Sumario del 'caso Atalayas': «Empezó a oler a quemado y salieron llamas de un foco»
La Policía centra sus sospechas en el espectáculo de fuego frío de Teatre como causa del trágico incendio
Desde el primer momento fue la principal sospecha –tal y como adelantó LA VERDAD–, pero la Policía Nacional cada vez tiene más claro ... que el espectáculo pirotécnico que se celebró en la discoteca Teatre se perfila como la hipótesis fundamental del trágico incendio que sacudió este enclave de la zona de ocio de Atalayas, en Murcia, el pasado 1 de octubre acabando con 13 vidas. Los investigadores, según se desprende del expediente que maneja hasta la fecha el juzgado de Instrucción número 3 de Murcia, al que este diario ha tenido acceso tras levantarse el secreto de sumario, han puesto especial empeño en las últimas semanas en conocer los detalles de la máquina de fuego frío que se empleó en la fiesta 'We are remember', que se celebraba aquella noche en la discoteca Teatre.
Sobre la mesa, la teoría que cobra más fuerza es que el fuego se originase en la discoteca Teatre presuntamente por una imprudencia en ese espectáculo, en el que el fuego frío llegaba prácticamente a alcanzar el techo, y se expandiese con rapidez por el sistema de ventilación hasta el local de Fonda Milagros, separado solo por una fina pared y donde las trece víctimas de la tragedia acabarían encontrando la muerte.
El informe, con hasta 75 folios que han elaborado los especialistas del Cuerpo Nacional de Policía, baraja, además, otra segunda posibilidad: que el fuego se iniciase en la cocina que Fonda Milagros había instalado en su local y a través de la cual elaboraba una pequeña oferta gastronómica a sus clientes. Sin embargo, con ambas opciones encima de la mesa, los investigadores parecen inclinarse, a falta de un informe concluyente al respecto que aún está pendiente, por la primera posibilidad, que fuera el espectáculo pirotécnico de Teatre el germen de esa trágica noche.
A la hora de valorar esta como la principal hipótesis, los policías han tenido en cuenta diversos indicios, según se plasma en su amplio informe preliminar. Uno de ellos, tal y como ya avanzó este diario, se sustenta en algunos de los vídeos que los asistentes a la fiesta grabaron en la trágica madrugada y que han sido escudriñados al detalle por los agentes. En uno de ellos se observa cómo el espectáculo de fuego frío que envolvía esa noche al DJ que amenizaba la fiesta se descontrola, alcanzando las llamas el techo y generando que todo ardiese rápidamente. En algunas de las imágenes captadas se observa a un trabajador del local tratando de apagar las llamas con un extintor.
«Sentí como si me cayera encima 'confeti dorado', me toqué la cabeza y noté que estaba caliente», dice un vigilante de Teatre
Otro de los hilos de los que han tirado los investigadores de la Policía Nacional son las llamadas que el 112 recibió durante la madrugada de la tragedia. La primera llamada a la centralita de Emergencias, que quedó registrada a las 6.01 horas, se realiza precisamente desde la discoteca Teatre y, en ella, una persona advierte de que «alguien» había lanzado «algo» y se había iniciado un incendio en ese local. El 112 aún registraría varias llamadas más, hasta que a las 6.05 horas otro telefonazo advertía ya de un incendio en la cercana Fonda Milagros. Los vídeos grabados en Teatre por algunos testigos y esos cuatro minutos de diferencia dibujan, para la Policía, el posible recorrido que siguieron las llamas.
A lo largo de estas semanas, además, los investigadores han escudriñado con detalle todo el escenario de la tragedia y han tomado declaración a una veintena de testigos. Un cliente de Teatre, por ejemplo, explicó a los policías que aquella madrugada, sobre las 5.25 horas, «empecé a oler a plástico quemado» y que poco después vio que se derretía un cable que pasaba por encima de la cabina del DJ, justo al lado del espectáculo de fuego frío. «Escuché un chisporroteo y salió fuego de un foco», aseguró. Los agentes también escucharon al propio personal de Teatre. Uno de los vigilantes de seguridad explicó que la noche transcurría con normalidad hasta que, en torno a las 5.40 horas, cuando se encontraba junto a la cabina del DJ, sintió como que le caía encima «confeti dorado», tocándose la cabeza y notando que estaba caliente. «Miré hacia arriba y vi que encima del falso techo había llamas», remarcó.
Los especialistas de la brigada de Policía Judicial también han sacado conclusiones del análisis de las cámaras de seguridad de ese enclave de la zona de ocio de Atalayas y estas apoyan también la hipótesis de que el fuego se originase en Teatre. Los policías explican en su informe que las imágenes revelan que los vigilantes de seguridad de Teatre fueron los primeros en movilizarse, en torno a las 6 horas, cuando ya se apreciaba un humo negro en la segunda planta del local. En ese vídeo, según argumentan los agentes, se aprecia el desalojo que el personal de la discoteca realizó en los minutos siguientes y que se inició antes que en el cercano Fonda Milagros, que a esa hora aún seguía repleto de personas.
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Un animador de Fonda Milagros: «Tratamos de extinguir el fuego, pero cada vez era mayor»
Un testigo que trabajaba como animador en Fonda Milagros declaró a la Policía que entre las 5.30 horas y las 6 de la madrugada se encontraba en el pasillo común al que dan las puertas de todos los palcos en la primera planta, los cuales tenían las puertas cerradas, y que, en un momento determinado, vio que empezaba a acumularse mucho humo que provenía de una puerta que daba a la zona de la nave en la que estaba abierta la discoteca Teatre.
El testigo, de 60 años y nacionalidad colombiana, avisó por un equipo de comunicación interno al encargado D. R. R. y, cuando estuvo junto a él, cogieron unos extintores y empezaron a echar espuma a la puerta desde la que salía el humo. No consiguieron, no obstante, reducirlo, sino que, según declaró a los investigadores de la Udev, «cada vez este era mayor», motivo por el cual decidieron descender a la planta baja rápidamente. Cuando estaban abajo se fue la luz y pudieron oír cómo varios clientes, muy asustados, gritaban «fuego, fuego», a la vez que corrían atropelladamente y sin ningún orden hacia la puerta de salida. El hombre se colocó en la salida principal intentando tranquilizar a la gente y ordenar su desalojo, ya que en ese momento podía haber entre 200 o 300 personas en el establecimiento, algo que, reconoció, apenas consiguió debido al estado de nervios que había, porque no se veía nada y no se podía respirar debido al humo del ambiente. Por eso, iluminó con la linterna de su teléfono móvil y vio cómo salían llamaradas por las ventanas de esa parte de la nave y del techo, y decidió salir a la calle.
Cuando estaba fuera, vio que salía fuego de Teatre «y que el incendio era incluso más grande que el de la Fonda». El trabajador explicó que en Fonda Milagros había dos puertas de emergencia de una anchura de un metro y medio y de unos dos metros de altura.
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