Luz verde a la sustitución de las barandillas oxidadas del Galúa de La Manga del Mar Menor
Los trabajos incluyen también la instalación de nueva cartelería, el mástil para la bandera azul y la adecuación de los accesos a la playa
Las barandillas corroídas por el óxido y el salitre que afeaban la imagen de uno de los enclaves más fotografiados de La Manga, serán pronto cosa del pasado. Los trabajos para sustituir el antiguo cercado de metal del mirador del Galúa por otro de madera están «en marcha y, en poco tiempo, estarán terminados». Así lo aseguró a este periódico el concejal responsable del Litoral, Gonzalo López Pretel (Vox), quien avanzó que además de la reposición de esta infraestructura, este espacio contará también con nueva cartelería, la instalación de un mástil para izar la bandera azul, así como con la adecuación de los accesos hasta la playa.
La mercantil Equipamientos Deportivos es la que se está haciendo cargo de llevar a cabo estos trabajos, en los que se ha invertido cerca de 46.000 euros, y cuya parte fundamental es la sustitución de las barandillas metálicas por otras de madera, recubiertas con un tratamiento especial que evitará su corrosión.
Con estas obras, el Ayuntamiento de Cartagena da respuesta a las numerosas quejas que ha acumulado este espacio desde poco después de su inauguración, debido a que el material empleado no parece el más aconsejable para un vallado colocado al aire libre y al borde del mar. La inauguración de la entonces denominada plaza del Galúa tuvo lugar en julio de 2020, como parte de un proyecto más amplio en el que se invirtieron 780.000 euros y, menos de cinco años después, su mal estado no sólo saltaba a la vista, sino que suponía un riesgo para quienes se apoyasen en él, ya que podían caer por el acantilado y incluso enfermar por hacerse un rasguño.
Tanto es así, que en abril de este año, el concejal de MC Juan José López, solicitó en el pleno municipal que se precintara la zona más deteriorada y se restringiera el paso a los viandantes para evitar que pudiera ocasionar accidentes graves, hasta que se procediera a su reparación. El partido cartagenerista recordaba entonces que el abandono que presentaba el mirador «no sólo representa un problema de seguridad, sino un retroceso a la imagen turística de La Manga».
Responsabilidades
La demora en la licitación de estas obras se debe, entre otras cuestiones, a que la intención del Consistorio en un primer momento fue que la Dirección General de Litoral de la Comunidad Autónoma asumiera el coste.
El concejal de Litoral desistió finalmente ante la negativa del Gobierno regional, que alegaba que la actuación podría interpretarse como mantenimiento y que esto último es competencia de los ayuntamientos. Además, el estado de deterioro de la barandilla continuaba empeorando y, con ello, el peligro para las personas.
La buena noticia es que vecinos y veraneantes podrán recuperar este espacio y disfrutar de la belleza de los atardeceres desde este balcón al mar acabando con una imagen poco lustrosa del litoral cartagenero y de La Manga en particular como destino turístico.
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