Las copiosas lluvias de mayo estrangulan las ventas del pequeño comercio en Murcia y amenazan la temporada
Tras la caída de facturación en un mes crucial, se ven forzados a empezar antes con los descuentos para evitar el parón prerrebajas, al tiempo que reclaman la instalación de los toldos
No corren buenos tiempos para el comercio de proximidad. A perro flaco todo se le vuelven pulgas. Si la venta presencial al por menor ... ya se encontraba inmersa en su propia crisis, primero la pandemia y después las alzas inflacionistas derivadas de la Guerra de Ucrania han contribuido a poner unas cuantas piedras más en el camino de estos pequeños negocios. Pese a todas estas cuestiones, después de años de penurias, no tenía mala pinta 2023 para el sector, pero la meteorología ha truncado uno de los meses cruciales de la temporada de primavera, el de mayo.
Tres semanas de tormentas, con una puntualidad e intensidad más propias de climas tropicales, han frenado las ventas del comercio en general y el de la moda de calle, en particular. «Se ha notado muchísimo, en un momento en el que el cambio de temperatura y la gente empieza a renovar el armario; pero si hace fresco o no sale porque el tiempo no acompaña, aguantas», explica Lola Inglés, de la tienda Moda Losanz, recordando que había sido en los meses anteriores cuando los establecimientos habían hecho acopio de mercancía. «El murciano es como es y, si llueve, la gente no va al centro a comprar; nosotros empezamos el año de muerte, pero en mayo hemos bajado la facturación en torno a un 30%», comenta Natalio Morcillo, desde la tienda Tokio, especializada tanto en ropa como en regalos y complementos. «Preguntes a quien le preguntes te dice que las últimas semanas han sido malísimas, y levantar la persiana nos cuesta dinero cada día», apostilla Marisa Cano, responsable durante muchos años de la ya extinta Asociación de Comerciantes de Platería y Trapería.
No obstante, los comercios dedicados a la venta de la ropa de fiesta o destinada a acontecimientos sociales como bodas y comuniones sí parecen haber salvado los muebles. «Los trajes nos han compensado la caída de venta en las prendas más de diario», subraya Sonia Campuzano, desde la tienda de ropa de hombre Vidal Cano. Leonor Pando apunta que su negocio ha recibido con los brazos abiertos «el aluvión de eventos» que se han desarrollado este año y que se habían visto pospuestos tras la extraña situación sanitaria vivida después de 2020.
El retraso en la entrada del calor afecta a la moda de calle, aunque mejora la facturación en la ropa para eventos como bodas
«Como nosotros somos productores, hemos podido modular y centrarnos en este tipo de producto, sin tener que hacer pedidos por adelantado, porque si nos hubiéramos juntado con una gran cantidad de ropa de calle, nos habríamos arruinado», confiesa Leonor.
«No hay que olvidar que mayo es un mes muy importante para las ventas, no solo por el cambio de temperaturas, sino porque el consumo de la gente se limita tras el enorme gasto en hostelería de Semana Santa y Fiestas de Primavera», destaca el presidente de la Federación Murcia Área Comercial (Femuac), Santiago Vera. Este freno se une al que se registra habitualmente en junio, ante la proximidad de las rebajas, lo que empareda al mes de mayo entre dos períodos de transición y acrecienta el nocivo efecto comercial de las lluvias de este año.
«Se va a quedar la temporada en apenas un mes, en el que encima no te queda otra que empezar con los descuentos y promociones para fomentar el consumo, porque la liberalización de las rebajas nos mete en esta lucha continua», apostilla Lola Inglés, poniendo en valor las compras de «la clientela fija, que es la que nos salva de estos vaivenes». «Y ya no vale cualquier rebaja; la gente quiere lo que ve en las grandes cadenas, el 50%, y eso no podemos soportarlo», añade Morcillo.
Pero si ha sido la lluvia y el mal tiempo lo que ha lastrado las ventas en mayo, la irrupción del calor en junio puede espantar también a la clientela de las zonas del centro, especialmente en un curso en el que no se han instalado en el casco histórico los toldos que venían colocándose en los últimos años y que, según los comerciantes, favorecen sin lugar a dudas la afluencia de clientela al centro. «Esperemos que el nuevo equipo de gobierno los instala con celeridad», zanjaba Vera.
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«El reto pasa por reconstruir el tejido asociativo del sector»
Tras una legislatura convulsa para el sector, el comercio de proximidad espera que el cambio de corporación y de gobierno municipal pueda «servir de revulsivo para un elemento indispensable del paisaje urbano que da identidad a una ciudad» , tal y como señala Carmen Piñero, presidenta de la Federación de Comercio de la Región (Coremur) y de la Asociación Triángulo de Murcia.
El principal reto para el nuevo edil del ramo, según destaca tanto ella como el presidente de la Federación Murcia Área Comercial (Femuac), Santiago Vera, pasa por reconstruir el tejido asociativo del sector. Hay que recordar que durante los últimos cuatro años se ha visto la desaparición de diversas asociaciones de comerciantes ante los problemas en la justificación de subvenciones detectados por el ejecutivo que acaba de salir. «Quedan pocas entidades realmente operativas en el centro de la ciudad y son estas, al final, en las que se apoya el Ayuntamiento a la hora de realizar acciones que dinamicen la actividad comercial», señala Vera, consciente de que incluso la propia Federación se encuentra en un momento de transición. «Es que en los últimos años, sin prácticamente subvenciones, no se ha hecho nada», insistía el representante comercial, que ha sido también pedáneo de Vistalegre-La Flota por el PP.
«Estamos tocados porque hay mucha desilusión; hay entidades que con nuestro trabajo y voluntad sí que hemos logrado cosas y puesto en marcha acciones durante estos últimos años, pero seguimos necesitando que nos tomen realmente en serio, se meta dinero y se busquen nuevas fórmulas que nos permitan, por ejemplo, ir de la mano de la hostelería, a la que le va mejor», zanja Piñero.
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