El ciprés cartagenero une a los alumnos de sesenta colegios

Se trata del proyecto educativo 'Ningún cole sin su Tetraclinis'. Cada alumno sembró a principios de curso una semilla de esta especie de árbol que se encuentra en las sierras de Cartagena y en el norte de África, de forma única en el mundo. «Pusieron la semilla en un envase y la ha ido regando todos los días. A cada uno de ellos se les asignó un centro educativo participante, con los que se han puesto en contacto de forma continua. Y hoy [ayer para el lector] los niños entregaron el árbol de manera personal», explicó a LA VERDAD el director del La Concepción, Francisco José Ríos.

En el salón de actos del centro, ubicado en el barrio del mismo nombre, se reunieron representantes de cada uno de los sesenta y dos colegios adheridos a esta experiencia para recoger sus ejemplares. En ella también participaron la Universidad Católica San Antonio (UCAM) y del Centro de Referencia Nacional de Formación Profesional de Cartagena.

Junto al árbol, los alumnos adjuntaron una especie de contrato de adopción por el que los participantes se comprometieron a plantarlo en alguna zona de su colegio y a cuidarlo. «Además se llevaron un protector de cartón, compost para que la tierra esté nutrida y un cuadernillo con consejos para mantenerlo. También incluía la historia del ciprés cartagenero y las iniciativas que hay alrededor de este árbol para poder recuperarlo», añadió el director.

Se trata de una especie que hace cuarenta años estaba en peligro de extinción y que la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE) se propuso recuperarlo y lo consiguió. Ahora se puede ver en multitud de zonas de la comarca, de donde es autóctono.

Para este centro, impulsor en los últimos años de varias iniciativas relacionadas con el cuidado de la naturaleza, «la educación en valores es fundamenta y si lo relacionamos con el cuidado del medio ambiente más aún», indicó Ros. La secretaria del colegio Leo Sánchez, también fue una de las partícipes de este proyecto. «Desde el inicio del curso, los niños están involucrados en esto y se pasan todo el año cuidándolo desde su germinación hasta su entrega final. Es una forma de hacerles partícipes de cómo es posible cuidar lo que nos rodea», señaló.