El centro comercial de Santa Ana de Cartagena tomará impulso con un gimnasio y un supermercado
La comercializadora de los locales usará esos dos negocios para «arrancar motores» y dinamizar una instalación cerrada desde 2006
Después de tres años de negociaciones y de algún parón que otro, el dueño del centro comercial del polígono residencial Santa Ana relanzará el proyecto ... tras llegar a un principio de acuerdo con un gimnasio de grandes dimensiones y un supermercado de cercanía, a los que se les sumarán los establecimientos de hostelería y otros negocios que en 2021 ya mostraron su interés en instalarse en esa galería. La comercializadora Shopping Centre Leasing & Property Management, la encargada de gestionar los locales, dio en las últimas semanas los primeros pasos para cerrar las condiciones de los contratos, para «arrancar motores» e impulsar unas instalaciones cerradas desde el año 2006, indicaron a LA VERDAD fuentes de la comercializadora.
La intención de esta empresa es reabrir con los primeros servicios cuanto antes, aunque prefiere no dar fechas. Antes de que eso ocurra habrá que dar un lavado de cara a la zona comercial, ahora muy deteriorada por el paso del tiempo y la falta de mantenimiento continuo.
Una grupo inversor francés, especializado en el desarrollo y la explotación de centros comerciales al aire libre en Europa adquirió el pasado año las instalaciones, que estuvieron en manos de un empresario mexicano, también con más de medio centenar de galerías en su poder.
La previsión es montar bares, tiendas de diferentes temáticas, academias, una librería e incluso despachos profesionales
Aunque no quisieron dar el nombre de la firma del gimnasio, la comercializadora sí que indicó que ocupará un espacio de 1.900 metros cuadrados y que se trata de una empresa que ya tienen dos iguales en Cartagena. A este se le sumará un supermercado de mediana superficie. No es lo que esta empresa gestora venía buscando desde hace años: uno de grandes dimensiones que supusiera un reclamo para los clientes.
La intención es eliminar las escaleras que hay en la fachada principal y en las dos laterales, para crear espacios más amplios en la parte alta y albergar terrazas. La idea es que todos esos locales sean ocupados por hosteleros. Para acceder a ellos, se mantendrán las rampas, que serán arregladas para mejorar la accesibilidad.
Plaza central
En el interior ocurrirá algo similar. De la plaza central, que será ampliada, desaparecerán las escaleras, que dejarán paso a rampas. Los planes pasan por convertirla en un centro de ocio para los clientes, en el que habrá una heladería y una cafetería. En los bajos comerciales de esta zona, irá todo tipo de negocios, desde tiendas de diferentes temáticas, a academias, librería y hasta despachos para empresarios o abogados.
Habrá locales con superficies que irán entre los 30 y 2.000 metros cuadrados, aunque desde la comercializadora avisan de que el empresario que quiera montar allí un negocio tendrá total disponibilidad para elegir la superficie que necesite. Los bajos podrán ser adaptados a las necesidades de cada uno de ellos.
Durante estos años varios grupos de jóvenes han accedido al inmueble, bien para saquearlo o para vandalizarlo. Las pintadas, las hojas secas arrastradas por el viento y la suciedad dejan una imagen de abandono en la parte exterior. A esta estampa de desidia se une el hecho de que la zona es un foco de vandalismo. En su interior no quedan objetos de valor.
Tres años de búsqueda de una gran superficie
La empresa gestora del centro comercial del polígono Santa Ana lleva tres años buscando un supermercado de gran superficie para ocupar el bajo más grande que tienen las instalaciones, que sirviera de reclamo para el resto de empresarios que quisieran montar negocios en la galería y llamara la atención de los clientes. Después de ese tiempo, la comercializadora de los locales ha optado por un gimnasio.
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