La CHS y el Seprona investigan nuevos arrastres mineros en la vieja Balsa Jenny

A raíz de una denuncia de Ecologistas en Acción en los juzgados locales, agentes de la Benemérita y técnicos del organismo de cuenca realizaron ayer una toma de muestras junto a los citados terrenos. A la espera de conocer los resultados de los análisis de laboratorio, en la inspección los especialistas comprobaron la existencia de escorrentías de agua de color blanco.

Fuentes del colectivo ecologista y vecinales, en concreto de la Plataforma de Afectados por los Metales Pesados de la Sierra Minera de Cartagena y La Unión, destacaron que el vertido está causado por la falta de impermeabilización del solar. Y añadieron que el aspecto de los arrastres, abundantes por las lluvias de los últimos días, es el mismo que el de la «leche de luna» sobre la que alertan desde hace años. Son lixiviados que, según comunicaron a las autoridades judiciales, contienen elementos químicos como hidróxido de aluminio, cadmio y zinc. Por ello, añadieron, son residuos tóxicos y peligrosos para la salud de las personas y para el medio ambiente.

Asimismo, recordaron que esta carga contaminante llega, por pendiente, a la rambla de Ponce. Esta desemboca en el Mar Menor, por lo que consideran que hay un «riesgo grave» para las poblaciones de la diputación del Beal, para la laguna y para su cuenca vertiente, incluido el acuífero.

La parcela sufre una alta concentración de metales pesados, sobre todo de plomo y zinc, debido a la presencia de restos del material depositado en ella hasta su traslado a la corta minera Los Blancos por parte de la Comunidad, ante el riesgo de derrumbe sobre el pueblo.

Este transporte fue realizado entre los años 2003 y 2005 por la Administración regional, que asumió la titularidad del solar previa cesión por parte de la empresa Portmán Golf, también dueña de Los Blancos. La Administración regional realizó varias restauraciones ambientales del solar, pero todas ellas fallaron y aún está pendiente el sellado definitivo.