La actuación sobre espacios abandonados acerca el fin de las okupaciones en el barrio murciano de San Pío X
Tras el desalojo de las calderas del gas, el Consistorio busca acabar con las quejas vecinales derribando la 'nave del aceite'
Una montonera de botellas vacías de cerveza preside, desde un costado, casi como la esfinge de Tebas, la entrada a la llamada 'nave del aceite', ... en el murciano barrio de San Pío X. Uno de los ocupantes del inmueble se ha levantado pronto esta mañana y ha decidido tumbarse a la sombra en uno de los viejos sofás que hay arramblados en las inmediaciones de estas antiguas instalaciones industriales. Pronto, uno de sus 'compañeros de piso', también como él de origen subsahariano, asoma por el camino de la Fuensanta, portando una camiseta ennegrecida del Arsenal FC, y llega a la parcela para hacerle compañía, en esta especie de patio, rodeado de muebles desvencijados y de variados restos de basura, así como de las cenizas de lo que parece haber sido una fogata.
«Comenzó a meterse gente en cantidad en esta nave cuando desalojaron, en noviembre de 2020, la estructura abandonada en el cruce del Alias», señala Antonio, uno de los vecinos de las adyacentes antiguas viviendas de los trabajadores de Renfe. Él ha contabilizado en torno a una decena las personas -todas de origen extranjero- que pernoctan en un lugar que «no reúne las condiciones mínimas necesarias», aunque reconoce que la zona ha llegado a estar «muchísimo peor», tomada por la basura y las ratas.
«No es agradable tener a seres humanos viviendo, puerta con puerta, en esta condiciones, porque, aunque apenas solo haya un par de sujetos que montan follón, como parece ser, se genera una percepción de inseguridad e insalubridad en este área que acaba por generar un efecto llamada para otro tipo de individuos y actividades más conflictivas e indeseables», destaca el presidente de la Junta Municipal de San Pío X, José Liza, que suele ser el depositario de las quejas del vecindario.
El pedáneo y los residentes entienden, no obstante, que los okupas de la 'nave del aceite' no dejan de ser víctimas de complejas problemáticas sociales y vitales y que necesitan ayuda para empezar de nuevo desde unas condiciones de vida dignas y totalmente distintas a las que, por necesidad, padecen hoy en día.
«El de la okupación ha sido un problema endémico de este barrio, sobre todo con el abandono de instalaciones industriales; hay que recordar que aquí, antes que las movilizaciones por el soterramiento, arrancaron casi como precursoras las protestas por la situación que se vivía en las antiguas calderas del gas», explica desde la Asociación de Vecinos de San Pío X Domingo Centenero.
«Tener a personas viviendo en estas malas condiciones aquí al lado acaba por traer actividades conflictivas», dice el pedáneo del barrio
El abandono definitivo de la actividad en el complejo productivo que cita Centenero, hace algo más de una década, lo convirtieron no solo en un enclave de apariencia casi distópica sino también en terreno abonado para la presencia habitual de personas 'sin techo' e, incluso, para el tráfico de drogas al menudeo, lo que aumenta la sensación de inseguridad para los que viven en la Colonia de San Esteban.
Sin embargo, las antiguas calderas del gas -prácticamente colindantes con la 'nave del aceite'- se encuentran ya pacificadas desde hace bastantes meses, tras las actuaciones de limpieza, desalojo y cierre de accesos al que fueron sometidas. Este proceso de regeneración está llegando no solo de la mano de las persistentes protestas vecinales, sino también con la vista puesta en lo que supondrá para la zona el fin de las obras de soterramiento y las futuras obras de urbanización.
Así, recientemente, el Ayuntamiento ha procedido también, de manera subsidiaria, al derribo de una vivienda ubicada entre las calderas y la 'nave del aceite' que se había convertido en otro foco de okupación y se encuentra gestionando, a su vez, la limpieza y demolición en los próximos meses de las instalaciones que permanecen aún tomadas por personas sin hogar, tal y como confirman desde la Concejalía de Urbanismo.
«Se ha intentado actuar sobre estas construcciones durante años, pero problemas burocráticos, de titularidad y la ausencia de un contrato municipal para la ejecución de este tipo de derribos, que ha sido cerrado por fin a principios de 2022, estaban impidiendo actuar; ahora queda acabar de gestionar el desalojo de la mano del propietario, dando una solución a los ocupantes, y ultimar la demolición», concluye Liza.
«Se avecina un proceso de gentrificación tras el soterramiento»
«Entre las actuaciones sobre estos espacios abandonados y el cierre del túnel de El Rollo, la percepción sobre la vida y la seguridad en la zona ya está cambiando a mejor», defiende el pedáneo de San Pío X, José Liza, que ve con ilusión el futuro que se abre para su barrio tras el soterramiento. «Vamos a un proceso de gentrificación y lo normal es que, conforme se urbanice, fenómenos como el de la okupación desaparezcan», indica el representante vecinal Domingo Centenero. De hecho, recuerdan ambos que los planes municipales pasan por prolongar la avenida General Ortín hasta la nueva estación justo sobre los puntos que han sido más conflictivos. «Hay que estar vigilante para evitar que estos problemas se reproduzcan en otros lugares», zanja Liza.
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