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El Rosell tratará tumores más pequeños y en menos tiempo
Entra en funcionamiento el nuevo acelerador lineal, tras una inversión de tres millones, para atender al año a 400 pacientes con diferentes cánceres
Cuatrocientos pacientes con tumores complejos, con un tamaño de apenas dos milímetros y de una forma más rápida serán atendidos al año en el Hospital Santa María del Rosell. Será gracias al nuevo acelerador lineal, el tercero del área de salud de Cartagena, con el que dará radioterapia a enfermos de cáncer. Este nuevo aparato, ubicado en un nuevo edificio construido en el aparcamiento de personal, junto a Rehabilitación, ya está en marcha desde el pasado miércoles. El presidente de la Comunidad Autónoma, Fernando López Miras, visitó ayer las instalaciones para conocer esta tecnología, que ha costado tres millones de euros.
A partir de ahora, los especialistas del servicio de Radiofísica y Protección Radiológica reducirán el número de sesiones redioterápicas a los pacientes, podrán tratar tumores más complejos y pequeños –de entre dos y tres milímetros–, administrarán tratamientos más precisos de forma más rápida y, sobre todo, aumentarán el control de la enfermedad. «Se trata del acelerador más moderno de la Región de Murcia», dijo López Miras tras recorrer el nuevo edificio.
LOS NÚMEROS
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400 pacientes serán atendidos al año en las nuevas instalaciones del Rosell.
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3 millones de euros es la inversión realizada por el Servicio Murciano de Salud (SMS).
Este dispositivo de última generación permitirá implantar nuevas técnicas de tratamiento radioterápico, como la radiocirugía estereotáctica, una técnica no quirúrgica que es usada para tratar anormalidades funcionales y pequeños tumores en el cerebro.
Pruebas antes de la sesión
El acelerador lineal está instalado en el interior de un búnquer. El aparato será manejado desde una sala contigua. a través de un sistema de control guiado por imagen, equipado con cuatro cámaras, que permite a los especialistas tratar un tumor de manera milimétrica. Los radiofísicos, en coordinación con los oncólogos radioterápicos, calculan y definen las dosis a aplicar a cada paciente antes de la sesión. Incluso, llegan a ensayar el proceso en una especie de maniquí, para que nada falle. Es una forma de personalizar el tratamiento al máximo.
Su puesta en marcha ha conllevado la contratación de diez profesionales, entre los que se encuentran dos facultativos especialistas, un enfermero, cuatro técnicos, un auxiliar, un administrativo y un celador.