La Morenica vuelve a visitar las pedanías de Murcia treinta años después
Treinta años han pasado, lo que en el universo infinito de la historia de Dios es apenas tomarse un chato con algo de cascaruja, para ... que la Patrona de Murcia se monte en sus sagradas alpargatas y vuelva a visitar esas pedanías murcianas que nutren cada una de sus romerías de miles y miles de fieles. Será en 2027, según anunció esta semana el obispo, para conmemorar el primer centenario de la coronación de una imagen que, sea uno creyente o no, queda impresa en el alma de cuantos nacen en esta vega. Fue en 1994 la última vez que la Fuensanta fue de pedanía en pedanía, con no poca colaboración para su lucimiento de las peñas huertanas, que ahora vuelve a presidir Juan García Serrano, quien ya viviera aquello.
Aquel año, como informó LA VERDAD un 17 de enero, la Patrona regresó a la ciudad por el llamado «camino viejo de la Fuensanta», el mismo que recorrió la talla en su primera bajada un 16 de enero de 1694. El motivo era conmemorar el tricentenario de esa fecha y fue muy bien acogido por las gentes de Patiño, que también la tienen como Patrona y que entonces reivindicaron la recuperación del antiguo itinerario de las romerías.
Dos centenares de devotos la acompañarían junto al antiguo estandarte de los Caballeros de la Fuensanta, rehabilitado por decisión del entonces cabo de andas de la imagen Joaquín Monerri y el apoyo de la que fuera camarera de la Morenica Pilar de la Cierva.
Aún parecían resonar en tan huertana pedanía los sones de las once cuadrillas que animaron el VI Encuentro de Cuadrillas, donde se repartieron hasta 70.000 pelotas, cocinadas por una treintena de patiñeras para regocijo de no pocos murcianos. Muchos de ellos intuían, igual que profetizó Manuel Cárceles 'El Patiñero', a quien Dios tenga en la gloria de troveros huertanos de almuerzos interminables, que la Pascua murciana, la de Navidad, debía acabar a golpe de aguilando en Patiño, como hoy ya nadie avisado discute.
El histórico 'tour' de la Patrona comenzó tras su bajada a la capital el 24 de febrero, según la costumbre para presidir su novenario. Pero Ella, según se pudo comprobar y disfrutar después, tenía otros planes más populares.
Casi nada: visitar hasta 49 de las 52 parroquias del municipio. No fue posible llegar a todas por la extensión bestial del Municipio de Murcia y la necesidad de que regresara a su santuario del monte. Así que en algunas iglesias solo pasó una mañana o una tarde. Ni la Piquer en sus mejores tiempos.
La peregrinación se organizó para recaudar fondos dedicados a Proyecto Hombre, una espléndida iniciativa que esperaba a instaurarse en Murcia, y con acierto lo hizo, de la mano de Cáritas y la Confer, la Confederación de Religiosos y Religiosas (sí, ya entonces la Iglesia Católica andaba al día de las denominaciones paritarias).
La Morenica arrancó su gira desde la Catedral el 10 de abril, a las ocho de la tarde, y durante siete semanas fue recorriendo las pedanías de la huerta, una de las estancias más prolongadas hasta entonces fuera de su santuario. El recorrido por las pedanías intentaba compensar que la Patrona solo había visitado parroquias de la capital durante el Año Mariano celebrado en 1988, un total de veintinua iglesias.
La primera parada de la Patrona, ese mismo domingo, fue en la parroquia de Santiago el Mayor, desde donde la trasladaron al vecino barrio de El progreso unas horas más tarde. Desde el primer día, como registró el diario LA VERDAD, miles de murcianos acompañaron a la imagen en su curioso peregrinar por la huerta. Alguno hubo que no se perdió ni un traslado. La imagen regresó a la Catedral el sábado 28 de mayo, justo un día antes de que se cumplieran los tres siglos desde su primera bajada a Murcia. Al día siguiente se celebró un acto conmemorativo y el martes, día 31 de mayo, la Fuensanta retornó al monte.
Todos los traslados se realizaron por la tarde, tras la obligada misa de despedida. Y en todas las pedanías se organizaron multitud de actos en torno a la celebrada visita que en 2027 volverá a celebrar la más afamada de las devociones murcianas.
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