Santa Eulalia reclama el cine Rex como sede social y cultural del barrio
Una decena de asociaciones envían un escrito al Ayuntamiento en el que recuerdan las carencias de espacios para realizar actividades
Desde que se conoció a finales del mes pasado que el Ayuntamiento estaba tramitando la posible ampliación de usos del edificio del antiguo cine Rex, numerosas voces y colectivos han propuesto ideas para su nuevo destino. Una de ellas, la más reciente, parte de una decena de asociaciones y colectivos del barrio de Santa Eulalia, y por extensión del Distrito Centro-Este. En un escrito dirigido al alcalde de Murcia, José Antonio Serrano, le piden que se convierta en el centro social y cultural de este distrito de Murcia, que comprende los barrios de Santa Eulalia, San Juan, San Lorenzo, San Bartolomé y Catedral.
El documento está firmado por los representantes y presidentes de la Asociación de Vecinos y Barrio de Artistas de Santa Eulalia, el Centro de la Mujer, el Centro de Mayores, la Peña Huertana El Zarangollo, Asociación de Comerciantes, Asociación Santa Olalla, y de la Comisión de Festejos de La Candelaria y San Blas. Argumentan que estos colectivos, «son en la actualidad el motor social y cultural de la ciudad de Murcia», y el barrio en general «tradicionalmente ha sido un lugar de vivencias artísticas y populares».
Sin embargo, las asociaciones «más concurridas», como la de los mayores o la mujer, «no tienen espacios suficientes donde realizar sus actividades y utilizan varios locales» y otras, como las de los vecinos o las culturales «no disponen de ninguno para organizarlas». Por ello, «esta dispersión de locales y hasta duplicidad de actividades en varios de ellos, está propiciando un mayor gasto en alquileres y en recursos energéticos y sociales», explican en su carta.
Un inmueble lo suficientemente amplio, como el del cine, concluyen, «podría acoger todas estas sedes, optimizando los recursos económicos y productivos y propiciando una mayor afluencia de usuarios».
El cine Rex, ubicado en este distrito, cerró sus puertas en 2019, tras más de un siglo. Está catalogado en el Plan General como edificio de interés y su uso es de equipamiento-espectáculos. Tiene un grado de protección 2, y está permitida su rehabilitación manteniendo la estructura general del inmueble.