La CHS avisa a los regantes del Segura de que no habrá agua para los cultivos este invierno

En la cita con los regantes, el organismo de cuenca puso encima de la mesa un más que probable aumento de las restricciones a los regadíos tradicionales y no tradicionales del Segura, que podrían encontrarse con un recorte en sus dotaciones de entre el 42% y el 57% a partir de la próxima semana, cuando la medida pueda quedar aprobada en la Comisión de la Sequía. Esta decisión no afectaría a los regantes del Trasvase. Sin embargo, la cuestión ayer estaba en otra parte.

La CHS no se escondió y directamente pidió a los regantes que no lleven a cabo los cultivos de invierno porque no hay agua con la que atender estas producciones los próximos meses. Las cantidades que puedan llegar a los canales y acequias que nacen del río serían para un mínimo riego del arbolado, pero no para desarrollar nuevas campañas. Los usuarios de los cauces del Segura, el Quípar o el Mundo llegaban a la cita con la idea de solicitar un préstamo del Trasvase del Tajo, pero la Confederación no estaría por la labor. Por el momento, y por poco tiempo, se decidió mantener los actuales porcentajes de restricciones (entre el 35% y el 50%), con vistas a que se incrementen antes de finalizar el mes.

«Eso es una propuesta sumida en una nebulosa», explica a esta redacción Isidoro Ruiz, presidente de la Junta Central de Usuarios Regantes del Segura, «la semana que viene habrá que acordar cómo distribuimos la poca agua que queda y cuánta entra por los canales». En la huerta de Murcia, sus agricultores «ya están empezando a restringir las plantaciones», avisa Diego Frutos, presidente de la Junta de Hacendados. «Estamos abocados a un próximo año hidrológico muy malo, que será difícil de superar, si no mejora la situación con lluvias», subraya el portavoz de los huertanos, «esto ha pasado otras veces, lo último que se pierde es la esperanza».

La medida importante que sí se adoptó este jueves fue la de establecer en el límite de 210 hectómetros cúbicos los desembalses que se lleven a cabo durante el próximo año hidrológico 2024/2025 en los pantanos del Segura. Es un 25% menos de lo que estaba en vigor para el actual año hidrológico (277 hm3), cuya cifra tampoco se ha cumplido dado que ha existido un exceso de consumo por parte de los regantes del Segura. «Esta medida es consecuencia del régimen irregular y escaso de precipitaciones que ya se viene arrastrando desde el pasado año hidrológico y que ha continuado durante el actual, que se caracteriza como el segundo peor año de los últimos diez», señaló la CHS en una nota de prensa.

El objetivo pasa por llegar a septiembre de 2025 «con un mínimo de reservas» exclusivas de la cuenca levantina, sin contar con los aportes del Trasvase. Esto lograría, espera la CHS, que se evite el temido 'embalse muerto' en las presas del Cenajo o la Fuensanta al finalizar el próximo año hidrológico. «Las lluvias registradas en abril y mayo caídas en cabecera permitieron recuperar mínimamente los embalses. Sin embargo, la escasa pluviometría de los últimos meses, y a pesar de la moderación de los consumos a consecuencia de las restricciones vigentes, se continúa constatando el vaciado de los embalses», afirma la Confederación.

Queda por ver si con las precipitaciones de ayer y las que se prevén estos días las reservas pueden frenar su caída o incluso ganar algún hectómetro. En global, la cuenca está al 16% de su capacidad total, con 187 hm3 guardados en los embalses, pero una importante mayoría corresponden a aportes del Trasvase. Hace un año, esas existencias contenían cien hectómetros más, lo que refleja las consecuencias que ha tenido la sequía en doce meses.

«La previsión de desembalses de 210 hm3 para el nuevo año hidrológico es imposible, es insuficiente para cubrir los regadíos asociados al Segura», incide Frutos. El presidente de los hacendados es «consciente de lo que hay», pero quiere que cada decisión que tome la CHS se acuerde previamente con los regantes. Por su parte, Ruiz practicamente desecha la idea de intentar acceder a los recursos del Trasvase por la complejidad que implica gestionar y repartir los volúmenes que sean concedidos a los regadíos tradicionales y no tradicionales: «No podemos hacer mucho [frente a los recortes y la situación de las reservas], pero esperemos que algo de agua tengamos para los próximos meses», especifica el representante de los usuarios del Segura, «creo que podemos tener agua a partir de octubre».

La Consejería de Agua y Agricultura de Murcia considera, por su parte, que la situación hidrológica y las decisiones que ha tomado la CHS hasta ahora ponen de manifiesto la «nula» planificación del Gobierno de España en esta materia. «Es evidente que en nuestro país hay agua de sobra para satisfacer las demandas de todas las comunidades, pero falta voluntad política para hacerlo», señalan. Ven «muy alarmante» el volumen de las reservas y los «continuos recortes» al Trasvase. «Si mantenemos las necesidades y nos reducen la disponibilidad de recursos, deben explicar de manera urgente cómo piensan satisfacer al Levante», incidieron.

Los agentes medioambientales de la Comisaría de Aguas de la CHS van a llevar a cabo «un control intensivo» en las tomas del agua del río y los canales de riego para asegurar que las cantidades que se deriven a la agricultura «cumple» con los volúmenes establecidos. Como apoyo, los técnicos tendrán a su disposición el Sistema Integrado de Control de Aprovechamientos, que detecta los incumplimientos.

«Todo ello para garantizar los objetivos de desembalses establecidos en 210 hm3 para el año hidrológico 2024-2025», que permitan «preservar un mínimo de existencias» cuando termine este periodo. Otro fin que se persigue es evitar posibles afecciones irreversibles medioambientales, como la mortandad de peces por falta de oxígeno en los embalses.

El Ministerio para la Transición Ecológica ha terminado recientemente de evaluar los posibles impactos ambientales que pueden derivarse de la apertura de las baterías de pozos de sequía ubicados en la Vega Media (Murcia) y la Vega Baja (Alicante) del Segura. En concreto, la Confederación Hidrográfica del Segura está pendiente de tener el 'ok' definitivo, a falta de conocer posibles condicionantes que se impongan, para bombear agua empleando dos baterías de sondeos.

El uso de ambas estaría enfocado exclusivamente en el regadío, con un máximo de bombeo y aprovechamiento anual de 48 hectómetros cúbicos. Estos posibles aportes son la esperanza de los agricultores que no tienen dotaciones del Trasvase y dependen de los recursos del Segura. De incrementarse las restricciones como se espera, Diego Frutos, presidente de la Junta de Hacendados, espera que esa evaluación de impacto ambiental del Ministerio sea favorable y que estos pozos se puedan usar cuanto antes.

Los regantes esperan que la CHS lleve esta buena noticia la semana que viene a la próxima Comisión Permanente de la Sequía, y que sea el punto positivo frente a nuevas subidas de limitaciones al agua que se toma del Segura.

El presidente de la CHS, Mario Urrea, comunicó a los regantes ayer que se mantiene la situación excepcional por sequía extraordinaria en la margen derecha e izquierda del río Segura. La primera corresponde a las cuencas hidrográficas de los ríos Moratalla, Argos, Quípar y Guadalentín aguas arriba del embalse de Puentes, así como, las masas de agua subterránea Anticlinal de Socovos, Caravaca, Alto Quípar, Bajo Quípar, Detrítico de Chirivel, Vélez Blanco-María, Valdeinfierno y Sierra de la Zarza. La segunda, por su parte, su indicador de sequía prolongada alcanza el valor de 0,382, que implica «ausencia de sequía prolongada», pero el organismo de cuenca considera que «procede analizar su evolución futura para emitir, en su caso, la correspondiente resolución administrativa en ese sentido».