un hermano entre los propietarios de las viviendas, fue el detonante. Dudas primero promovidas por vecinos de la colindante Senda de Granada Oeste y, luego, secundados por el Grupo Municipal Socialista.
Entre los vecinos hay una sensación «de hartazgo» contra los políticos porque «nadie parece querer dar una solución» al problema
Los socialistas pidieron al alcalde, José Ballesta, y al secretario del Pleno que se retirase el punto del orden del día hasta que los Servicios Jurídicos eliminaran cualquier duda sobre el proceso administrativo realizado hasta ese momento y en el que hubiera intervenido el concejal.
Hay que recordar que fueron los socialistas, durante su tiempo al frente del ejecutivo municipal de Murcia tras la moción de censura, los que promovieron este plan parcial y encargaron a la Oficina de Planificación del Ayuntamiento el proyecto urbanístico para desarrollar lo que queda de la primera fase –equipamientos y aceras– y poner en marcha la segunda fase, con la construcción de unas 1.000 viviendas más en varios bloques de hasta ocho alturas. Lo hicieron argumentado que llevaba demasiado tiempo en un cajón.
No les dio tiempo a seguir con el proceso y ese plan parcial lo heredó el PP y Antonio Navarro como responsable de Urbanismo. Los documentos redactados fueron presentados a una representación vecinal por parte del PSOE primero –días antes de las elecciones municipales del 28 de mayo–; y por el PP después, a principios de julio. Y eso es lo que se ha vuelto a quedar a la espera de que se desenrede la madeja de la duda.
Los ediles socialistas Andrés Guerrero y Ginés Ruiz se encargaron de explicar las razones de esta petición: evitar cualquier irregularidad en su tramitación que pudiera derivar en una anulación por parte de los tribunales si era recurrida. Tal y como ocurrió en 2015, con una sentencia del Tribunal Supremo que anuló todo el Plan Parcial. Consideraron que el informe podría estar acabado para la sesión plenaria de diciembre, pero eso no ha ocurrido y habrá que esperar al Pleno de enero para saber qué pasa definitivamente.
No parece que a los representantes de la Asociación de Vecinos Senda de Granada Oeste, el tercer eslabón de esta peculiar cadena, les vaya a importar mucho la ralentización del proceso, ya que, de seguir adelante, verían peligrar la tranquilidad de su modo de vida, con nuevos edificios y de gran altura y con más de un millar de familias viviendo casi a las puertas de sus propiedades, todas ellas unifamiliares. Fue esta asociación, además, la que logró la anulación del anterior plan al recurrirlo.
Los afectados, «indignados»
Pero, mientras todo esto ocurría, los más directamente interesados guardaban silencio. Hasta ahora. «Estamos indignados y con una gran sensación de hartazgo contra todos los grupos políticos por la gestión de nuestro caso; es desesperante tener la sensación de que nadie quiere solucionarlo», apunta Chencho Mateos, presidente de la Asociación Vecinal Joven Futura, en declaraciones a LA VERDAD.
Eva Macabich es cooperativista promotora desde el principio y pone el acento en la falta de servicios: «Somos una isla con un único cordón umbilical que nos lleva a la civilización, una carretera sin aceras y un transporte público que deja mucho que desear, sin equipamientos».
Pero tampoco lo tienen fácil si intentan vender o comprar un piso, como relata Miguel Miñano. «Adquirí mi vivienda en 2021 y me fue difícil conseguir una tasación no condicionada al Plan Parcial que me diera vía libre a lograr un crédito hipotecario; lo conseguí al tercer intento».
La luz empezaba a brillar al final del túnel particular de las casi 1.400 familias que viven en los pisos VPO, pero, por ahora y por «cuestiones políticas» vuelve a apagarse.
Los primeros cinco edificios se entregaron en 2009
Joven Futura nació en 2009, aunque su proyecto es anterior. Fue en febrero de ese año cuando se entregaron los primeros cinco edificios con Viviendas de protección Oficial (VPO), de 23 que componían la primera fase, la única que se ha construido. Ya entonces, el constructor, Ricardo Zamora, aventuró que «podría llevar años» levantar la segunda fase, que contempla la construcción de otras 1.200 viviendas; esto es lo que ahora se quiere poner en marcha en el Plan Parcial que debería haberse aprobado como avance el pasado noviembre.
Pero ya entonces, su construcción no fue sencilla porque en 2006 en esos terrenos aparecieron restos arqueológicos que fueron protegidos por ser considerados de interés, ralentizando las obras en algunos sectores.
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