El Campo de Cartagena espera una campaña de patata «buena» con un 40% más sembrado

La superficie sembrada, además, crece y oscila ya entre las 8.000 y las 10.000 hectáreas, la mayor parte en el triángulo que conforman El Algar, La Puebla y La Aparecida. Todas ellas, según Carrión, están «en buenas condiciones vegetativas», lo que, augura, incrementará a final de temporada el volumen de tubérculos recolectados.

Esta mayor siembra de patata representa «entre un 40% y un 50% más que el año pasado». Sobre las bondades del tubérculo como explotación agrícola, el representante de Coag señaló que «es un cultivo característico en la zona y que se puede establecer cumpliendo con las exigencias que nos marca la Ley del Mar Menor desde el punto de vista medioambiental. Desde el punto de vista de la actividad agraria, otros cultivos no se pueden dar por exigencias de la legislación».

La suerte, además, también ha sonreído a la patata, que ha disfrutado en su crecimiento de una climatología favorable. Muy al contrario que en la pasada campaña, recordó Carrión. «El año pasado, con el exceso de lluvia, el nivel freático estaba alto y perjudicó a bastantes plantaciones. Hubo muchas parcelas que no se pudieron cosechar».

Este año, el agua caída ha sido beneficiosa para los intereses de los agricultores. «En marzo, aunque las lluvias fueron abundantes y llegaron un poco tarde, cayeron de manera pausada y no provocaron ni arrastres ni encharcamiento. Todo el agua caída pudo asumirse y se la tragó la tierra». Algo de lo que otras zonas productoras, como Sevilla, no pudieron disfrutar y que redundará, por tanto, en beneficio del agricultor cartagenero.

Además, de momento, las plagas, si bien siguen muy presentes, no se esperan que supongan una gran merma en la producción. «El mildiú esta perjudicando bastante porque las barreras vegetales obligadas por ley se están convirtiendo en un refugio perfecto para las plagas y los tratamientos están muy limitados», dijo el representante de Coag.

La producción y las condiciones meteorológicas invitan al optimismo, aunque Carrión señaló como principal preocupación para los productores en este arranque de temporada la entrada de patata importada. «Nos estamos encontrando una situación bastante perjudicial para el sector porque resulta que, una vez que se ha iniciado la recolección de la patata temprana y pese a contar con producción nacional suficiente, estamos viendo en los lineales patata de Israel y de Egipto. También patata de conservación, refrigerada de la temporada pasada, procedente de Francia».

Unas compras que algunos productores locales enmarcan dentro de una supuesta estrategia de las grandes cadenas de supermercados por tirar a la baja el precio del producto local, de mayor calidad y mucho más valorado en la restauración y en los domicilios particulares que el importado.

Los agricultores, en este sentido, se muestran «atónitos». «Si hemos estado reivindicando todo el año pasado las cláusulas espejo y que se tengan en cuenta las producciones propias antes de recurrir a terceros países, esto nos preocupa muchísimo. Así se lo hemos trasladado al Ministerio y, de hecho, estamos haciendo todas las gestiones habidas y por haber para que esto se cambie», indicó el presidente de Coag Cartagena.

El Ayuntamiento acogió la pasada semana una reunión para avanzar en la protección de la patata temprana del Campo de Cartagena mediante la futura solicitud de una Indicación Geográfica Protegida (IGP). Aunque el Consistorio no cuenta con competencias en esta materia, el encuentro sirvió para dar los primeros pasos hacia ese reconocimiento. La patata se cultiva habitualmente en unas 6.000 hectáreas entre La Puebla y El Algar. Se acordó la creación de una Asociación de Productores de Patata, la promoción de la Fiesta de la Patata como evento y la presencia activa en ferias sectoriales. Cartagena ya forma parte de la Asociación de Municipios Productores de Patata y cuenta con un monumento dedicado a este tubérculo en La Puebla.