La demanda de bares y chiringuitos costeros en Cartagena comienza a disparar el precio del pescado
El sector prevé que este verano pueda llegar a encarecerse hasta un 30% el coste por kilo, con respecto a mayo, por la llegada de los turistas
En los restaurantes, bares y chiringuitos de La Manga, Cabo de Palos y de los pueblos ribereños del Mar Menor la afluencia de turistas y ... visitantes atraídos por sus playas, sobre todo los fines de semana, comienza a notarse en la cantidad de reservas que tienen a diario, pero también en sus cajas registradoras. Sus menús se caracterizan, en la mayoría de los casos, por frituras, pescados al horno y a la parrilla y calderos y arroces de marisco en todas sus variedades, entre otros muchos platos típicos de la tierra con género capturado a escasas millas de la costa. Esta cada vez mayor demanda de este producto estrella de la hostelería en verano también se percibe ya, poco a poco, en la lonja de la Cofradía de pescadores de Cartagena, donde las ventas comienzan a subir como la espuma.
Este incremento será paulatino cada semana hasta el mes de julio. Entonces será cuando el precio del pescado alcance su cota máxima, que, según el patrón mayor de la Cofradía, Bartolomé Navarro, el coste por kilo podría llegar a subir hasta un 30%, con respecto a mayo. Sería un incremento aún más barato que en Navidad, cuando casi llega a duplicarse en algunas especies, como es la gamba. Para los profesionales del mar, el verano es su mejor época de venta del año, ya que son «dos meses muy buenos de trabajo».
El aumento del precio ya se deja ver algo en la mayoría del género que llega a la subasta de la lonja, en el muelle de pescadores. «Los restaurantes tiran de nosotros porque saben que nuestro pescadores faenan en aguas locales y eso tiene mucho tirón», añadió. Los hosteleros no pueden acudir directamente a comprar a la lonja, tienen que adquirir el producto a través de pescaderías, que son las que tienen la licencia para poder hacerlo.
Los precios ahora
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Pescadilla Se vende entre los 7 y los 8 euros el kilo. La pescada grande (igual que la pescadilla pero más grande) alcanza los 22 euros de media, según datos de la Cofradía.
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Gallo pedro En la lonja se vende entre los 20 y los 23 euros la pieza según el peso.
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Gamba roja grande De la lonja de los pescadores sale a entre los 35 y los 36 euros.
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Gamba roja mediana Sale a entre los 23 y los 24 euros.
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Gamba roja pequeña Sale a entre los 12 y los 13 euros.
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Salmonete gordo Sale a entre 12, 13 euros.
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Salmonete pequeño Sale a entre 8 y 9 euros.
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Salmonete blanco Sale a entre 6 y 6,5 euros.
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Rape Sale a entre 8 y 12 euros depende de su tamaño.
En la subasta de esta semana, el primer aumento del coste ya lo han percibido los profesionales del mar en la mayoría de las piezas. Tras pasar parte de la madrugada y toda la mañana en el mar, llegan a la lonja, descargan sus cajas con salmonetes, quisquilla, rapes, gallos pedros y gambas, entre otras muchas especies, y comienza la subasta pasados unos minutos de las cinco de la tarde. «Los lunes y jueves son los dos mejores días de la semana. El primero, porque no queda género después del fin de semana, y el segundo, porque los compradores quieren aprovisionarse para la venta del sábado y para los restaurantes, los grandes consumidores del domingo», contó el patrón mayor.
La pescadilla se vende estos días entre 7 y 8 euros el kilo y la pescada, que se diferencia de la anterior en que es un poco más grande, entre 9 y 22 euros, dependiendo del tamaño. El Gallo Pedro sale de la lonja entre los 20 y los 22 euros el ejemplar y según el peso. La gamba roja gorda va entre 35 y 36 euros, la mediana, entre 23 y 24 euros, y la pequeña entre 12 y 13. En el caso del salmonete, el kilo sale a 12 euros y el rape, dependiendo de si es grande o mediano, entre los 8 y los 12 euros. A ello hay que sumarle un 10% de IVA.
De todo ello ha estado comprado esta semana Liborio Saura, uno de los dueño del chiringuito Al Lío, ubicado en la playa de Cala Reona. «Nosotros gastamos solo pescado fresco y buen marisco. Las carnes apenas las tocamos. Es por lo que nos buscan y por lo que los fines de semana ya lo tenemos todo al completo y de lunes a viernes casi», aseguró este empresario. Sabe que el precio de los productos que ofrecerá en verano a sus clientes crecerá un 30%, «pero mis clientes son conscientes de que aquí vienen a comer buen género y saben que hay que pagarlo», indicó.
Casi al completo
Esta cada vez mayor afluencia de turistas es corroborada por la Asociación de Empresarios de Hostelería de Cartagena (Hostecar), concretamente por su vicepresidente, Luis Gestoso. «Los fines de semana ya estamos con muchas reservas y se ven muchos visitantes», admitió. El dueño del restaurante Bonobo, David Guerrero, está viendo a más turistas que en años anteriores. «Muchos son extranjeros que vienen a mi local por el pescado fresco. Lo tenemos ya todo reservado para los fines de semana de junio», confesó.
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El sector espera capturar un 20% más de género por el buen tiempo y el estado del caladero
El buen tiempo y el estado del caladero donde faenan los pescadores de la Cofradía de Cartagena son los dos condicionantes principales de que el sector este viviendo un momento, en cuanto a capturas, de los mejores en los últimos años. Y lo será más este verano, porque junto a un aumento de la demanda durante los meses de julio y agosto también llegará un crecimiento de las capturas. El sector lo cuantifica en una subida del 20%, aproximadamente. «Hay que tener en cuenta que durante el verano salimos de lunes a viernes a faenar. No fallamos ni un solo día, como sí ocurre en invierno cuando hay mala mar. A eso hay que sumarle que hay mucho género, porque el caladero está muy bien», indicó el patrón mayor de la Cofradía, Bartolomé Navarro.
A ello, contribuye, según este pescador la cercanía a su zona de pesca, frente a la bahía de El Gorguel, de las reservas marinas de Cabo de Palos-Islas Hormigas y la de Cabo Tiñoso. A todo ello hay que añadirle que los profesionales del mar son muy estrictos con las tallas mínimas que establece las normativas estatales. Usan el palangre, que consiste en lanzar al mar una línea con varios cientos de anzuelos grandes para evitar pescar pequeños ejemplares, y el trasmallo, usando redes con un vano o hueco grande, para que solo los grandes queden atrapados.
Proponen dragar las golas para regenerar el agua el Mar Menor
El patrón mayor de la Federación de Cofradías de Pescadores de la Región, Bartolomé Navarro, propuso el dragado de las golas de Marchamalo y la de la Encañizada «para que entre más agua del Mediterráneo al Mar Menor y contribuya a su recuperación». Navarro aún no entiendo por qué desde el comité de expertos y desde la Consejería de Medio Ambiente no les han consultado sus propuestas para recuperar la laguna. «Creemos que sería una buena opción, porque cuando sube el nivel hay mucho pescado», indicó.
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