Los huertanos de Murcia y Valencia formarán un 'lobby' para hacer frente a los ataques
Los presidentes de los cuatro tribunales consuetudinarios del Levante acuerdan unir sus fuerzas para que se les escuche, «aquí y en Bruselas»
Los huertanos de Murcia y Valencia han decidido decir «basta». Basta a que legislen sin contar con ellos en cuestiones que les afectan directamente; basta ... a que duden de su amor por las tierras que cultivan, que en muchos casos han heredado de sus mayores; y basta a que a nadie, salvo a ellos, parece importarles el futuro productivo de la huerta, y no solo el futuro patrimonial o turístico frente a la presión urbanística. Por eso, han puesto en marcha la maquinaria para unir fuerzas y crear un 'lobby' cuyo objetivo es que se escuchen sus reivindicaciones y les tengan en cuenta, «aquí y en Bruselas».
Esta es una de las principales conclusiones de la II Jornada sobre Tribunales Consuetudinarios de España, celebrada este jueves en Murcia, y en el que han participado los presidentes y asesores de estos organismos: el Juzgado de Aguas de la Vega de Valencia (José Alfonso Soria y Javier Pastor); el Consejo de Hombres Buenos de Murcia (Diego Frutos y Juan Jesús Sánchez); el Juzgado Privativo de Aguas de Orihuela (José Bernabé y Miguel Mazón); y el Tribunal del Comunero del Rollet de Gràcia de la Huerta de Aldaia-Valencia- (José Bonet y Carles Andrés Raga). Estos dos últimos son los que acaban de conseguir su reconocimiento como tribunales, tras una difícil tramitación en las Cortes.
«Debemos dejarnos los nudillos de llamar a la puerta de los políticos de las distintas administraciones para que cuenten con nosotros durante la elaboración de las nuevas normas, leyes o decretos, que puedan afectarnos», subrayó José Alfonso Soria. Algo que no había ocurrido con la Ley de la Huerta de la Comunidad valenciana. «Hay que proteger la huerta pero no con un exceso de celo que nos impida desarrollar nuestra actividad».
A esto, Diego Frutos añadió: «Para salvar la huerta sobra con que podamos seguir trabajando, no hay nadie más ecologista que nosotros». Y el secretario del Consejo de Hombres Buenos, Juan Jesús Sánchez lamentó que se esté elaborando el Plan especial de Protección de la Huerta «de espaldas a nosotros».
Quedó claro que debe haber un clima de «cordialidad y buenas relaciones» entre las administraciones públicas y los huertanos, «con independencia del político de turno», lo que no siempre es fácil o posible. Diego Frutos, en respuesta al interrogante planteado sobre la ausencia de representantes públicos en la jornada de este jueves, subrayó que «han sido invitados».
Tanto en las intervenciones primeras como en las producidas durante la mesa redonda, presidentes y asesores destacaron la importancia de divulgar entre la sociedad, sobre todo entre los más jóvenes, la existencia y las claves de la actuación de estos tribunales, porque «poca gente nos conoce y nos valora, y por tanto no se protegen como se debería desde la administración pública», indicó Miguel Mazón.
También se destacó el «respeto» y «prestigio» que entre los huertanos se siente hacia estos organismos, lo que permite su continuidad, apuntó Javier Pastor «Siempre se ha considerado a sus integrantes como a sabios en materia de agua», añadió Carles Andrés Raga. El presidente suplente de Aldaia lamentó que los conflictos en esta zona han crecido porque quienes adquieren tierras con derecho a riego «ni saben ni quieren saber cómo funciona» el sistema.
Un temor generalizado es que la presión urbanística y turística llegue a hacer desaparecer la huerta productiva, lo que acarreará la desaparición de estos tribunales. Y también se puso sobre la mesa la necesidad de recibir ayudas públicas, si bien «los políticos deben mantenerse al margen» y no interferir en su trabajo.
Otras de las decisiones que salieron de esta jornada es continuar, al menos una vez al año, con estos encuentros que permita a los levantinos debatir sobre problemas comunes e intentar llegar a soluciones. Todo apunta a que la próxima viajará a Valencia.
Sesión pública del Consejo
La jornada terminó con la celebración de una sesión pública del Consejo de Hombres Buenos de Murcia, que tuvo lugar en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de la capital, y en el que los seis miembros de este tribunal consuetudinario de la huerta, que data del siglo XII, juzgaron dos casos en los que ha sido imposible la conciliación.
En un caso, los propietarios de una finca de la pedanía de Llano de Brujas habían sido denunciados por incumplir el retranqueo o línea establecida en la plantación de nuevos árboles.
En el segundo asunto, que afecta a una propiedad ubicada en Santa Cruz, la denuncia parte de las Junta de Hacendados, ya que el vallado realizado por el dueño impide el paso del procurador de la acequia durante las tandas de riego. Se le pidió que lo quitara, pero al negarse, el caso ha sido remitido a juicio.
Las resoluciones de este tribunal, al igual que el de los otros tres de la comunidad valenciana, son de plena ejecución porque así se lo reconoce el artículo 125 de la Constitución Española y sobre ellas no cabe impugnación en los tribunales ordinarios. «Cuando ha llegado algún caso a la legislación civil o de lo Contencioso, sus titulares se han abstenido en beneficio del fallo de estos tribunales», recordó este jueves el asesor jurídico del Consejo de Hombres Buenos de Murcia, Juan Cánovas.
El año pasado los miembros del Consejo recibieron 58 denuncias de las cuales 40 terminaron en expedientes conciliadores, cinco fueron desestimadas y en trece casos se dictaron sentencias «que fueron cumplidas voluntariamente», enumeró Cánovas.
Del Riquelme: «Su valor e importancia va más allá del costumbrismo»
El presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Región de Murcia, Miguel Pasqual del Riquelme, fue el encargado del discurso inaugural de esta jornada sobre la justicia consuetudinaria. «Tan tribunal es el Consejo de Hombres Buenos como el resto de los juzgados y tribunales de la Región de Murcia», manifestó nada más comenzar su intervención.
Para el presidente del TSJ, que recordó que muchos de estos tribunales tienen 800 o 900 años de historia, «su valor e importancia va más allá del mero costumbrismo» y se les puede considerar históricos, en el sentido de que junto con los tribunales eclesiásticos y militares, son los únicos que salieron vivos de la «unificación jurisdiccional» que tuvo lugar hace años en España.
Pasqual del Riquelme también destacó que, aunque con altibajos, se han mantenido en el tiempo y son un vivo ejemplo de algo que se ha perdido en la justicia española, en la que «papá Estado resuelve todos nuestros conflictos como sociedad».
«Estos tribunales tienen un valor añadido, el de devolver la palabra a los ciudadanos; además de que liberan al Estado de la carga insoportable de resolver toda la conflictividad» que le llega, señaló el presidente. Por último, subrayó el papel de mediación y conciliación en los asuntos que les llega, tarea previa a la ejecución del juicio.
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