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Antonio Botías, con su nuevo libro, ante San Esteban. VICENTE VICÉNS / AGM
Antonio Botías: «La pasión de los murcianos por su tierra se mantiene intacta»

Antonio Botías: «La pasión de los murcianos por su tierra se mantiene intacta»

El periodista, escritor y cronista oficial publica el tercer volumen de 'Murcia, secretos y leyendas', en el que recopila sus artículos dominicales en LA VERDAD hasta 2015

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Martes, 1 de diciembre 2020, 01:44

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La pandemia que curó la 'vivorera murciana', la monja que veía en cueros a los hombres, la calavera viajera de Saavedra Fajardo, el fantasma mirón de San Juan o los remedios contra los 'catarros' de vejiga son algunas de las curiosas crónicas recopiladas en 'Murcia, secretos y leyendas III', el nuevo volumen del escritor y periodista Antonio Botías, que recoge artículos publicados cada domingo en las páginas de LA VERDAD en la sección 'La Murcia que no vemos'. Comenzó esta colaboración hace 12 años y este último libro incluye las páginas publicadas desde 2008 hasta 2015.

–¿En nuestra Murcia antigua hay más secretos o leyendas?

–Murcia tiene más secretos, si lo entendemos como hechos desconocidos, lugares insólitos, personajes que se han olvidado. Todo aquello que no conocemos y hemos olvidado. Y creo que de la historia hemos olvidado mucho y, lo que no, lo hemos destruido.

Pandemias anteriores: «Las misas se seguían celebrando en la Catedral, y se constituían en focos de infección»

–¿Qué diferencia la Murcia del siglo XXI de la que aparece en sus artículos?

–Hay un antes y un después con la apertura de la Gran Vía, que destroza todo el antiguo trazado árabe y la que se carga plazas y plazuelas. También desaparecieron del XVIII al XX muchos palacetes y casonas.

–¿También hemos cambiado en el carácter los murcianos?

–En eso, creo que no. Si uno ve como escribían Martínez Tornel, Pedro Díaz Cassou, Jara Carrillo, Frutos Baeza... manifestaban el mismo interés por cosas similares a las de ahora: La defensa de nuestras tradiciones, lo intenso que se vive la Navidad en su huerta y en su campo, la pasión por Salzillo, el amor por la espléndida gastronomía... Todo eso se ha venido manteniendo. La pasión del murciano por su tierra se ha mantenido intacta con el paso de los años e incluso ha crecido un poco, porque hace veinte años el patrimonio no se protegía tanto como ahora. Las nuevas tecnologías han influido en que amemos más la ciudad.

Los lectores: «Con las redes sociales es genial. Me mandan pantallazos y periódicos antiguos escaneados»

–Tomando como referencia pandemias anteriores como la 'gripe española' de 1918... ¿Somos más o menos disciplinados que entonces?

–Resulta curioso ver que las mismas cosas pasaron ya en el siglo pasado. Había toques de queda pero no todos los respetaban. Ya entonces se recomendaba la higiene, limpieza y distancia social y la mayoría lo observaban, pero también había que poner sanciones. Quizá dónde nadie admitía discusiones era en las ceremonias religiosas. Las misas se seguían celebrando para que las pandemias remitieran. Y la Catedral se llenaba de murcianos que, ademas, se constituían en un foco de infección.

–¿Cómo escoge sus temas?

–Casi siempre me baso en la sorpresa, en aquello que me llama la atención y que me gustaría que me contaran. Y en lo relacionado con los diferentes tiempos del año (Navidad, Semana Santa) y las efemérides.

–¿La gente le llama para contarle anécdotas?

–Con las redes sociales es genial. Hay mucha gente que me manda pantallazos, periódicos antiguos escaneados y yo me nutro de esa información. También hay otros que te envían correcciones o algún gazapo. Noto que hay mucho interés por temas cultuales

–¿Cuál es su historia favorita?

–Me sorprendió mucho 'El crimen de la perla', la mujer que condenaron porque supuestamente había asesinado al marido echando veneno a un vaso de ron porque tenía un supuesto amante. La ciudad se paralizó, no encontraban verdugo y fue la última víctima que se ajustició en público. También me llamó la atención muchísimo la de 'El cornudo con certificado', un murciano que fue al médico porque le habían salido dos protuberancias en la frente, pero que tenía una explicación científica.

–¿Y quedan temas para recopilar en más volúmenes?

–Claro que sí. Queda material para otros tres o cuatro volúmenes. En 12 años he escrito 1.000 páginas, 400.000 palabras, que se dice pronto.

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