Las empresas disponen de un mes para retirar los patinetes de alquiler de Murcia
El Consistorio confirma la resolución del convenio que autorizaba la ocupación de la vía pública para prestar este servicio, que quedará suspendido
Un mes, en principio, improrrogable. Ese es el plazo que el Ayuntamiento de Murcia ha dado a las empresas propietarias de los vehículos del servicio de alquiler de patinetes para la retirada de estos de las calles del municipio. Fue el pasado 24 de mayo cuando la Junta de Gobierno Local aprobó definitivamente la resolución del convenio, firmado con la Agencia Local de la Energía y Cambio Climático de Murcia y que facultaba a estas sociedades a la ocupación de la vía pública para el desarrollo de esta actividad. Este acuerdo fue suscrito en abril de 2023 y contaba con una duración de un año prorrogable por otro. Sin embargo, las desavenencias entre las distintas compañías participantes en esta experiencia piloto dio lugar a la resolución del convenio, recogida en el propio documento.
Fue el grupo murciano Mobility Spadimur, promotor de la propuesta y responsable del mantenimiento de los vehículos en el municipio, el que optó finalmente por poner fin al servicio ante la falta de entendimiento con sus compañeros de aventura. De hecho, su gerente, Juan Ochando, había alegado que el servicio carecía de viabilidad desde el momento en que las dos empresas suministradoras de los vehículos, Bird y Link –con la marca Superpedestrian–, o al menos sus matrices norteamericanas, «se encontraban situación de quiebra». Esta circunstancia ha sido matizada por las propias compañías implicadas, alegando que cualquier dificultad atravesada ha sido ya resuelta y achacando los problemas en el funcionamiento del servicio al propio Ochando.
Ante esta situación, y tras la retirada momentánea de las calles de los dispositivos de Link, el Grupo Mobility optó por buscarse un nuevo socio, la empresa franco-holandesa Dott, que repuso en las calles de Murcia centenares de vehículos que, finalmente, tuvo que volver a retirar tras la denuncia de los dos proveedores originales. Alegaba Ochando que esta era la única solución que había encontrado para seguir presentando el servicio, ya que a la desaparición de los vehículos de Link –que ya han vuelto a las calles– se unían las dificultades que estaban teniendo para dar mantenimiento a los vehículos ante la falta de un adecuado soporte.
El acuerdo que sellaba esta experiencia piloto quedó extinguido el 19 de abril, aunque se le dio carpetazo formalmente hace once días
Pese a todo ello, y tras reunir a la comisión de seguimiento del convenio, en la que también participa el Consistorio, parecía que el servicio continuaría un año más en funcionamiento, mientras que se acababa de configurar el modelo definitivo que aspira a implantar el Ayuntamiento y dado que la propuesta estaba funcionando razonablemente bien en Murcia términos económicos, según aseguraban sus promotores. Sin embargo, este vodevil de la movilidad sostenible contaba aún con algún acto más, que se tradujo en el descuelgue de Mobility del acuerdo, circunstancia que obligaba a poner fin a esta actividad una vez que el convenio consumió el pasado 19 de abril su periodo de vigencia inicial. Ante esta circunstancia, el Consistorio señaló que se daría un periodo de alegaciones, pasado el cual se procedería a exigir la retirada de los dispositivos, algo que se preveía para finales de mayo.
Sin soporte jurídico
No obstante, este proceso se ha acabado prolongando en el tiempo y no fue hasta hace unos días cuando se certificó formalmente la resolución del convenio, dejando sin soporte jurídico municipal a dicha oferta de alquiler. Esta circunstancia ha dado lugar a la notificación a Bird y Link de que cuentan con el mencionado mes para la retirada de los dispositivos, pudiendo, en caso contrario, proceder la Policía Local a su desalojo, algo que, además, reclama Grupo Mobility Spadimur, en cumplimiento de la normativa.
Las desavenencias entre las compañías responsables de la actividad han acabado con una propuesta que buscaba un segundo año
Hay que señalar que dichas sociedades, tras perder la cobertura ofrecida por la empresa de Ochando, ya habían buscado otros socios locales para dar mantenimiento a unos vehículos que empezaban a quedarse tirados por las esquinas y sin batería. En principio, y a preguntas de LA VERDAD, señala el Ayuntamiento que no contempla de momento la posibilidad de suscribir un nuevo acuerdo que evite la desaparición del servicio, privando a los ciudadanos de una propuesta de este tipo y forzándolos, en todo caso a comprar su propio patinete eléctrico, al menos de momento.
De hecho, fuentes de Bird consideran esta posibilidad como un paso atrás en el fomento de la movilidad eléctrica y compartida y, aunque confirman que darán cumplimiento a cualquier orden municipal –ya que quieren mantener una relación de colaboración con el Ayuntamiento–, señalan que explorarán todas las opciones posibles, tanto las legales como las de la negociación, para continuar con el servicio en Murcia.
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La Concejalía apuesta por implantar un servicio público
La propuesta municipal, según indican desde la Concejalía de Movilidad, y a falta de un mayor concreción, pasa por implantar a partir del año próximo un servicio público de alquiler de bicicletas eléctricas y, en principio, también de patinetes. Habría que ver si esta apuesta se realiza mediante la adquisición de los vehículos por parte del Ayuntamiento, tal y como se ha sugerido inicialmente, o si se podría gestionar mediante una concesión previo concurso, una solución que llevan meses solicitando grandes empresas del sector como la norteamericana, que aspira a meter cabeza en Murcia. De lo que no es partidario el Consistorio es de seguir con el sistema de autorización para la ocupación de la vía pública a los operadores privados, el que ha funcionado en el último año.
Se puede dar así la paradoja de que, tras una reciente y ambiciosa ampliación de la red carriles bici en una ciudad relativamente plana y con una buena climatología casi todo el año, desaparezca sin fecha de vuelta un servicio que parecía contar, además, con una razonable aceptación, según las empresas implicadas. Pero hay que tener en cuenta que esto ocurre en una urbe con un sistema de alquiler de bicicletas agonizante y que cuenta también con unos carriles bus aún por explotar en buena parte de su trazado, ya que siguen a la espera de la puesta en marcha de la nueva concesión del servicio de transporte público. El Ayuntamiento sigue confiando en que esta se licite antes del verano. La movilidad sostenible sigue así intentando abrirse paso en Murcia, aunque lo hace a trompicones.
