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j. a. g.
Cartagena
Viernes, 18 de agosto 2017, 18:38
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Los 'Gasolina' compartían, como familia, un negocio tan lucrativo como ilegal. Y compartieron también destino, en concreto la cárcel, tras una nueva intervención de la Policía Nacional para atajar el tráfico de drogas en Cartagena. Tres de las cuatro personas detenidas esta semana en una operación que permitió desmantelar una organización dedicada al narcotráfico, a nivel de potentes intermediarios, fueron enviados a prisión preventiva este viernes por el juez de guardia.
A la espera de juicio, el cabecilla de la presunta red de narcos, Pedro M. F., alias 'el Gasolinas', de 59 años; su mujer, que según fuentes policiales tiene unos 55; y la hija de ambos, están imputados por un presunto delito contra la salud pública. Los agentes les decomisaron tres kilos de cocaína, 60.000 euros en billetes y dos kilos de joyas de oro.
El líder de la trama, que estaba en libertad a la espera de sentarse en el banquillo acusado por la Guardia Civil de pertenecer a una red internacional de distribución de droga, desarticulada en enero de 2015, se entregó a los agentes de la Comisaría. Lo hizo tras conocer que su esposa y su hija fueron arrestadas en un dúplex familiar situado en el barrio de San Ginés, cerca de la gasolinera de Pintor Portela.
A la vez que este hombre, también facilitó su arresto su hijo, de 17 años. Al ser menor de edad, quedó en manos de la Fiscalía y el Juez de Menores. Sobre este cuarto implicado, durante una rueda de prensa el comisario, Ignacio del Olmo, afirmó con rotunidad que tenía "pleno conocimiento" de las actividades ilícitas de su familia.
De hecho, los efectivos del Grupo de Estupefacientes incautaron la droga, tres kilos de cocaína, en su habitación. "Cuando se hicieron los registros no estaban el padre ni el menor. Había dos mujeres y, en principio, no opusieron resistencia". Más tarde, "sí que hubo algún conato de amenazas por parte de algunos de los vecinos que se congregaron en el exterior contra la Policía, fruto de la frustración de que la operación había sido un éxito", dijo del Olmo. Durante la redada, los periodistas también sufrieron intentos de intimidación.
"La banda tenía un piso seguro donde acartonaban la droga para, posteriormente, adulterarla y poder venderla al por menor por las calles de Cartagena, ya que la adquieren con una pureza superior a la que se suele encontrar en los mercados", añadió el comisario. Según fuentes policiales, la mercancía procedía de un país de Sudamérica que aún está por determinar.
Del Olmo mostró su satisfacción por el hecho de que ésta es "la mayor operación de cocaína en Cartagena en los últimos tiempos", y añadió que "el valor de la droga para la Policía es cero, ya que dar una cifra puede incentivar la dedicación al tráfico de estupefacientes".
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