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Víctor Gloger, Samuel Perea y Abdelkader El Mlih, anoche en Las Claras, durante el 'showcooking' por la paz.

Las tres culturas se sientan a la mesa

Las Claras acoge a los tres chefs de Cocina por la Paz en un gesto de unión de las religiones mediante la gastronomía

M. C. RAMÍREZ

Miércoles, 18 de mayo 2016, 02:03

«Queremos intentar transmitiros la esperanza de la paz». Así comenzaba Samuel Pérez, cofundador de la ONG Cocina por la Paz su intervención anoche en una peculiar cita gastronómica. Él, junto con Abdelkader El Mlih y Victor Gloguer, escenificaron la convivencia de las tres culturas. Lo hicieron a través de la cocina, de los ingredientes mediterráneos y de unas costumbres gastronómicas que no se diferencian tanto como puede parecer. «Las tres usan especias, pero la cristiana lo ha suavizado porque en la Edad Media usarlas podía delatar a los conversos», relataba Pérez, el cristiano, mientras sus colegas iban desarrollando sus recetas. Berenjenas hechas de tres formas diferentes, dorada elaborada como jamón para un salmorejo de naranja, sopa harira o potaje de habas, son algunos de los platos que los tres cocineros pusieron en marcha frente a un público de cerca de 250 personas.

Con chascarrillos, de forma coloquial y con una simpática complicidad entre ellos, las tres culturas se fusionaron en un enorme pan de pita donde los tres cocineros vertieron, literalmente, sus recetas. «Yo además le añado cilantro» improvisó Samuel mientras echaban lo que se les ocurría. «Las tres culturas conviven en un mismo plato», clamaron los cocineros mientras mostraban la enorme torta llena de manjares típicos. Y los tres brindaron con una copa de aceite de oliva. «Este ingrediente del Valle de Ricote es el símbolo de paz y armonía entre nosotros».

Tras la demostración, los platos sugeridos por los chefs, elaborados por ellos mismos en las cocinas del Centro de Cualificación Turística, fueron servidos por los alumnos del CFIE, regados con vinos de Murcia y cerveza Estrella de Levante. Los asistentes pudieron completar así la velada, degustando tres cocinas diferentes que comparten ingredientes y estilos pero que tienen una personalidad que las hace únicas. Murcia comparte con Córdoba, Málaga y Jerusalén la denominación de Ciudad Luminaria, lugar donde vive la luz. Este premio lo otorga la ONG Cocina por la Paz a aquellas ciudades que son ejemplo de armonía de las tres culturas.

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