El periodismo vecinal de Carlos Illán

Pronto comenzó a escribir para LA VERDAD. Gustó su estilo a un clásico de esta Casa como fue Guillermo Jiménez. Todo lo simultaneaba con su trabajo por las mañanas en una oficina y con sus estudios en el instituto por las noches. Al poco tiempo, le propusieron desde Murcia cubrir el baloncesto regional, lo que le otorgó cierta buena prensa.

Ello le abrió la puerta de casi todas las emisoras de radio, por eso tuvo el honor de que el gran Joaquín Prat le diese paso en un programa nacional de la COPE. Tras ello, continuó colaborando con este diario, con reportajes en el suplemento ICUE, hasta que sin darse cuenta se transformó en un profesional del periodismo.

Este año, los ciudadanos de Los Dolores celebran los primeros quince años de 'El Puente', una publicación informativa de la asociación de vecinos, de la que Illán formó parte de su junta directiva entre los años 2004 a 2008. La razón de sacar a la calle una hoja fotocopiada era para informar al vecindario de la actividad de este colectivo, pues muchos eran los que desconocían las gestiones y desvelos que suponía trabajar por el barrio.

Los vecinos fueron capaces de poner en manos de los lectores ocho páginas en blanco y negro. Posteriormente se multiplicó la paginación hasta alcanzar las 24 a color. Todo fue posible por el interés que mostraban los comercios locales por anunciarse. En 2009, la asociación vecinal cedió a Illán los derechos de la revista con el objetivo de que la gestionara como empresario de la comunicación.

'El Puente' ofrece una tirada de 1.300 ejemplares. La efeméride fue festejada hace unas semanas en el Casino Cultural con la presencia del concejal de Cultura, Carlos Piñana, la presidenta de la Junta Vecinal, Juliana Otón, y el expresidente de la asociación de vecinos, Fulgencio Bernal, entre otros.

Todo esto me lo cuenta Carlos en el citado local mientras grupos de hombres juegan al dominó y mujeres al parchís. Nos saludan Ángel Valverde, escritor de la memoria de un barrio que es como un pueblo. Valverde se dispone a dirigir al grupo de teatro y el músico militar Jesús Auñó, que enseña a sus alumnos con la ilusión de crear la primera banda musical dolorense.

Tras la experiencia exitosa de la revista, otras asociaciones solicitaron a Illán hacer una similar. Fue el caso de Sauces y la urbanización Mediterráneo, aunque estas fueron de vida efímera. No ha sido el caso de Santa Lucía con Telepinacho, a cargo de la asociación cultural El Pinacho, con sus 500 ejemplares gratuitos gracias a los comercios del área. Este periodista también es conocido por su Cartagena de Ley, orientada al mundo de los tribunales, Cartagena de Hoy, La Unión de Hoy o la misma experiencia replicada en El Algar y Los Urrutias.

Esta trayectoria demuestra su amor por los barrios y pueblos, el afán por recoger las historias menudas que los grandes medios no pueden abarcar por razones obvias. Además de la valoración enormemente positiva que hace de la entrega generosa de los directivos y afiliados de las numerosas asociaciones del municipio.

Considera que el Ayuntamiento de Cartagena debería valorar más el ahorro económico que supone todo este contingente enorme de voluntariado. En otros municipios vecinos es la institución municipal la que sostiene el mayor peso de las fiestas patronales y la organización de eventos culturales y sociales de todo tipo. No es el caso del nuestro, donde las asociaciones de vecinos, las de mayores y de mujeres, comisiones de fiestas y peñas cargan con buena parte del peso.

Es un firme defensor de la descentralización, no en vano recogieron miles de firmas en su barrio solicitando la figura de la Entidad Local Menor, cuando Fulgencio Bernal presidía el colectivo vecinal. Contó con el respaldo de la Federación.

Illán cree que, al menos, el Ayuntamiento debería incrementar los presupuestos y las competencias de las insuficientes juntas vecinales municipales. No descarta la constitución de algún nuevo municipio.

Terminamos charlando de sus entrevistas a dos grandes del fútbol mundial como lo fueron Kubala y Cruyff, o a varios medallistas españoles. Una noche en Madrid entró en un bar a tomar un café y se encontró con Imanol Arias. Carlos, que no es vergonzoso, se dirigió al actor en los siguientes términos: «Tranquilo, no te pongas nervioso porque estoy acostumbrado a que la gente se altere cuando me ve». A Imanol le hizo gracia y le pagó el café.