De Lo Ferro al Cante de las Minas
Tomás Martínez Pagán
Domingo, 27 de julio 2025, 09:05
Esta semana que termina ha sido flamenca a tope en el Campo de Cartagena. El mes pasado, la villa y condado de Santa Lucía celebró ... sus XVIII Recitales Flamencos recibiendo a grandes figuras del arte jondo como Rancapino Chico, Mara Rey, Antonio Reyes y Rubio de Prunas. El barrio pesquero llevó a cabo las galas al aire libre en su coqueta plaza de la Marina, donde pronto se inaugurará la instalación de una Bandera Nacional.
El lunes volvió el 'flamenco del grande' a la ciudad departamental con el acto de presentación del LXIV Festival Internacional del Cante de las Minas. Fue en la cita obligada que cada año se da en la Asamblea Regional donde su anfitriona, la presidenta Visitación Martínez, con su característico estilo de valorar lo nuestro y su cercanía, dio la bienvenida a todos los invitados a tan entrañable acto. Pues el Cante de las Minas no es solo concurso y espectáculo sino que también es «expresión de memoria colectiva y compromiso con la cultura: eso lo convierte en patrimonio vivo de nuestra Región». Desde 2011 los cantes mineros están declarados Patrimonio Cultural Inmaterial de España, confirmando de este modo el papel de la cultura como herramienta de unión, desarrollo y proyección internacional. Apoyándolos se reivindican nuestras raíces, nuestros valores y nuestra cultura.
El extenso programa del festival lo detalló el alcalde de La Unión, Joaquín Zapata que, por cierto, es familiar directo del famoso 'Tío Lobo', gran empresario y magnate minero de la época, personalidad de La Unión y archiconocido por toda la sociedad de la comarca. Terminados los discursos pudimos disfrutar de una bonita actuación de la bailaora María Elena acompañada al cante por María Belén Alaminos y, a la guitarra, Miguel Ángel Solano, que nos transportaron a las grandes noches en la ciudad minera y flamenca.
Al terminar tan singular acto recibimos todos los invitados la lámina de su cartel de lujo. Y es que este año se presentó en el Teatro Real de Madrid demostrando que este histórico festival –nacido en las entrañas de la sierra– ha alcanzado un reconocimiento en el mundo entero, símbolo de la grandeza del flamenco y de su gran papel en la cultura universal. El cartel está diseñado por Antonio López, el gran artista manchego de Tomelloso. Presenta un ramo de rosas en tonos pastel dentro de un jarrón transparente. La obra, titulada 'Rosas', busca plasmar el aroma del flamenco a través de la presentación floral. Con el cartel, este pintor del hiperrealismo o realismo mágico se suma a la galería de artistas vinculados al festival.
Una vez terminado todo salimos en amena tertulia con los alcaldes de La Unión, Joaquín Zapata, y de la villa de Torre Pacheco, Pedro Ángel Roca. En Lo Ferro –población situada en su localidad– se celebra otro gran festival que cumple 45 ediciones. Les invité a compartir mesa junto a los directores de ambos festivales. Fue un lujo departir con dos alcaldes flamencos de dos municipios ricos en cantes que elevan este arte a lo máximo de la geografía nacional y mundial. El encuentro fue en el restaurante El Rincón del Patrón, situado en La Unión, donde cuelgan varios carteles del festival que rápidamente te introducen en el ambiente flamenco. Con un buen vino Bruto D.O. Jumilla elaborado por Juan Gil. Un proyecto enológico de Imanol Arias, pregonero del festival unionense de este año, y del creativo murciano Jorge Martínez, que rinde homenaje a la uva Monastrell. Lo tomamos acompañado de unas anchoas Codesa Reserva con tomate muchamiel. Mantuvimos una muy buena conversación con comentarios, proyectos, novedades y singularidades entre cuatro grandes expertos de dos festivales de primer nivel.
Lo Ferro supone una manera de entender el flamenco muy singular. Fue en 1980 cuando un grupo de amigos, entre los que se encontraba el empresario Sebastián Escudero, 'alma mater' del festival, decidieron crear las fiestas de Lo Ferro. Aquello fue el inicio del que hoy se reconoce como uno de los festivales más importantes del país. En sus comienzos se celebraba en una céntrica plaza ferreña, pero cada vez fue a más y, tan solo 4 años después, se trasladaba a un recinto al aire libre para 2.000 personas.
La peña Flamenca Melón de Oro es la organizadora del Festival, la que lo cultiva y mima con todo su empeño, año tras año. Su nombre homenajea al producto típico de la agricultura de la zona, sobre todo en Torre Pacheco, cuna de esta fruta. El festival está declarado de Interés Turístico Regional pero no solo llega a los murcianos sino que, cada vez más, atraviesa fronteras alcanzando tanto el ámbito nacional como el internacional. Cada mes de julio vuelve la 'jondura' y el flamenco a las tablas de su escenario en el patio de la peña. Viene acompañado de la revista 'Melón', verdadero bastión de defensa y divulgación para el flamenco en tierra ferreña.
De Camarón a Farruquito
La realidad es que grandes voces flamencas han pisado los escenarios de ambos municipios. En Lo Ferro, Marifé de Triana, Antonio Canales, Miguel Poveda, José Menese, Curro de Utrera, Dolores Abril, Estrella Morente, Fosforito, La Niña de la Puebla, Valderrama o Farina. En La Unión se han dado cita Paco de Lucía, Camarón de la Isla, Sara Baras, Pencho Cros –del que se está celebrando este año su centenario– Pepe Habichuela, Miguel Poveda, Canalejas de Puerto Real, El Cabrero, Antonio Piñana, Rocío Márquez, Curro Lucena, Mayte Martín, Pitingo, Farruquito, Manolo Sanlúcar o Morente. Ambos municipios saben hacer gala de una expresión de nuestra memoria colectiva y del compromiso con la cultura.
Y que mejor manera de celebrarlo que en El Rincón unionense, con fondo musical flamenco del grande, una buena mesa y las recomendaciones del chef Juan Ángel Nadal. Empezamos con una cecina de wagyu con palitos de tomate y albahaca. Obligado tomar la 'marinera minera'. De base un hojaldre caramelizado, ensaladilla rusa, láminas de huevas de mújol confitada en aceite de oliva y envueltas en algas nori con puré de mango. Está soberbia. Continuamos con un ajo blanco con tartar de atún ahumado y frambuesas. El jefe de sala, Balbi, nos presentó un steak tartar con miel y perlas de trufa. Le llegó el turno a unos dados de salmón marinados en soja, cítricos, aceite oliva con helado de aguacate y lima. Terminamos con una corvina a la brasa con salsa de azafrán y patatas algareñas.
Lo regamos con un vino Observador de David Acha, Finca Ofelia de Baión, elaborado con uvas albariño y godello muy bien servido y perfecto. El postre fueron unas lonchas de piña a la brasa acompañada de sorbete de mojito, que son una combinación de diez junto a una copa de Nivarius de Vendimia Tardía, Rioja 2021. Y una reflexión tan real como la vida misma: «El éxito no es un golpe de suerte sino una paliza de disciplina». Queda claro, ¿verdad?
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