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Lo construyó Mariano García Muñoz, oriundo de la pedanía de Cabezo de Torres, en 1953, y ahora sus descendientes han puesto en marcha su rehabilitación. Es el edificio conocido como Consuegra (por la confitería que hay en su bajo), ubicado entre las calles Puerta de Orihuela y Ronda de Garay, en el barrio de Santa Eulalia, frontera con el de San Juan, y, que de la mano de una cooperativa, pretende «mantener el valor arquitectónico» de esa época.
Ha aceptado el reto el arquitecto Francisco Guerao, seducido por la idea de «recuperar el patrimonio» murciano de una década que suele pasar desapercibida en la ciudad («ya quedan pocos edificios de los años 50»), y porque los trabajos de rehabilitación integral se van a llevar a cabo en régimen de cooperativa.
La idea surgió de la misma familia, que hasta ahora tenía alquilados los pisos y querían dar un giro a la situación, explica el arquitecto. En este edificio llegó a vivir toda la familia García (hijos y descendientes) y el resto se rentaba a personas «conocidas y de confianza».
275.000 euros
es el precio del piso más caro, mientras que los áticos costarán entre los 430.00 y los 530.000 euros, según han previsto sus promotores, que esperan incluso abaratar el coste de las viviendas
«El abuelo fue un personaje en su época, y mandó construir este inmueble junto a otro edificio anteriormente en la misma manzana y solar», apunta Guerao. De hecho, García Muñoz compró un primer solar en la calle Puerta de Orihuela, que quería destinar a su vivienda familiar y a la de sus hijos y, el resto, sería para alquilar. Ese primer edificio se acabó en el año 1949.
Pronto compró el solar aledaño, situado ya en Ronda de Garay, ya que decidió construir otro edificio más amplio para acomodar a su familia. Ese edificio es el actual número 20 de Ronda de Garay, concluido en mayo de 1953, y al que se trasladan ese mismo verano tanto él y su mujer, como su hijo e hijas (tres), con sus respectivas familias. Es este inmueble el que ahora se va a rehabilitar. Fue el maestro de obras y constructor el maestro Pintado y no se tiene noticia de que interviniera ningún arquitecto en el proyecto
El edificio número 18 de esa misma calle sería el siguiente en levantar, si bien se aprovechó la construcción del anterior para ello. De hecho, ambos edificios comparten estructura.
Como anécdota, debe reseñarse que todos estos edificios se construyeron sin recurrir a financiación alguna, al igual que los que posteriormente Mariano García construyó en Gran Vía (donde volverían a trasladarse tanto él como sus hijos), y en las calles Maestro Alonso y José Antonio Ponzoa.
Otra de las cuestiones que animó al arquitecto murciano a llevar a cabo el proyecto fue la idea de que esta intervención iba a permitir que mantener «el carácter del zoco andalusí de la zona, al estar el edificio en la Puerta de Orihuela, desde la que, de seguir recto, se llega a la Catedral». Y subraya que «la familia está muy ilusionada con esta iniciativa así como con mantener la máxima de su abuelo: 'Que sean más que vecinos, amigos'».
El proyecto está en su fase final de redacción y sobre plano ya tiene la distribución de las distintas estancias de los pisos, tres en cada planta, con tres dormitorios cada uno. En la azotea habrá tres áticos. En total serán quince viviendas con precios que oscilan entre los 250.000 y 275.000 euros de los pisos y los 430.000 a 530.000 de los áticos.
«Consideramos que son precios muy conservadores para la calidad de los materiales que se van a emplear y la intención es que se mantengan sobre lo previsto e incluso puedan bajar; eso es lo bueno de que sea una cooperativa, que no se busca ningún beneficio ni hacer negocio», explica Guerao, quien destaca que ya tienen apalabradas la mitad de las viviendas.
Asimismo, aunque hay una distribución de cada vivienda sobre plano, el arquitecto, que ya ha participado en otras tres rehabilitaciones de este tipo, destaca que se pueden realizar todos los cambios que los futuros propietarios quieran. «Será una casa a medida de cada cooperativista; eso sí, no se va a permitir bajar la calidad de los materiales empleados», subraya Guerao, que añade que uno de los objetivos es que tengan «la máxima» eficiencia energética.
Tampoco se ha pensado instalar una cocina estándar en los pisos, si bien los promotores esperan que al ser una cooperativa «una compra conjunta puede atenuar mucho el precio».
Por lo que respecta a los plazos, la intención es comenzar los trabajos en el último trimestre de 2026 y que su ejecución se prolongue durante año y medio, aproximadamente. Es decir que de aquí a tres años todo el proceso puede estar concluido.
Mariano García Muñoz nació el 2 de diciembre de 1899 en Cabezo de Torres, como primer hijo de una familia de cinco hermanos. Su padre, Domingo, era el encargado de las fincas y hombre de confianza de Mariano Vergara y Pérez de Aranda, marqués de Aledo, jurista, escritor y político español, y propietario agrícola. Siendo Mariano niño, el marqués lo acogió y le dio estudios. Su primer trabajo en las fincas fue de esa época.
De joven, se casó con María Muñoz Alemán, hija de una rica familia de Cabezo de Torres, propietaria de una tienda de ultramarinos. Durante la I Guerra Mundial, el suegro de Mariano hizo fortuna con la exportación de productos, dinero que invirtió en terrenos en la pedanía murciana, convirtiéndose en un rico propietario. De él aprendió el negocio del comercio.
Mariano García llegó a ser uno de los principales exportadores de cítricos de la Región de Murcia. Fundó la empresa Prosol, situada en el barrio de la Flota, de la que aún hoy puede verse su gran chimenea. Murió en Murcia en julio de 1991.
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