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El Buenaventura acompañando a la escuadra cantonal en 1873.
Fotohistoria de Cartagena

Antonio Bonmatí y la primera ambulancia marítima del mundo

Lunes, 13 de octubre 2025, 09:08

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El 13 de octubre de 1873, en pleno fragor del Cantón de Cartagena, zarpaba desde el puerto el vapor 'Buenaventura' convertido en hospital flotante. Aquella fecha marcaba un hito: la primera ambulancia marítima del mundo, ideada y promovida por un hombre que, aunque nacido en Aspe, se había hecho cartagenero por elección y compromiso: Antonio Bonmatí y Caparrós.

Su nombre ha quedado injustamente en segundo plano, oscurecido por la magnitud del drama cantonal, pero su aportación es incuestionable. Como recuerda el historiador Antonio Puig Campillo en su documentado libro 'La primera ambulancia marítima', Bonmatí fue mucho más que un espectador de los hechos: fue protagonista, visionario y, sobre todo, humanista.

Bonmatí llegó a Cartagena en torno a 1862, tras ejercer como maestro en Mazarrón, donde ya destacaba por su implicación social. En nuestra ciudad fundó el colegio San Leandro, institución educativa destinada a huérfanos y niños de familias humildes. Era un hombre de escuela, convencido de que la regeneración del país pasaba por la instrucción, y su tarea le valió la concesión de la Cruz de Isabel la Católica de manos de Amadeo de Saboya.

Personal directivo de la ambulancia marítima: secretario, médicos, farmacéuticos, tesorero y capellán.

Pero Bonmatí no se conformó con la docencia. Entendía la educación como parte de una misión más amplia: el servicio a los demás. Por eso, pocos años después, fue uno de los impulsores de la Cruz Roja en Cartagena, apenas cuando la institución empezaba a asentarse en España tras la batalla de Castillejos (1860) y las primeras experiencias de socorro sanitario en campaña. Desde 1872, presidía la asamblea local de la Cruz Roja, organizando recursos, personal y redes de apoyo justo en vísperas del estallido cantonal.

El Cantón y el 'Buenaventura'

Cuando el 12 de julio de 1873 Cartagena se declaró Cantón independiente, Bonmatí ya era una figura central en la ciudad. El conflicto que se desató convirtió Cartagena en escenario de bombardeos, epidemias y escasez. El hospital militar estaba desbordado, los recursos se agotaban y cientos de heridos quedaban sin atención suficiente.

Fue entonces cuando Bonmatí, desde su cargo en la Cruz Roja, concibió la idea revolucionaria: convertir al vapor 'Buenaventura' en una ambulancia marítima. No se trataba de un simple transporte de heridos, sino de un hospital flotante dotado de camillas, instrumental y personal, capaz de asistir a los combatientes en la mar. La iniciativa no solo fue pionera en España: fue la primera de la historia de la humanidad.

El 13 de octubre de 1873, el 'Buenaventura' zarpó con bandera neutral de Cruz Roja, inaugurando una nueva forma de asistencia sanitaria que siglos después se consolidaría con los buques hospital. Puig Campillo lo documenta con detalle: el barco no solo atendió a heridos; además sirvió como espacio de mediación humanitaria, a menudo bajo el fuego de cañoneras enemigas.

Bonmatí se convirtió en pieza clave durante toda la guerra cantonal. No solo organizó la asistencia médica, también actuó como negociador y mediador entre bandos irreconciliables, hasta el punto de ser arrestado por los propios cantonales por sospechas de imparcialidad. Fue él, finalmente, quien integró la comisión que pactó la rendición de Cartagena en enero de 1874.

Fragmento pintado del dictamen a la Asamblea Suprema firmado por Antonio Bonmatí Caparrós.

No puede entenderse la historia de Cruz Roja en España sin detenerse en Cartagena. Desde la década de 1860, nuestra ciudad fue uno de los focos más activos en la implantación del movimiento fundado por Henri Dunant. Y, en ese proceso, Antonio Bonmatí jugó un papel crucial.

La creación de la ambulancia marítima no fue un acto aislado, sino la culminación de una trayectoria: la de un hombre que creía en la neutralidad humanitaria en medio de las guerras civiles que desangraban el país. La experiencia del 'Buenaventura' fue tan singular que se convirtió en símbolo para la propia Cruz Roja internacional, adelantando lo que décadas más tarde serían los grandes hospitales navales de las potencias europeas.

Este 13 de octubre se cumplen 152 años de aquel primer viaje del 'Buenaventura'. La efeméride debería recordarse como lo que fue: un hito mundial gestado en Cartagena, con un maestro convertido en filántropo como protagonista.

Los Bonmatí

Pero detrás del personaje histórico, hay también una genealogía que hunde raíces en Cartagena y que hoy sigue viva. La saga Bonmatí se prolongó en nuestra tierra a través de distintas ramas: desde Severino Bonmatí Vicedo, que llegó a presidir la Cruz Roja cartagenera en tiempos posteriores, hasta Casimiro Bonmatí Azorín, médico de prestigio, y sus posteriores sucesores.

Y, como curiosidad simbólica, el apellido ha alcanzado proyección internacional con una descendiente directa: la futbolista Aitana Bonmatí, referente del deporte femenino español y quinta generación de la saga. Una mujer que, sin saberlo, hereda la determinación y el compromiso de aquel antepasado que se jugó la vida para salvar a otros en la Cartagena del XIX.

Cartagena puede y debe reivindicarlo: porque Antonio Bonmatí y Caparrós fue, al mismo tiempo, maestro de escuela, fundador de instituciones, pionero de la sanidad naval y mediador de paz. Y porque su historia se entrelaza con la nuestra, con la de esta ciudad que tantas veces ha sido escenario de tragedias y, también, de gestos universales.

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