Ponen en marcha el plan para transformar el Palmeral de Zaraíche en huerto singular

La recuperación del Palmeral de Santiago y Zaraíche, protegido en el Plan General como elemento del Patrimonio Histórico, Cultural y Natural del municipio, está más cerca de ver la luz. La Junta de Gobierno del Ayuntamiento aprobó ayer el proyecto para adaptar los 9.000 metros cuadrados que ocupan las 600 palmeras -algunas con más de 250 años- como zona de disfrute pública. El Consistorio sacará a licitación en los próximos días la ejecución de los trabajos por 66.800 euros, y la empresa adjudicataria del concurso dispondrá de tres meses para recuperar el vergel.

El alcalde, José Ballesta, rodeado de una comitiva de técnicos del servicio de Parques y Jardines, recorrió ayer este pulmón verde donde se prevé crear una red de senderos que recorrerá las alineaciones de palmeras. Habrá bancos de madera y lugares de estancia (pérgolas) integradas en el entorno, y se plantará un manto floral para convertir este espacio público cedido al Ayuntamiento en 2014 por Profusa en uno de los parques con mayor encanto del municipio. Francisco Medina, ingeniero agrónomo de la Concejalía de Calidad Urbana, explicó ayer al primer edil y a los concejales José Guillén y Antonio Navarro, y a los miembros de la Junta Municipal, que para este proyecto se han tenido en cuenta otras intervenciones en palmerales -sobre todo los de Elche, declarados Patrimonio de la Humanidad en el 2000- y cómo ha evolucionado el tratamiento que se da a los bosques de palma. En Murcia se ha optado por conservar los valores de huerto singular con uso recreativo.

El lugar estuvo abandonado durante décadas y las consecuencias saltan a la vista. Muchas de las palmeras todavía presentan quemaduras en sus troncos tras el incendio declarado en 2008. Pero en aquel infierno rebrotó la belleza, y el estado actual del entorno es óptimo, según el técnico Medina y el jefe de servicio de Parques y Jardines, Francisco Carpe. Desde que el lugar es municipal se han realizado diversas tareas de mantenimiento, como el tratamiento contra el picudo rojo, el desbroce mecánico, la limpieza de hijuelos y del cañar, la limpieza y recuperación de la acequia Zaraíche y del azarbe del Cantino, para que mantengan su funcionalidad, y se ha realizado un desfonde y nivelación del terreno. Además, cuenta con un programa de podas bianual o trianual hasta que el entorno se recupere de los daños sufridos. Poco a poco se pretende ir reconfigurando la estructura original del palmeral, con la sustitución de ejemplares marrados o abatidos por nuevos ejemplares hembras de producción y calidad contrastada, y se instalarán apoyos en aquellos ejemplares inestables de alto interés. Con el proyecto que saldrá a licitación se restablecerán una serie de andenes entre las alineaciones de palmeras para conseguir una trama ortogonal que permita las labores necesarias y el tránsito de peatones.

Riego a manta

«Hay un brazal que hemos recuperado para poder regar todo a manta, y hay un sistema de drenaje que recoge el agua del azarbe del Cantino que también lo utilizaremos», concretó Medina. El proyecto de adaptación prevé la restauración de la vegetación de ribera -ya se han plantado álamos blancos en un rincón, y podrán verse baladres, sáucos, mirtos, mimbres y lavandas- y plantaciones de arbolado mediante ejemplares seleccionados, como membrilleros y granados. Algunos cuarteles se destinarán a plantaciones arbustivas de acantos, abrótano, lirios y tapizantes de vinca; otros estarán dedicados a herbáceas. Las alineaciones de palmeras aún se conservan como en su trazado original. En algunas intersecciones se proyectan unos sobreanchos para crear los lugares de estancia y posibles actividades, gracias a un proyecto paralelo que pondrá en marcha la Concejalía de Turismo, según avanzó el alcalde. «Es un ecosistema único en la Región y queremos dotarlo de toda la energía y vitalidad», mencionó el regidor. «En general, se encuentra en buen estado de salud y queremos crear un espacio privilegiado en una zona singular. Este plan permitirá crear una agricultura a tres alturas: las palmeras datileras en el estrato superior, que provocan un microclima que permite la existencia de un estrato intermedio para frutales y un estrato inferior para agricultura hortícola ornamental».