La crisis sanitaria deja a los pueblos costeros de Cartagena sin muchas mejoras previstas para este verano
El Ayuntamiento prevé retomar los trabajos en otoño y se centra ahora en mantener las playas y los paseos marítimos en condiciones óptimas
Las deficiencias que acusan las calles, las plazas, las zonas verdes, los carriles bici y otros espacios libres de los pueblos costeros no serán solucionadas ... hasta después del verano. Durante la temporada estival, el Ayuntamiento se centrará en la limpieza y el mantenimiento básico. Vecinos y veraneantes tendrán que lidiar con desperfectos como el del asfaltado de los primeros cuatro kilómetros de La Manga y el de numerosas calles de San Ginés en La Azohía.
«La crisis sanitaria paralizó o impidió comenzar, a partir de mediados de marzo, muchas actuaciones que estaba previsto tener acabadas ya. Ahora no vamos a retomarlas, para no molestar a los vecinos y a los visitantes, que ya se quejaron de eso cuando se actuó en la Gran Vía de La Manga el pasado verano. Por eso, nos hemos centrado en acondicionar los paseos marítimos y los arenales», indicó una portavoz de la Concejalía de Infraestructuras que dirige la edil María Casajús.
En La Manga, ese deterioro generalizado tiene puntos negros como los primeros kilómetros de la Gran Vía y que ya han dado lugar a accidentes. La fractura de clavícula de un ciclista, hace unos días, ha sido la gota que ha colmado el vaso de los residentes de la zona, que reclaman una pronta reparación de la arteria principal de La Manga, dañada hasta el mirador de Monteblanco.
El ciclista damnificado es José David Guillén. Según el testimonio de este vecino de Eurovosa, la semana pasada se fracturó la clavícula «en tres partes» cuando circulaba por el kilómetro 3 de la Gran Vía. Su queja en las redes sociales ha generado un aluvión de comentarios al respecto. «Iba con la bici y no pude esquivar uno de los baches, que era del ancho exacto de la rueda. Me paró en seco y salí volando. Sufrí quemaduras, por el roce al caer, y una fractura de la clavícula de la que he sido operado. Ahora estoy en mi casa con calmantes», explicó a LA VERDAD. Guillén calificó ayer la carretera general de La Manga de «campo de minas» para los ciclistas. Subrayó que el carril bici es discontinuo y está salpicado de plazas de aparcamiento para coches.
La directiva de la asociación vecinal, encabezada por Gimena Bertachini, ha notado un empeoramiento general de las infraestructuras y ya ha hecho llegar a Casajús sus quejas. Bertachini incluyó lo sucedido con Guillén dentro de las consecuencias del empeoramiento general del mantenimiento de las vías de comunicación, las instalaciones y los espacios públicos de La Manga desde que desapareció el Instituto Municipal del Litoral (IMSEL) en 2017. «Se suceden las quejas por la rotura de aceras y el mal estado del asfalto, de la iluminación y, en general, del mantenimiento», dijo.
La Plaza Bohemia y el Galúa
La Plaza Bohemia es uno de los focos del descontento. Las quejas aluden a la vegetación seca y a los maceteros rotos o desconchados. El mirador, que lleva un año de retraso y aún no ha sido inaugurado, empieza a ser escenario de botelleos, denunció la vocal Marisina Aznar, quien hizo un llamamiento al civismo y al uso de las papeleras. Además, las balaustradas han generado también criticas que apuntan a que, con la obra sin terminar, el metal del que están hechas ya desprende una sustancia parecida al óxido.
Un problema parecido aqueja a las casetas de los contenedores de residuos, según se quejan los residentes. Los del Paseo de la Dársena parecen afectados por la erosión y hay otros estropeados por los grafitis, o que necesitan una capa de pintura, al igual que algunas aceras del entorno. Tampoco la limpieza urbana es totalmente satisfactoria para los vecinos, ya que en los alrededores de la Cala del Pino los bañistas dejan envases plásticos.
Pese a que la prometida renovación del asfalto en la Gran Vía no ha podido llevarse a la práctica por el parón durante la crisis sanitaria, desde el Ayuntamiento recordaron que sí dio tiempo a mejorar el firme en la carretera de las Salinas. También se habilitó un acceso peatonal junto al hotel los Delfines; se reparó los semáforos de Puerto Bello y Los Triolas; y se actualizó la señalización viaria y la iluminación en la Gran Vía y en otras calles.
En la zona oeste, el paseo marítimo de La Azohía cuenta con unos bancos que han sido redecorados en tonos azules y han sido sustituidos algunos postes del pasamanos de soga que lo delimita de la arena, sobre todo en la playa de La Chapineta, que ayer estrenó su bandera azul. Sin embargo, es comentario generalizado que deberían haberlos cambiado en todo el paseo.
La peor parte en La Azohía se la llevan calles de Chapimar, La Chapineta y, sobre todo, San Ginés. En esta vetusta urbanización se cuentan por decenas las farolas viejas y oxidadas, aceras cuarteadas o inexistentes y asfalto lleno de baches. Además, las palmeras de casi todas sus calles están necesitadas de una poda y han comenzado a dejar caer ramas que nadie retira, como ayer pudo comprobar LA VERDAD.
«El problema no se genera ahora. Comenzará la semana que viene, con el inicio de julio, cuando muchos de los vecinos vengan a sus chalés y hagan sus propias podas o quieran deshacerse de cosas viejas», advirtió el presidente de la Junta Vecinal de Isla Plana La Azohía, Luis Lozano. «Entonces es cuando hay que medir la capacidad de los servicios de limpieza», añadió.
Eliminar restos de podas
María Casajús aseguró que dará respuesta a estas cuestiones. «El año pasado ya nos encontramos con un problema similar y ahora sabremos cómo reaccionar», indicó. Pero para ello, pidió también la colaboración ciudadana. Por eso, recordó que se ha habilitado un teléfono de recogida, el 968-502050 que se podrá llamar de lunes a jueves, y el viernes los operarios se encargarán de pasar por las zonas de costa. Este servicio comienza el lunes próximo para garantizar la recogida y evitar que se dejen los residuos en las calles durante días. Con todo, Casajús pidió que la ciudadanía cumpla con las normas de recogida.
En la zona oeste no hay pendientes obras de gran calado, pero en La Manga sí. Para después del verano quedan comprometidas las de este año dentro de la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado (Edusi). Suprimir rotondas como la de Caballito de Mar, junto a la urbanización de las Sirenas; adecuar parques como el de Acapulco; crear nuevas prolongaciones del carril bici y finalizar el de Marchamalo son algunas de las intervenciones previstas para este año.
Vía libre al contrato del servicio de socorristas durante dos años
El Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales dejó ayer al Ayuntamiento las manos libres para encargarle a una empresa el servicio de salvamento y socorrismo de las 26 playas del municipio hasta 2022. Los diez puestos abiertos ahora funcionan gracias a un contrato de emergencia, preparado a toda prisa para no dejarlas sin vigilancia. El contratiempo que obligó a tomar esta medida provisional fue el recurso de una de las empresas que se presentó al concurso para gestionar el servicio por dos años. Su intento de anular el proceso fue desestimado ayer y deja vía libre para hacer el contrato definitivo. Sin embargo, el Ayuntamiento mantendrá vigente por ahora el de emergencia, para evitar que nuevas impugnaciones del procedimiento puedan dar problemas. El 1 de julio entrarán en servicio 16 puestos más para igual número de playas. En total son 26, con más de 60 socorristas. El contrato por dos años asciende a 1,6 millones de euros y la empresa elegida es Ambumar.
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