Un dispositivo policial vigila los carriles bus y bici en Murcia para evitar que los invadan vehículos

En principio no se ha acotado a una fecha concreta la duración de este control policial, ya que «dependerá de la evolución y del comportamiento de los conductores», añadieron desde el Consistorio. Las mismas fuentes quisieron subrayar que «los ciudadanos deben tener claro que se deben respetar los carriles bus y bici». Esta actuación se llevará a cabo en otros barrios, como el del Carmen, según vayan concluyendo las obras porque «estamos hablando de seguridad y del buen uso de los carriles».

Junto al dispositivo policial, el Ayuntamiento tiene en marcha una campaña informativa en redes sociales que ha denominado 'Verde bici, rojo bus', con la que pretenden también concienciar a los murcianos de que se tiene que respetar el espacio de cada uno de los carriles, de nuevo y principalmente, por razones de seguridad.

Esta iniciativa se ha centrado en el mismo eje de comunicación del centro de la ciudad, y en ella, muy gráficamente, se recuerda la nueva distribución de los carriles, pintando de rojo los destinados para los autobuses, de verde para las bicicletas, y de gris oscuro los destinados a los vehículos privados.

Además, sirve para recordar que en Gran Vía y en la avenida de la Constitución solo hay un carril para coches -antes de las obras eran dos-; dos para autobuses y uno, junto a la acera de la derecha de norte a sur, para las bicicletas, que es de ida y vuelta.

Tanto en Primo de Rivera como en Ronda Norte, el vehículo privado gana un carril en cada dirección. Al igual que en el otro eje, los buses tiene un vial para cada sentido, mientras que las bicicletas y patinetes deben compartir el único carril para ambas direcciones. No se olvida la campaña de los peatones, que aparecen dibujados con la figura de una persona, en otro intento de «dejar claro que tampoco este espacio se debe invadir». En definitiva: «Tenemos que lograr el equilibrio entre el espacio del peatón, el de la bicicleta y el del transporte público».

No solo los automóviles hacen uso de los carriles destinados al transporte público o a los de movilidad personal (patinetes, bicis...). También es habitual encontrar a las furgonetas de transportistas, distribuidores y repartidores parar en estos viales para dejar los materiales que portan en cada establecimiento.

«Es un problema que tiene mucho que ver con la planificación de las obras, porque el anterior gobierno municipal comenzó la casa por el tejado y se eliminaron plazas de carga y descarga sin dar alternativas a estos profesionales», indicaron desde el Ayuntamiento, si bien añadieron que esto tampoco debe «servir de excusa» para invadir esos carriles.

La intención del ejecutivo municipal es que antes de que acabe el mes de septiembre las nuevas plazas para carga y descarga estén operativas y a partir de la próxima semana comenzarán a visitar las calles afectadas por las obras representantes de Froet (Federación de Transportistas), y de los comerciantes y técnicos de la Concejalía de Movilidad. Una vez más comenzarán por Gran Vía, avenida de la Constitución, Ronda Norte y Primo de Rivera.

«Los primeros apuntarán sus necesidades específicas en cada zona y los técnicos serán los encargados de determinar si los lugares elegidos son los más idóneos», manifestaron fuentes municipales. También se ha puesto sobre la mesa la posibilidad de utilizar, «con permisos especiales», plazas que estén en la actualidad reguladas por la ORA (específicamente la zona azul) para que puedan utilizarlas este colectivo.

Con estas iniciativas, junto con la regulación del uso de los patinetes antes de que acabe el año, el Ayuntamiento de Murcia espera que la circulación por la ciudad se haga «con orden».

Por lo que respecta a otras zonas de la ciudad inmersas aún en las obras de movilidad, como el barrio del Carmen, las mismas fuentes indicaron que los trabajos en la Alameda de Colón siguen su curso -sin facilitar fecha de conclusión-, y dijeron que solo falta aplicar la impresión del adoquinado en la zona que desde el Puente Viejo -este incluido- rodea el Jardín de Floridablanca, con lo que, insistieron, se le quiere dar la «imagen de monumentalidad que requiere». No habrá, recordaron, distintos colores para los carriles bus y bici.