La visita del presidente francés y el rey Alfonso XIII a Cartagena
Fotohistoria de Cartagena ·
En los días 10 y 11 de octubre de 1913, la ciudad de Cartagena fue testigo de un evento sin precedentes con la visita del ... presidente de la República Francesa, Raymond Poincaré, acompañado por el rey Alfonso XIII de España. La razón detrás de esta ilustre visita fue la firma de los Acuerdos de Cartagena, un tratado diplomático que sellaría la relación entre ambas naciones.
Solo unos años antes y en este mismo contexto geoestratégico, nuestra ciudad también fue elegida como escenario del encuentro entre los monarcas españoles e ingleses.
Cartagena ocupaba un lugar destacado entre las ciudades españolas de la época. Sin ser capital de provincia su importancia económica, estratégica y demográfica la elevaba sobre otras muchas urbes españolas. Así que fue elegida para albergar estos encuentros entre mandatarios de primer orden mundial.
Volviendo sobre esta visita, para dar la bienvenida a estas distinguidas personalidades se construyó la escala regia en el Muelle de Alfonso XII, facilitando el embarque de las autoridades. El puerto se llenó de imponentes navíos, incluyendo el acorazado 'España' y los cruceros 'Carlos V', 'Extremadura', 'Cataluña', 'Príncipe de Asturias', así como los destructores 'Proserpina', 'Audaz' y 'Osado', por parte de España. Francia también hizo su entrada con los imponentes acorazados 'Voltaire', 'Diderot', 'Mirabeau' y D'anton', junto con los destructores 'Hegel'. Incluso el acorazado inglés 'Invencible' se unió a la flotilla.
La llegada de Poincaré y Alfonso XIII a Cartagena fue en tren desde Madrid. En aquel entonces sí había línea ferroviaria directa entre estas dos importantes ciudades de España. Les acompañaban los presidentes de ambos gobiernos: el Conde de Romanones y el primer ministro francés M.Pichón. Fueron recibidos por las autoridades locales, encabezadas por el alcalde Vicente Serrat, y autoridades militares de esta plaza.
El tren real llegó directamente a la explanada del Muelle de Alfonso XII, que se encontraba repleto de público y perfectamente adornado para la ocasión. Al descender del mismo el Rey y el presidente francés recibieron los honores de ordenanza por parte de las fuerzas de Infantería de Marina y del Regimiento España nº46; a continuación, la numerosa colonia francesa residente en Cartagena ofreció a Poincaré una serie de regalos.
Inmediatamente embarcaron en unas lanchas y se dirigieron a los buques surtos en el puerto. Ambos líderes presenciaron una majestuosa revista naval a bordo de los acorazados 'Diderot' y 'España'.
Esta visita a Cartagena suponía el final de los actos protocolarios de la firma de los llamados Acuerdos de Cartagena, el final de un largo proceso de redefinición de la geoestratégica de las grandes potencias europeas en una escalada conflictiva que acabaría irremediablemente en la I Guerra Mundial.
En medio de tensiones y conflictos, Poincaré buscaba fortalecer la comprensión mutua entre Francia y España. Como señalaba un analista de la época, su objetivo no era tanto obtener un respaldo directo en caso de crisis, sino más bien asegurar una especie de neutralidad benevolente.
Los temas principales en la mesa de negociaciones eran Marruecos y la búsqueda de acuerdos comerciales beneficiosos para ambas naciones. Sin embargo, muchos españoles no albergaban grandes expectativas respecto al apoyo francés, ni tampoco lo esperaban en el caso de un acercamiento con Alemania. El sentimiento general se expresaba en que la política internacional española estaba delineada por la Entente franco-británica. Alemania estaba demasiado lejos para proteger a España contra posibles perjuicios de Francia o Inglaterra.
Para el recuerdo quedaron momentos destacados. El aviador francés Lucien Demazel realizó una emocionante exhibición aérea con su biplano de 100 hp desde el campo de aviación del Ensanche. Bailes en honor a los marinos franceses se llevaron a cabo en el Club de Regatas, y la presencia del cartagenero Amalio Gimeno y Cabañas como ministro de Marina añadió un toque local a la ocasión.
La prensa también acompañó un papel crucial, con la presencia de la mayoría de los periodistas de la capital. Incluso se destacó la contusión sufrida por el Rey en un pie, que lamentablemente le impidió asistir al baile del Casino, siendo el general Aznar, cartagenero y jefe de la Casa Real quien presidió en su lugar, algo muy comentado, pues al parecer varias personas dijeron haber visto a Alfonso XIII en aquella misma noche en lugares cartageneros muy frecuentados por aquellos que saben disfrutarlas alegremente.
Esta visita no solo dejó una marca en la historia de Cartagena, sino que también reforzó los lazos entre Francia y España en un período clave del siglo XX.
Ese mismo día el presidente francés zarpó con rumbo a Marsella desde nuestro puerto y al día siguiente el Rey visitó los astilleros de la Sociedad Española de Construcción Naval, entregó una bandera de combate al acorazado 'España' y en esa misma noche emprendió el regresó por tren a Madrid.
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