Ballesta se despide de la alcaldía «sin resentimiento ni rencor»
El hasta ahora alcalde de Murcia recalca de sus compañeros de partido que son «murcianos honrados, cuyo único patrimonio es su honor»
José Ballesta se despidió de la alcaldía del Ayuntamiento de Murcia haciendo gala de talante y de su gusto por la literatura. En su discurso, trufado de citas de María Cegarra, Carlos V y Jon Juaristi, no hubo reproches para quienes presentaron la moción de censura para desbancarle de su cargo, sino que optó por dar las gracias tanto a su equipo, al resto de concejales y a los murcianos, por haberle permitido ejercer como alcalde durante estas legislaturas.
Comenzó el hasta ahora primer edil reconociendo que su discurso era «el más díficil de su vida. No por la forma ni por el momento, sino por ser capaz de encontrar las palabras para expresar la gratitud». Aseguró que se marchaba «sin resentimiento ni rencor alguno, ello no cabe en mis creencias. Pero es que además el resentido social se amarga solo y, a diferencia de otros pecados, no aporta placer, te condena por haber sufrido sin contraprestación».
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De sus compañeros de partido recalcó que son «murcianos honrados, cuyo único patrimonio es su honor. Han dado lo mejor de sí mismos por su tierra». El único reproche velado que dedicó a la oposición fue recordarles que su grupo no se asignaba «hegemonías morales, ni pretendía monopolios de la honradez, ni insufribles arrogancias éticas. La humildad, que tantas carencias tapa, no es materia enseñable pero nada desdeñable».
Por último, deseó «una buena singladura y que el viento siempre sople a su favor» a la nueva Corporación. «Llevaré con orgullo el haber estado al frente de esta institución. Ser alcalde de Murcia es sentir un íntimo orgullo de haber nacido en esta tierra y ser leal a ella».