Las inspecciones a mercantes extranjeros por irregularidades crecen en Cartagena un 10% en el último año

Capitanía Marítima detuvo su salida del puerto de Escombreras de Cartagena por sobrepasar el limite máximo de carga permitida. El granelero líquido llevaba en sus bodegas base de aceite para lubricantes y estaba atracado en el frente 16. Momentos antes de salir, funcionarios del Estado y de la administración portuaria se dieron cuenta de que el barco sobrepasaba su línea de flotabilidad permitida, lo que obligó a activar el protocolo, que incluye la detención de la salida de la embarcación y la inspección de la carga. Tenía como destino del puerto holandés de Róterdam.

La tripulación tuvo que descargar este jueves el sobrante, previo pago de una fianza de 15.000 euros. Tras ello, los inspectores volverán a subir al buque, para comprobar que cumple con lo especificado en su ficha técnica en cuanto al límite de carga se refiere. Si no cumple con lo establecido seguirá paralizado en Escombreras y se enfrenta a sanciones con una cuantía que va desde los 15.000 a los 20.000 euros, según fuentes de la Capitanía Marítima.

Se trata del segundo barco que es detenido en lo que va de año por las mismas circunstancias. En febrero fue el 'Eliana', con bandera de Malta, un granelero líquido que lleva en sus bodegas aceite de soja y tenía como destino la ciudad italiana de Ravenna, en el mar Adriático.

«Cada vez nos encontramos con más problemas, sobre todo en buques cargados de ganado y todo tipo de graneles líquidos y sólidos, en la mayoría de las ocasiones con tripulaciones súper estándar», explicó el capitán marítimo, Óscar Villar, a LA VERDAD. Se trata de dotaciones con escasa formación marinera, que es contratada por los armadores para ahorrar costes, ya que una con experiencia cuesta, a veces, el doble. Proceden de países donde apenas se cumplen con las normativas internacionales.

Desde el departamento marítimo explicaron que se han encontrado casos con tripulaciones que no han salido del barco en seis meses, que llevan documentaciones falsificadas y donde, incluso va algún polizón.

Es lo que ocurrió el pasado 15 de mayo, cuando agentes de la Policía Nacional detuvieron al capitán de un buque mercante tras facilitar a dos polizones el viaje a bordo de su embarcación y ayudarles a evadirse del control policial y de la zona de seguridad en el puerto. Viajaban a bordo de un buque de bandera panameña que se encontraba haciendo escala en el muelle Príncipe Felipe de Escombreras realizando labores de carga y descarga de cereales.

En el último año 2022, Capitanía Marítimo realizó 300 inspecciones a embarcaciones nacionales y 130 a extranjeros, un 10% más que el año anterior. Este 2023, el aumento también ronda ese mismo porcentaje, según los datos facilitados por este organismo.

El Port State Control o Control del Estado Rector de Puerto, dentro de la normativa del Memorándum de París (MOU), es el mecanismo de vigilancia de los buques extranjeros por parte de cada Estado y permite estudiar las características del buques y su historial antes de que recale en puertos españoles por razones comerciales o técnicas. Supervisa aspectos como la seguridad de la navegación, el medio ambiente marino y las condiciones de vida y de trabajo de los miembros de la tripulación.

Capitanía Marítima de Cartagena está haciendo especial hincapié en los controles de las emisiones de los barcos que entran al Puerto, tanto de los mercantes que lo hacen a Escombreras y Santa Lucía, como a los cruceros en el Muelle Juan Sebastián Elcano. Su misión es realizan inspecciones y tomar muestras del carburante que utilizan las embarcaciones, para detectar posibles irregularidades en el porcentaje de azufre, contenido en el producto. El principal objetivo de estos análisis es reducir las emisiones de gases invernadero.

Desde el 1 de enero de 2020, la nueva normativa de la Organización Marítima Internacional (OMI) obliga a reducir el límite mundial del contenido de azufre en los combustibles al 0,5%, frente a los máximos de 3,5% o 1,5%, según el área geográfica, permitidos hasta entonces. Las capitanías marítimas pueden tomar muestras de combustible en todos los barcos y detienen y sancionan a aquellos buques que incumplan esta normativa ya que hay embarcaciones que intentan burlar la normativa empleando combustible con más azufre del tolerado por su inferior coste.

Los inspectores de cada puerto toman tres muestras del carburante -una para la tripulación y dos para el control- que se analizan en un laboratorio homologado para determinar el porcentaje de azufre sobre la masa total.

La Capitanía está dirigida desde 2016 por Óscar Villar Serrano, responsable en la provincia marítima de Cartagena (el litoral y las aguas navegables de la Región) de la coordinación de los servicios de Salvamento Marítimo. También se ocupa de la seguridad marítima y de la prevención y lucha contra la contaminación y el control del tráfico marítimo.