Los vecinos de La Aljorra se movilizan contra los robos con patrullas para vigilar las calles

A sus 44 años, José Andrés Martínez, vecino de toda la vida de La Aljorra, no está dispuesto a que el miedo pueda con él y a que, «por culpa de cuatro vándalos, no pueda pasear por mi pueblo a la hora que me apetezca». Por eso se ha unido a las patrullas vecinales creadas por la Plataforma No Más Robos, que esta semana han vuelto a salir a vigilar la localidad, después de tres años casi inactiva, para disuadir a los ladrones que en las últimas dos semanas han hecho acto de presencia.

El atraco a punta de pistola protagonizado el pasado sábado por un hombre en una gasolinera, varios intentos de entrar a viviendas para robar, los asaltos esta semana a dos naves, una donde hay un taller y otra de materiales de construcción, y los destrozos en varios vehículos aparcados en la calle han hecho que los aljorreños se movilicen. Todo ello, pese a las advertencias de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado de la peligrosidad que supone.

«Llevamos dos semanas que son un verdadero infierno. Por más que insistimos a los políticos, nadie nos hace caso. Necesitamos presencia policial constante o un cuartel de la Policía Local de forma permanente, como nos prometieron», dijo Martínez.

En las patrullas también participa Ángel Gil, «para ayudar al pueblo». «Nosotros salimos a pasear y, si vemos algo raro, inmediatamente llamamos a la Policía Local o a la Guardia Civil. En ningún momento intentamos solucionar el problema o impedir un robo. Ese es el trabajo de la Policía, el problema es que nunca está cuando la necesitas», indicó.

La organización de la plataforma, a la que ya pertenecen unos 150 vecinos de La Aljorra, sigue siendo máxima. Los que salen a patrullar van equipados con chalecos reflectantes, linternas y sus teléfonos. También tienen un grupo en la aplicación de mensajería Whatsapp para avisarse entre ellos en caso de que surja cualquier incidente en su zona. Ahora salen en equipos de quince personas. Se juntan en el centro cívico sobre las nueve de la noche y, durante más de dos horas, recorren el pueblo inspeccionando solares, colegios, jardines, parques y casas, donde aseguran que hay okupas.

La zona que más vigilan es la rambla y sus alrededores, donde ha habido varios altercados. Los vecinos denuncian que apenas hay iluminación y que grupos de jóvenes se reúnen cada noche a beber y a fumar. Aseguran, incluso, que llegan a amenazar a los que viven por allí. Lo que más les preocupa ahora es que también hay robos a plena luz del día. El pasado miércoles un joven persiguió a una mujer, que al darse cuenta de la situación se unió a una pareja buscando su apoyo. También les inquieta la quema de contenedores que está habiendo, últimamente, en varias zonas del pueblo, «que solo hace aumentar la inseguridad», afirmó Gil.

En este sentido, el comisario jefe de la Policía Local, Pedro Moreno, a preguntas de los periodistas, tras la presentación ayer del plan de evacuación y albergue en diputaciones ante lluvias torrenciales, dijo que tan «solo tienen constancia de dos o tres robos» y que, con esos números, no se puede considerar que en La Aljorra haya una situación de «caos» o «una oleada de atracos». No obstante, aseguró que ha dado orden de incrementar la vigilancia. Matizó que estos controles no es necesario que sean «constantes».

El edil de MC Enrique Pérez avisó que solicitarán, «por segunda vez en lo que va de legislatura», un Pleno extraordinario para exigir más medidas de seguridad en barrios y diputaciones, especialmente en La Aljorra. «La inseguridad ha vuelto a este pueblo y la escasez de medios humanos y materiales desnuda a la Delegación del Gobierno y al ejecutivo local, colaboradores necesarios y responsables de abandonar a los aljorreños a su suerte», dijo. Desde la Delegación, un portavoz indicó que están recogiendo datos y contrastándolos para tomar medidas.

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