Vecinos de 3 caseríos de Canteras, en Cartagena, gastan 40.000 euros al año por pérdidas de agua
Afirman que el Consistorio se comprometió hace tres años a instalar tuberías nuevas y a acercar los contadores a las viviendas
Tuberías de agua de más de cincuenta años, camiones de gran tonelaje atravesando caminos sin asfaltar y medio centenar de familias forzadas a hacerse cargo ... de asumir los costes de las reparaciones y las pérdidas de agua, que llegan a alcanzar los 40.000 euros al año. Ese es el pan de cada día para los residentes de los caseríos de Las Casas del Pino, Los Corteses y Los Roses en Canteras, que llevan décadas solicitando que el Ayuntamiento instale alcantarillado público.
«Tenemos roturas de tuberías semanales, porque tienen ya más de cincuenta años y están en un estado bastante precario. Además, a pesar de haberlo solicitado en muchas ocasiones, aún no hemos conseguido que los camiones de Lhicarsa que vengan a llevarse la basura sean de los satélites pequeños en lugar de los grandes, que giran en esta bifurcación y se cargan las tuberías e incluso los contadores», afirmó Fernando Martínez Saura, vecino de Las Casas del Pino.
RECLAMACIONES
-
Alcantarillado Una de las exigencias de éstos y otros muchos vecinos de la zona es que se instale alcantarillado público.
-
Contadores Que se acerquen los contadores individuales a las viviendas, ya que algunos están a 300 metros.
-
Nuevas tuberías Cambiar las tuberías en mal estado y asfaltar adecuadamente los caminos públicos por los que pasan.
-
No asumir los costes Si las obras anteriores van a alargarse, piden que el Ayuntamiento asuma reparaciones y pérdidas.
Los vecinos asumen el coste de la reparación de las roturas, para las que tienen que contratar fontaneros, palas e incluso equipos de geolocalización de agua para poder localizar dónde se está produciendo la pérdida, ya que las tuberías son subterráneas. «Con la última rotura he tenido que pagar 600 euros y tuve que contratar un geolocalizador porque no la encontrábamos. Los costes rondan los 2.000 euros al mes en roturas, que al año son 24.000», declaró.
A esto hay que sumar también las derramas por las pérdidas de agua ocasionadas por esas roturas que, según Martínez ascienden a unos 25 euros por cada una de las 55 familias que se ven afectadas. «Nosotros estamos pagando todo este dinero, mientras en la factura del agua nos cobran conceptos como el alcantarillado, que no tenemos, o el mantenimiento de los contadores, que sólo van al de cabecera a tomar la lectura», dijo este vecino.
Iniciativas de la oposición
Los partidos de la oposición han presentado varias iniciativas sobre la situación de estos 300 vecinos. De hecho, en el próximo Pleno municipal el concejal de MC, Enrique Pérez Abellán, llevará una moción para denunciar el despilfarro de agua potable que se produce en estos tres parajes, «que llevan décadas reclamando algo tan básico como agua potable en condiciones dignas. Medio siglo después siguen con una red de distribución obsoleta, llena de fugas, roturas y pérdidas que convierten el agua en un lujo carísimo».
En el pleno del 10 de septiembre, fue la edil Isabel Andreu del PSOE quien preguntó al edil de Infraestructuras y Urbanismo, Diego Ortega, cuándo se hará la obra para acercar los contadores a las viviendas de Las Casas del Pino, ya que algunos de ellos se encuentran a 300 metros.
El concejal responsable ofreció algo de contexto antes de contestar y dijo que «cuando se puso el agua los vecinos pidieron que en lugar que llevar cada contador hasta su casa y pagar un sobrecoste, se pusiera uno solo en cabeza y ellos lo pagaban conjuntamente. Con el paso del tiempo esas tuberías comunales generan pérdidas y entre los vecinos tienen que afrontarlas. Por eso pidieron al Ayuntamiento acercar los contadores a las casas, pagando una parte de la obra y asumiendo el Ayuntamiento los metros nuevos de red». Diego Ortega afirmó que había una primera tanda de obras para descentralizar contadores que incluía otros seis caseríos de la zona oeste y que los trabajos de Las Casas del Pino se ejecutarían cuando éstas finalizasen.
«Seguramente sea cierto que a los vecinos que hubiera en los años 70 les pudo interesar tener un contador de cabecera porque era la única manera de que el agua llegara aquí, pero después de ese tiempo las tuberías siguen siendo las mismas y existen formas de poner solución a este problema», comentó Fernando Martínez Saura.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión