El Plan Rambla de Cartagena deberá inhabilitar sótanos y reforzar las infraestructuras contra riadas

El avance del nuevo Plan General de Ordenación Urbana de Cartagena, que deberá sustituir al vigente de 1987, está en periodo de alegaciones hasta el 20 de noviembre. Mientras, la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) culmina el 'Estudio de la cartografía de zonas inundables a partir de la simulación bidimensional de los desarrollos urbanos existentes, así como los del nuevo Plan General de Ordenación Urbana del término municipal de Cartagena', encargado por el Ayuntamiento.

«Es una actualización del mapa de zonas inundables de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), que aporta un mayor nivel de detalle con el conocimiento de los técnicos municipales y la investigación de la UPCT», dijo el profesor de Ingeniería Hidráulica y responsable del estudio, José María Carrillo.

Los estudios de zonas inundables proceden de una directiva europea de 2007, que se traspone al reglamento nacional a través de un Real Decreto en 2010. Tienen tres fases: la identificación de grandes zonas de riesgo potencial; la delimitación de las zonas inundables; y los planes de protección civil de evacuación. «Podemos tener la delimitación relativamente bien, pero nos está fallando la última parte. Los planes de evacuación, las vías de escape, para quienes viven en zonas inundables deben ser información pública, clara y accesible», indicó Carrillo.

Una de las zonas más problemáticas del casco urbano ante episodios de fuertes lluvias, que suele anegarse y que ha costado la vida a más de un vecino en varias gotas frías de las últimas décadas, es todo el curso de la rambla de Benipilia, desde Los Dolores hasta su desembocadura en el mar. En uno de sus tramos urbanos está previsto uno de los pocos desarrollos urbanísticos en marcha, el Plan Parcial Rambla, desbloqueado en 2019 por la entonces alcaldesa, Ana Belén Castejón, tras más de 25 años paralizado.

El proyecto, fruto de un convenio rubricado en 1989 entre el Ayuntamiento y el empresario Tomás Olivo, impulsor del plan y principal propietario, incluía la mejora y terminación de la avenida del Cantón, la construcción de 1.700 viviendas y un gran parque público, de más de 300.000 metros cuadrados de superficie. De momento, el primer edificio de 66 viviendas de ese plan sigue sin salir adelante porque su promotor aguarda cambios de uso en los bajos del residencial y más alturas dos años después de obtener la licencia correspondiente.

Los nuevos mapas de espacios inundables de la CHS incluyen la mayor parte del Plan Rambla como área con «limitaciones estrictas a la mayoría de usos» del suelo por el riesgo de inundación al ser una Zona de Flujo Preferente (ZFP).

Esto obliga al promotor a realizar también un estudio de ingeniería hidráulica y formular una declaración responsable, para que los compradores de los inmuebles conozcan los riesgos.

En los últimos años, el entorno del Plan Rambla ha experimentado algunas modificaciones que mejorarían la capacidad de la rambla, incluida también la de Canteras. Ha habido cambios en los encauzamientos, en las alturas de las calles. Y un nuevo paso elevado sobre la rambla de Canteras aumentará por veinte la capacidad de circulación del agua por el cauce en caso de fuertes lluvias, según los cálculos municipales.

Aún es pronto para saber si el informe preceptivo de la CHS, que habrá de incorporarse al nuevo planeamiento municipal, así como la nueva conciencia social, introducirán cambios en el proyectado Plan Rambla.

Con la legislación vigente todas las viviendas tienen que estar protegidas frente a inundaciones. No se puede construir cualquier cosa, como en el pasado», subrayó el profesor e investigador Antonio Vigueras, que también trabaja en este estudio.

Sobre los garajes, «deben ser estancos. De manera que los respiraderos estén por encima de la cota a la que pueda llegar el agua», añadieron desde este grupo de trabajo. En el casco histórico plantearon que su ubicación sea en plantas bajas y en primeras plantas.

Por su parte, el profesor de la Escuela de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos y de Ingeniería de Minas de la UPCT, Salvador García-Ayllón, plantea como medidas para mitigar los efectos de lluvias torrenciales, aplicables al sector Rambla, elevar la cuota de rasante de las alineaciones de las calles, desactivar el uso de los sótanos y reforzar las infraestructuras. «Los planes parciales tienen infraestructuras hidráulicas de laminación y tienen que adaptarse a aguas arriba. Por ejemplo, algún colector o infraestructura de más envergadura que evite que el agua llegue a esa zona».

Para quienes ya viven en zonas inundables, los expertos recomiendan colocar tablachos como barreras en las puertas de la vivienda, hacerse con grupos electrógenos y bombas de achique.

La UPCT imparte hasta el 5 de diciembre un curso de especialista universitario en zonas inundables para formar a alumnos en cálculo de zonas inundables, modelización hidráulica y efectos hidrológicos del cambio climático. Dirigido por el profesor Sebastián Guillén, participan expertos en Ingeniería Hidráulica e Hidrología de las Politécnicas de Madrid, Valencia y Cataluña, entre otras.

El profesor de la Escuela de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos y de Ingeniería de Minas de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), Salvador García-Ayllón, defiende un modelo equilibrado frente a la polarización actual sobre el tratamiento de las zonas inundables. Así lo constató la investigadora de la UPCT Ángela Franco García en una reciente tesis doctoral, dirigida por García-Ayllón, en la que recuerda que el 29% de la población vive en zonas inundables en la Región, y proponen mejoras en el diseño urbano ante el creciente aumento de las lluvias torrenciales por el cambio climático.

Por una parte García-Ayllón, entiende que las infraestructuras hidráulicas son imprescindibles en muchos casos, como en Santomera o el Guadalentín. De otra, la renovación territorial y la regulación urbanística, momento en que se encuentra el término municipal de Cartagena con la actualización de su Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). García-Ayllón también aboga por soluciones innovadoras basadas en la naturaleza «siempre que no se creen expectativas irreales» para un drenaje ordinario que no tendría capacidad para fenómenos extremos como una DANA, tales como cubiertas vegetales y pavimentos drenantes.

El Plan Rambla es una zona «problemática, que habrá que analizar combinando las variables urbanísticas y de inundabilidad porque su Plan Parcial es anterior a la normativa y al nivel de exigencia actual», apunta el profesor de la UPCT.

No obstante, hay que tener en cuenta los usos ya aprobados del suelo. Para este experto, un parque inundable de cierta envergadura en la zona de la Rambla puede ser «una buena opción, si se dan un emplazamiento y una dimensiones adecuadas».