Antonio Amador. Diócesis de Cartagena

Un chatarrero de La Ñora se convierte en chef gracias a la Iglesia

Este padre de familia comenzó su formación profesional en la Escuela de Hostelería de Cáritas y gracias a ello ahora ha encontrado trabajo como cocinero

LA VERDAD

Jueves, 16 de marzo 2023, 13:30

La historia de Antonio Amador es un ejemplo de superación y de esfuerzo. Este padre de familia, natural de La Ñora, se dedicaba a la recogida y venta de chatarra. De hecho, durante algunos años, debido a su situación económica, se vio en la necesidad de de buscar ayuda en su Cáritas parroquial. «En aquellos tiempos, nosotros estábamos pasándolo mal y decidimos, con mucha vergüenza, pedir alimentos porque, la verdad, no teníamos nada para comer», confiesa. Sin embargo, un día mientras veía la televisión junto a su mujer empezó a rondarle la idea que la solución el bache económico que estaban pasando podría estar entre fogones. Por ello, se decidio por dar algún curso de cocina que le ofreciera la formación necesaria para poder ganarse la vida con ello, aunque no conocía ningún lugar donde lo pudiera hacer, hasta que acudió su Cáritas parroquial, que le derivó su escuela de hostelería.

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Amador asegura que su llegada a la escuela en 2017 fue una gran ocasión para poder cambiar el rumbo de su vida, sintiendo el apoyo que necesitaba: «Para mí esa oportunidad fue lo más. Yo les dije que si me ponían el escalón subiría hasta arriba del todo». El periodo de formación no fue un camino fácil, ya que mientras por el día estudiaba, por las noches debía seguir trabajando para poder mantener su hogar: «Al venir al curso, no podía buscarme la vida para dar de comer a mis hijos. Por eso, por las noches tenía que seguir recogiendo chatarra. Había días que ganaba lo suficiente y otros días que no sacaba nada, ni para comprar el pan».

Sin embargo, ese esfuerzo comenzó a dar sus frutos cuando inició su andadura profesional como cocinero. Afirma que nunca olvidará el día de su graduación: «Eso fue brutal, no hay palabras para expresar esa sensación. Tener el título en la mano para mí fue como recibir una Estrella Michelin porque, de no tener nada a tener una formación y un título, es un cambio muy grande».

Tras su paso por la Escuela de Hostelería de Cáritas, Antonio, junto a su mujer y a sus diez hijos, ve ahora el futuro de otra manera ya que la recogida de chatarra quedó atras: «En mi casa cocinamos todos juntos, cada uno con una tarea, porque según como yo pise, pisarán mis hijos detrás; según como yo ande, así harán mis hijos». En la actualidad, Antonio es cocinero en un restaurante. «Ha sido un cambio de vida muy grande, pasando de no tener nada a recibir un sueldo al mes». Por eso no duda en recomendar esta experiencia a aquellos que necesiten apoyo en la inserción laboral: «Está claro que, si vienes con ganas de aprender y querer superarte para optar a un puesto de trabajo, aquí en la eh! vas a encontrar ese apoyo que necesitas y van a apostar por ti, te lo aseguro. Porque en mi caso pasó. Yo vine aquí sin saber freír ni un huevo ni hacer nada y ahora estoy trabajando gracias a que ellos me dieron la formación necesaria».

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