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Cuarenta civiles juran bandera en la conmemoración del 2 de Mayo en Cartagena
Los artilleros reafirman en la parada militar celebrada en el Muelle su compromiso con la sociedad, «a la que sirven y protegen»
La sonora réplica que anualmente tiene en Cartagena la conmemoración de la gesta del 2 de mayo de 1808 del pueblo madrileño, liderado por los capitanes de Artillería Luis Daoiz y Pedro Velarde, contra el invasor francés permitió este jueves a cuarenta civiles jurar o prometer bandera durante la parada militar celebrada en el Muelle de Alfonso XII. En el acto castrense, presidido por el jefe del Mando de Artillería Antiaérea, el general de brigada Ignacio Ojeda González-Posada, también recibieron condecoraciones y recompensas una veintena de militares del Regimiento de Artillería Antiaérea número 73 acuartelados en Tentegorra.
Por el Decreto de la Regencia, de 7 de julio de 1812, cada 2 de mayo todas las unidades artilleras realizan público elogio del comportamiento heróico de Daoiz y Velarde en aquellos acontecimientos. Hace casi dos décadas que el RAAA 73 sacó de su cuartel dicha conmemoración para compartirla con los cartageneros que se acercan masivamente a la explanada portuaria. También a los turistas que suele haber de paso, como ocurrió este jueves por la presencia de muchos madrileños de puente en su comunidad y casi cinco mil cruceristas del enorme trasatlántico 'Odyssey of the Seas'.
En esta ocasión, la glosa del levantamiento del pueblo madrileño contra las tropas de Napoleón la hizo la capitán Victoria Martínez González, la más antigua en ese empleo dentro de su unidad. La oficial recordó en su alocución que el RAAA 73, con baterías de misiles Nasams y Patriot desplegadas en territorio nacional y en Letonia y Turquía, constituye la «punta de lanza» de la artillería antiaérea española y es referente en Europa. Igualmente, el coronel jefe del Regimiento y comandante militar de la Región, Carlos Quijano Barroso, recordó en su discurso que «somos necesarios» y, tras destacar el ejemplo como militares del Rey y de la Princesa de Asturias, reafirmó el compromiso del Ejército con la sociedad a la «que sirve y protege». Como es preceptivo, Quijano fue el encargado de tomar el juramento a los cuarenta civiles que besaron el Estandarte del Regimiento.
La parada militar acabó con los honores a quienes dieron su vida por España, la interpretación del Himno de Artillería y un desfile de la compañía de honores, la sección de salvas con uniforme de época y la banda de música del Tercio de Levante por el bulevar del Muelle. Los cañonazos de fogueo disparados durante las interpretaciones del Himno Nacional y del himno artillero volvieron a escucharse en todas las calles más céntricas de Cartagena.