La Región de Murcia no es una aldea gala
Cemop
Universidad de Murcia
Sábado, 3 de mayo 2025, 11:16
Este mes se cumplen dos años desde las anteriores elecciones regionales que ganó el Partido Popular. Dos años más tarde, los datos del Barómetro de ... Primavera confirman que apenas han acontecido cambios en la distribución de las cuotas de representación política, si bien se manifiesta un fenómeno que no nos puede pasar desapercibido: el crecimiento en porcentaje de votos de Vox, que es la única fuerza política que mejora su rendimiento desde las elecciones de 2023.
El crecimiento de Vox no implica una redistribución del peso que el PP mantiene de manera dominante en el espacio de la derecha. Su presencia se ha consolidado en el último lustro en torno a dos de cada tres de los electores que eligen formaciones políticas ubicadas en ese espacio. En todo caso, su peso ya no es el hegemónico que mostró en 2011, cuando con 33 escaños era el único partido existente a la derecha del PSOE. En 2015 el espacio de la derecha empezó a fraccionarse y en 2019 el PP pasó de ocupar del 100% de ese espacio al 62% del mismo.
¿Qué escenario partidista dibujan hoy los datos del Barómetro de Primavera?
a) Se asienta la cuota de poder de Podemos frente a la alternativa de Sumar. Tras un periodo de indefiniciones, Podemos se consolida en la Región como el referente a la izquierda del PSOE, al obtener dos escaños, lo que estrecha el reparto de los puestos en la Asamblea para el resto de los partidos.
b) El PSOE ocupa un espacio de voto que apenas sufre desgaste por su izquierda, pero tampoco por su derecha. Las críticas a la política del gobierno de Pedro Sánchez y la percepción social mayoritaria en la Región de la mala o muy mala gestión de este (60%) no parecen influir en la resistencia de los electores socialistas.
c) Los cambios e intercambios que se producen entre el electorado del PP y el de Vox se relacionan con la interacción entre ambos partidos, en un momento pasado a la hora de formar gobierno, más tarde en la ruptura de este por parte de Vox, y finalmente en el persistente bloqueo de Vox a los presupuestos y la no menos persistente narrativa del gobierno popular para alcanzar un acuerdo. Las narrativas que se construyen importan, y mucho, y mientras que el discurso de la salida del gobierno de Vox fue favorable al PP, la nula crítica que este hace a las posturas políticas de Vox desde entonces instalan en la población marcos narrativos que favorecen al partido de extrema derecha sin apenas crítica por parte de los populares.
El actual electorado de Vox dibuja a un partido catch-all dentro de su espacio político con un claro objetivo de sustituir al partido dominante en ese espacio, el PP. El 28% de los actuales electores de Vox en la Región se ubican en posiciones de centro, un 39% se sitúan en los espacios de la derecha tradicional (conservadores) y un 33% se ubican en la extrema derecha, y por tanto pertenecen al ámbito natural de esa formación, mientras que ese otro 67% del actual electorado compite en los espacios propios del PP. Según los datos de intención directa de voto del Barómetro: un 20% de los actuales electores de Vox provendrían de votar al PP en 2023, un 5% habría votado a otros partidos, y un 15% que ahora le votaría, en 2023 no le votó.
En todo caso, debemos ser prudentes en la interpretación de los datos en base a lo que sucede políticamente en esta Región. Para la ciudadanía que aquí reside la política no centra su interés prioritario, tiene un seguimiento muy bajo de las informaciones políticas regionales y, en general, considera que la política y los políticos son más que una solución un problema (24%). Esto implica que una parte muy importante de nuestras orientaciones políticas en clave regional son en realidad transferencias que hacemos a partir de la política nacional, los políticos nacionales y las informaciones que se distribuyen por medios de comunicación nacionales y redes sociales no focalizadas regionalmente. A diferencia del imaginario de Uderzo y Goscinny, la Región de Murcia no es la aldea gala de Astérix que siempre remaba en contra de los designios del César en Roma. Más bien al contrario. Así, por ejemplo, los cambios en este Barómetro, respecto al anterior de diciembre, responden en buena parte a las dinámicas nacionales. Si se analizan los datos brutos del CIS de su barómetro de abril respecto a los de diciembre, se observa que el PP ha experimentado un descenso en su intención-estimación de voto, que el PSOE se recupera y aguanta en valores más cercanos a los obtenidos en 2023 y que Vox incrementa sus preferencias electorales (con importantes transferencias de voto, precisamente desde el PP).
En el Barómetro del Cemop estas tendencias nacionales se manifiestan de manera nítida, y por tanto avalan la tesis de la influencia que tiene la política nacional en la opinión pública regional. En primer lugar, no hay ningún dato que indique una mejora en la competitividad de Vox dentro del espacio de la derecha. Esto traducido al lenguaje más llano nos dice que Vox no mejora per se, por sus capacidades estratégicas o tácticas. Pero, en segundo lugar, sí se produce una caída notable de todos los indicadores vinculados al PP (liderazgo nacional, sentimiento de adhesión al partido y gestión del gobierno regional). En tercer lugar, hay una mejora en todos los indicadores del PSOE, sin que se produzca una transferencia de voto hacia su izquierda, ni tampoco hacia su derecha. Por último, la variable que parece tener una mayor influencia para explicar la reducción de las expectativas de voto hacia el PP entre el barómetro de invierno y este de primavera es la mejora de la percepción sobre el gobierno nacional (que se observa también en los datos nacionales que recolecta el CIS).
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