El hallazgo de un muro augura el afloramiento de gradas en el sector occidental del Anfiteatro de Cartagena
Los arqueólogos vaticinan que esta nueva fase de excavaciones permitirá distinguir con claridad el 50% de la elipse en torno a la que se articulaba el edificio del siglo I
La arqueología es una ciencia estratigráfica. Lo pone en todos los manuales teóricos más básicos. Cada capa del subsuelo es la memoria enterrada de ... la huella que dejaron las civilizaciones a su paso. Este principio se testa sin ir más lejos a pie de albero en el Anfiteatro Romano de Cartagena. Entre los restos de viviendas del siglo XIX, fosas funerarias del XVIII y una majestuosa plaza de toros poniendo la guinda a esta cronología, se encuentran afortunadamente los restos del recinto de espectáculos edificado en el siglo I, entre los reinados de los emperadores Claudio y Nerón.
Un lugar que no deja a nadie indiferente y que está llamado a ser el futuro cultural de la antigua Carthago Nova como lo fue en su día el Teatro Romano. Tras rescatar el acceso a la fossa bestiaria, el empujón financiero de las ayudas estatales está trayendo a la luz importantes descubrimientos de los que son testigo el equipo multidisciplinar compuesto por arqueólogos, restauradores y arquitectos encabezado por Andrés Cánovas y José Miguel Noguera. Estructuras y cubiertas que vuelven a aflorar tras siglos ocultas y a las que se sumó recientemente un muro que ha llenado de ilusión y buena esperanza a este grupo de entusiastas investigadores.
Tanto añadido por encima del antiguo recinto de bestias y gladiadores no hacía presagiar a priori que fuera mucho –o muy alto– lo que se pudiera recuperar. Pero la arqueología siempre depara sorpresas y ese muro, con sus cuatro metros de alzado en la parte baja –la 'inma cavea'– y dos en la alta –'summa cavea'– hace prever que, cuando se excave el 50% de la superficie de la arena para finales de año, lo que encontrarán los visitantes será un Anfiteatro perfectamente distinguible. Muy al contrario que como está ahora, donde a los poco doctos en historia les cuesta todavía atisbar por donde discurre esa elipse que configura todo el espacio.
El muro recién encontrado está hecho en 'opus caementicium', un material semejante al hormigón que constituye el grueso de las paredes y que a su vez era revestido con un material silíceo o volcánico más negruzco y de mayor valor económico, el llamado 'opus vittatum'. Un paramento que se entrelaza generando una intersección con el anillo de la plaza de toros, perfectamente distinguibles por el tono más amarillento del coso taurino y más blanquecino de los restos romanos.
Enlucido en cal
En este caso, el muro encontrado, situado en el sector occidental –en la parte que da a la calle Gisbert– fue enlucido fuera de época romana en cal y recrecido cuando la plaza de toros no existía, el Anfiteatro estaba parcialmente expoliado y su uso era el de servir como cementerio al cercano Hospital de Marina.
Las dimensiones son impresionantes a pie de obra y hacen presagiar que bajo el mismo empezará a aparecer, según vaticina el equipo de Cánovas, algún tramo adicional de gradas como ya se encontró, por ejemplo, sobre las bóvedas ya excavadas en la parte del Anfiteatro más cercana al pabellón de autopsias.
En ese espacio, donde se ha recrecido el podio hasta su altura original, continúan los trabajos de adecuación para abrir parcialmente a las visitas el recinto siguiendo el extendido modelo del 'abierto por obras'. De este modo, el turista podrá visitar la parte habilitada mientras conoce al mismo tiempo y sobre el terreno el minuto y resultado de la excavación de esta gran obra.
En su mayoría, el Anfiteatro fue construido tratando de aprovechar la propia inclinación de las laderas del cerro de la Concepción, siendo innecesario levantar en muchos tramos complejas estructuras de arcos y bóvedas. No obstante, los arqueólogos no descartan hallar más de estas techumbres en la denominada 'porta triumphalis', contigua a la actual puerta grande la plaza de toros y cuyos restos estarían bajo el lugar que albergó la capilla donde se encomendaban los toreros antes de la faena. Y es que el eje mayor de la elipse del Anfiteatro empieza en esta puerta de los ganadores y termina en la puerta de los vencidos, pues por el mismo sitio donde se introducían las fieras, eran evacuados heridos, moribundos y yacentes.
En paralelo, lo que está por llegar hará cambiar radicalmente el aspecto general del espacio. En cartera y con su dinero consignado está previsto intervenir sobre los restos de la plaza de toros, continuando con la recuperación de las terrazas superiores, que permiten tener una vista casi cenital del conjunto. También desproveyendo las fachadas de añadidos neoárabes que, en 1911, se adhirieron a un coso taurino que nació antes, en 1854, con unas líneas más rectas y una ornamentación menos opulenta y pretenciosa.
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La apertura a las visitas será el gran hito de los 25 años de Puerto de Culturas
La apertura a las visitas del Anfiteatro Romano será uno de los principales hitos de la programación conmemorativa del 25 aniversario de la creación de Cartagena, Puerto de Culturas. «Queremos compartir con los cartageneros y con quienes nos visiten el trabajo que se está llevando a cabo, que conozcan la complejidad de este proyecto y que sean testigos de un proceso que no es una excavación arqueológica al uso», señaló la alcaldesa, Noelia Arroyo, a este periódico.
La regidora resaltó que la recuperación del Anfiteatro supone «un gran desafío, ya que no se limita a sacar a la luz los restos del edificio romano, sino a crear un conjunto monumental que integra el propio anfiteatro, la plaza de toros del siglo XIX y elementos singulares como el pabellón de autopsias».
En este sentido, señaló que el proyecto se está desarrollando «con el mismo rigor, pero también con la creatividad que han caracterizado a las experiencias de recuperación patrimonial en Cartagena en las últimas décadas». Según Arroyo, «esto es posible gracias a una generación de arqueólogos, arquitectos y restauradores que han aportado proyectos de enorme calidad, concebidos para rescatar el patrimonio, pero también para hacerlo comprensible y atractivo a los visitantes».
La alcaldesa recordó además de que ya se ha aprobado el proyecto para la creación de un pabellón de visitantes temporal, situado en el lado sur del anfiteatro. «Estamos ultimando sus trámites de contratación. Será un módulo diseñado con los mismos criterios de calidad y respeto al entorno, que funcionará como punto de partida para el recorrido por el monumento mientras se completan todas las obras previstas», explicó Noelia Arroyo.
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