La inauguración improvisada del Palacio Consistorial
En abril de 1907, Cartagena vivió uno de los momentos más importantes de su historia moderna. La inauguración del Palacio Consistorial, junto a la histórica ... visita de los Reyes de España y el Reino Unido, marcó un hito no solo en la evolución arquitectónica de la ciudad, sino también en su proyección política y diplomática internacional enmarcada en los llamados Acuerdos de Cartagena. Este evento, que se celebró entre el 8 y 9 de abril, tuvo un trasfondo político de gran relevancia, pero a su vez fue opacado por la magnitud de las circunstancias que lo rodearon.
Desde finales del siglo XIX, Cartagena buscaba modernizar su infraestructura urbana y administrativa para alinearse con las ciudades más avanzadas de Europa. El 8 de abril de 1907, el Palacio Consistorial de Cartagena abrió sus puertas oficialmente en un acto que coincidió con la llegada de los monarcas españoles y británicos para una importante reunión política. Aunque las obras aún no estaban completamente finalizadas, la magnitud del evento motivó a las autoridades a inaugurar el edificio, cuyo diseño había comenzado en 1899 bajo la dirección del arquitecto Tomás Rico.
La construcción del nuevo edificio consistorial fue un proyecto de envergadura, que reflejaba la creciente prosperidad de Cartagena. En ese periodo, la ciudad experimentaba una notable transformación, con avances en infraestructura como la electrificación, la creación de una red de transporte, y la edificación de nuevas mansiones y edificios públicos. El Palacio Consistorial se erigió como un símbolo de ese cambio, con un diseño monumental y decoraciones de alto nivel, a cargo del maestro Rafael Amaré. Sin embargo, el 8 de abril, el edificio aún presentaba andamios y algunos detalles sin terminar, como la balaustrada de la escalera principal.
La inauguración del Palacio Consistorial tendría que a ver sido un acto de gran relevancia para la ciudad, pero las circunstancias que rodearon su desarrollo no fueron tan solemnes como se había planeado inicialmente. La visita del Rey de España, Alfonso XIII, y su madre la reina María Cristina, coincidió con la inauguración de este imponente edificio, aunque el acto estuvo marcado por una serie de improvisaciones debido a la falta de tiempo y la incompletitud del propio Palacio.
Según el relato histórico, el alcalde de Cartagena, Luis de Aguirre, fue el encargado de coordinar los detalles del evento y recibió a los Reyes en el pabellón del Ayuntamiento ubicado en el Muelle Alfonso XII. Sin embargo, debido a la apretada agenda de los monarcas, el acto de inauguración no se llevó a cabo con la pompa esperada.
La escalera del Palacio Consistorial, por ejemplo, no estaba terminada en su totalidad, y los trabajos de construcción aún estaban en marcha. A pesar de esto, el protocolo tuvo que adaptarse a las circunstancias. En lugar de acceder al edificio por la entrada principal, se improvisó una subida al primer piso del Palacio a través de una escalera provisional para que Alfonso XIII pudiera salir al balcón y saludar a los cartageneros. La presencia de andamios y el ambiente de obra en el interior restaron la solemnidad que un evento de tal magnitud requería, y la ceremonia no se desarrolló con la grandiosidad esperada.
Prisas
El momento que se había planeado como la gran inauguración del Palacio Consistorial se convirtió en un acto apresurado, sin la decoración y las formalidades que le habrían dado un carácter más solemne. Las prisas por cumplir con el programa provocaron que el evento careciera de la solemnidad que se había anticipado en un principio. La improvisación, sumada a la falta de tiempo, resultó en un acto que más bien pareció un compromiso de última hora para aprovechar la visita real, pero que no pudo rivalizar con la importancia del encuentro internacional entre los Reyes de España y de Inglaterra que minutos más tarde se produciría en aguas del puerto.
En cuanto a la recepción de las autoridades, se dispuso un 'lunch' con los representantes locales, en el que participaron diversas personalidades destacadas de Cartagena. A pesar de los esfuerzos por organizar un evento digno, el hastío de los trabajos en curso, el apresuramiento y la falta de preparación terminaron por hacer que el evento no tuviera la magnitud de un acto protocolario adecuado.
Para documentar todo lo expuesto anteriormente mostramos unas fotografías inéditas de ese momento histórico. Estas imágenes permiten comprobar las condiciones en las que se celebró el evento, con la obra en marcha y los arreglos improvisados, y nos dan una visión más clara de cómo se desarrollaron los acontecimientos en ese día tan especial para la ciudad.
Aunque la visita real estuvo marcada por una serie de imprevistos, Cartagena vivió una jornada llena de emoción y simbolismo. La inauguración, a pesar de no haber sido lo que se esperaba, consolidó al edificio como un emblema del progreso y modernización de la ciudad. El evento también dejó en la memoria colectiva de los cartageneros el recuerdo de una visita real que, aunque breve, marcó un antes y un después en la relación diplomática entre España e Inglaterra.
La ciudad, en su proceso de crecimiento y europeización, marcó un paso importante en su historia con la apertura de este emblemático edificio, que continúa siendo uno de los referentes arquitectónicos de la ciudad en la actualidad.
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